Ni lo pienses.
No te convengo.
Sería molesto para vos, un tipo que cada mañana te despierte con un beso, y en una sola mirada, te jure un buen día.
Pensalo bien.
Imagináte lo que sería soportar cada desayuno con alguien que te deseara el mejor de los días, y te hiciera creer que sos la mejor de las noticias.
Si te animaras, me asustarías.
Porque hay que tener aguante para compartir a diario la vida con una persona que ama contemplar el cielo, pero que no es el raso.
Y te pido disculpas si te parezco insistente, pero es que con solo pensar la posibilidad de que aceptaras estar conmigo, tan solo por quererte a cada momento, sin prisas, ni pausas, es sencillamente para temer.
Ojalá tu razón te convenza, y te haga ver cómo sería un futuro repleto de triunfos y derrotas, pero compartidos.
Como sería acompañar esas lágrimas que llegan sin aviso, o esas sonrisas que se roban en el descuido.
La descripción es contundente, y espero tomes conciencia de lo expresado, y de todo aquello que omití ante la posibilidad de que todavía dudaras.
Lo sé.
No te convengo.
Y te juro que te comprendo, porque sería irrisorio pasar el resto de nuestras vidas alimentados por sueños y acariciados por ilusiones.
No sé cual será tu respuesta, pero en el peor de los casos te comprendo. Solo aguardo que me mires, y que tu decisión sea esta vez, la bella equivocación que tanto anhelo.
© Gabriel Velxio
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