"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 28 de enero de 2010

Silencios inoportunos

Por Mara Martinoli

Cuando lo sobrenatural se reduce a lo humano y lo trascendente se presenta tan extraordinariamente terapéutico, lo intangible se hace imagen y símbolo depositario de una probable salida de solución.
Y sin reparos, la canalización de la angustiante soledad, producto de la falta de originalidad individual y de la pérdida de confianza entre semejantes, se hará efectiva en la acentuación de aquella situación.

Dentro de los grupos sectarios, sólo existe una anestesia temporal; cuando el efecto disminuye, el dolor de la soledad sufrida en la dependencia, desconectará de toda causa.

El desarrollo personal no puede prescindir de la referencia, única garantía del “crecimiento interior”, de la “armonía plena” con los otros y con el mundo.
Sabemos que cada uno se construye socialmente de un modo particular (a su propia medida), como si fuera un artista modelado por modelos, y cuya obra, siempre será particularmente dirigida en forma exclusiva. El sujeto logra así su originalidad.

La irrepetible identidad siempre movilizará dinámicas profundas que rechazarán la adhesión a creencias definidas por estrechas y rígidas visiones sub-humanas. Ingresar en el propio espacio requiere de parámetros que trascienden toda esquematización planificada o experimentación instrumentada.
La tendencia a privilegiar la funcionalidad de lo “nivelado y homologado”, producto de un campo de acción impersonal que destituye los significados más auténticos de la existencia, aún se silencia.

Las relaciones intra-subjetivas, entre subjetividades y de subjetividades con la Naturaleza, se obtienen en gratuidad y crean condiciones de articulación con la solidaridad; tal vez por esto, también se silencian.

La necesidad del hombre de expandirse plenamente en espacios que posibiliten la correspondencia entre la dimensión humana y las más profundas estructuras, conduce a reaccionar y accionar desde una orientación prospectiva.
Las surgentes de sentimientos que,en juego armonioso entre las distintas instancias,
se traducen en la “fuerza simbólica” que oxigena, reinstaura y excarcela, permitirán a través de inéditos recorridos el cierre a cuanto quisiera aprisionar.

Concientes del presente, para abrir un futuro sin silencios, reconocemos los límites; ellos nos advierten de la exigencia de no andar por donde aún se pretende poner fin a la significación de toda relación.
Esto, por Naturaleza, no podrá silenciarse, porque la Verdad se aloja en lugares adecuados, desde los cuales siempre logrará manifestarse.

“Si la persona transforma con su acción a la sociedad y luego a ésta, todas estas modificaciones constituyen un producto humano, es decir, es el ser conciente, el motor de toda transformación.

La sociedad es entonces una estructura de relaciones conformada por un conjunto de personas

"Lo utópico, es el ser colectivo, lo real es la persona” - Moreno Peralta

- Entrada original agosto 2009

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