"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 12 de abril de 2014

The Economist y un polémico análisis sobre "el psicodrama de CFK"

"La presidenta argentina está debilitada y aislada, pero sigue siendo poderosa", detalla le prestigiosa revista inglesa

"Hace años, en una cena en la residencia presidencial en las afueras de Buenos Aires, se desató una pelea entre el presidente Néstor Kirchner y uno de sus ministros.
Ofendido, el ministro se fue, pero fue retenido en la puerta por «orden presidencial».
Minutos después, Kirchner apareció en un carrito de golf y le pidió al ministro que volviera y terminara la cena.
El ministro dudó, pero lo hizo, y cuando se estaba sentando nuevamente, la mujer del presidente, la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner, lo paró y le dijo:  
«Aquel que se levanta una vez de esta mesa, nunca más se sienta de nuevo»".

Así comienza una nota de la prestigiosa revista inglesa The Economist, publicada hoy en la web y que estará en la edición impresa de mañana.
El artículo, titulado "El psicodrama de CFK", repasa cómo la presidenta Cristina Kirchner está "debilitada y aislada", pero cómo aún así "es poderosa".

El texto habla de problemas económicos (la contracción de la economía, la inflación, la caída de las reservas) y de debilidades, pero resalta que la Presidenta sigue siendo la política más poderosa.

También menciona que la mandataria tuvo un "socio" y "protector", su marido, el fallecido ex presidente Néstor Kirchner .
"Hasta que murió, en 2010, Kirchner la protegió.
«Haceme un favor, si tenés malas noticias, contame a mí, no a Cristina», decía a ministros y aliados.
En una poco común entrevista con Jorge Rial, un periodista del espectáculo, en septiembre, ella contó: «[Néstor] tenía un instinto protector conmigo, yo me enojaba y le decía «No me trates como si fuera una nena»".

Según la nota, sin Kirchner, la Presidenta "se acostumbró a estar completamente a cargo".
Detalla que "pocos" integran su círculo íntimo y que algunos ministros raramente hablan con ella.

"En materia económica, su más marcada debilidad, la Presidenta confía en Juan Carlos Fábrega , titular del Banco Central, y en Axel Kicillof , su joven y dogmático ministro de Economía.
Pero el verdadero círculo íntimo de la señora Fernández consiste de dos personas", desliza.

"Desde la muerte de su marido y la partida de Alberto Fernández, jefe de Gabinete hasta 2008, su consejero más cercano es Carlos Zannini , el secretario de Legal y Técnica. Zannini tiene un perfil tan bajo que pocos argentinos reconocen su nombre.
Sus íntimos lo llaman «El Chino», por su tendencia maoísta en los 70", agrega.

Sin embargo, la nota revela que el "único confidente" de la mandataria es su hijo, Máximo , "un estudiante que abandonó la universidad y que vive en la lejana Patagonia".
Y detalla: "Aunque no tiene cargo, tiene mucho poder como fundador y líder de La Cámpora, una agrupación juvenil cuyos seguidores ocupan cargos directivos en empresas públicas y privadas".

El artículo asegura que quienes conocen a la Presidenta destacan su dedicación al trabajo, que a veces llama a gobernadores a la noche, a sus celulares, para preguntar detalles de un informe.
"Es una oradora fluida, una habilidad que puede usar para cerrar un debate", describe.

"Aunque Fernández está sin dudas a cargo, las palabras de Néstor aún resuenan.
Queda la impresión de alguien que preferiría evitar las malas noticias antes que enfrentarlas.
Respecto a los problemas más graves de la Argentina, la Presidenta, ni palabra.
En su último discurso ante el Congreso, que duró casi tres horas, evitó mencionar la inflación y la inseguridad, los dos problemas que más preocupan a los argentinos hoy", desliza.

Según la nota, dar vuelta atrás "tampoco es parte del estilo" de Cristina Kirchner.
"La palabra «error» no está en su vocabulario", lanza.
"Muchos especulan que por eso no se deshizo aún de Amado Boudou , su inútil vicepresidente".

El artículo repasa la devaluación de enero, la suba de las tasas de interés,
el "intento por contener la inflación",
la desaceleración de la economía, el acuerdo con Repsol por YPF,
los "nuevos y más creíbles datos de la inflación",
los recortes en los subsidios de agua y gas,
"y una relación más amigable con Jorge Bergoglio, conocido ahora como papa Francisco ".

"Este movimiento vacilante hacia la ortodoxia será el rasgo distintivo del último tramo del mandato de Fernández.
No está en su naturaleza ejecutar una vuelta en U y no hay nadie en su círculo íntimo que la inste a hacerlo. Hará lo necesario para prevenir que la economía colapse, pero no lo suficiente" para agarrar el toro por las astas.
"Esa tarea recaerá en su sucesor", considera.

The Economist considera que "no está claro" qué hará la Presidenta después de dejar el poder y aventura que la operación a la que fue sometida en 2013 pudo haber cambiado sus planes.

"Querrá tener influencia, aunque sea sólo para evitar que sus enemigos investiguen corrupción y lavado de dinero en su círculo", sugiere.

La nota termina con la siguiente frase:
"La Presidenta que una vez aspiró a un tercer mandato sigue teniendo poder, pero se está escurriendo..."

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