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Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 20 de octubre de 2014

En Venezuela sigue el calvario de Leopoldo López

El importante "Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias" del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas acaba de ordenar la liberación de Leopoldo López, ratificando así innegablemente su inocencia y desnudando la enorme perversidad del régimen de Nicolás Maduro.       
Emilio J. Cárdenas
El dirigente opositor venezolano Leopoldo López permanece en prisión sin que se le permita el derecho a probar su inocencia, ni el de gozar del debido proceso legal como corresponde a toda persona humana. Lo que no es sorprendente, puesto que los regímenes bolivarianos -más allá de sus hábiles “cortinas de humo”- se caracterizan por haber deformado totalmente la democracia hasta hacerla irreconocible.
Lo que incluye el no tener un Poder Judicial independiente sino jueces absoluta y vergonzosamente sumisos al poder público, que actúan apenas como agentes de su voluntad, alineados totalmente a ella.
Como sucede en Cuba, la madre indiscutida de todos estos tipos de sádicos vicios.

No obstante, se ha producido una novedad.
En el nivel de la protección internacional.
Concretamente, en el de las Naciones Unidas.
Ese último rincón de la defensa de los derechos humanos y las libertades civiles al que los bolivarianos procuran sistemáticamente “ocupar” con sus representantes, o simplemente desnaturalizar, de modo de convertirlo en un organismo eunuco más, como sucede en buena medida con la OEA.

El importante “Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias” del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas acaba de ordenar la liberación de Leopoldo López, ratificando así innegablemente su inocencia y desnudando la enorme perversidad del régimen de Nicolás Maduro.

Venezuela, que ha abandonado a la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, pertenece en cambio al mecanismo paralelo de las Naciones Unidas.
Debiera acatarlo, entonces.
Veremos si Venezuela efectivamente cumple voluntariamente con esa decisión.
Presumo que desgraciadamente no será así.
Pero puedo equivocarme, como cualquiera.
En rigor, estaría feliz si efectivamente me equivocara en esta apreciación tan negativa.

Para el “Grupo de Trabajo” de las Naciones Unidas, la detención del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, es arbitraria. 
Todos lo sabíamos.
O, mejor dicho, lo intuíamos.
Pero es ciertamente bueno que un organismo independiente y prestigioso, como el nombrado, así lo certifique.
Por eso decidió solicitar la inmediata libertad de López, que es tan sólo un prisionero más de conciencia del totalitarismo “chapista”.
Un perseguido político, entonces.
Obvio.

El documento de las Naciones Unidas da cuenta de las violaciones abusivas a las que ha estado sometido López durante sus largos meses de encarcelamiento.
Que Venezuela en algún momento deberá reparar, sin duda alguna.
Y destaca asimismo las violaciones al debido proceso legal que ha sufrido López, empezando con que tener una opinión distinta a la del gobierno nunca jamás puede ser delito.
Al menos en las democracias.

Por esto existe la posibilidad de que se libere a Leopoldo López.
Con las serias salvedades y dudas que he expresado más arriba y a todos asaltan, por cierto.

Mientras tanto, el “juicio” a López sigue transitando la ruta bolivariana, la de la perversidad como constante.
Con toda suerte de demoras y dilaciones que se reiteran para tratar de quebrarlo física y emocionalmente.
A la manera de un nuevo e infame “Gulag”, aquel que obliga a los opositores a transitar un sendero que es -en rigor- una gigantesca falsedad.
Apenas un remedo de justicia que pretende ser tal, pero que es un anexo pusilánime del Poder Ejecutivo venezolano.
¡¡¡Un auténtico instrumento moderno de tortura!!!
Horrible.


Emilio J. Cárdenas
Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.

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