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Lo declarado ayer por la jueza Servini de Cubria parece no haber alertado a
muchos y es de una gravedad institucional y política de una magnitud que nos
remite al crimen del Fiscal Nisman.
Reconoció
públicamente que el hijo del Fiscal Taiano, encargado de apelar el
sobreseimiento de Néstor Kirchner, fue secuestrado para extorsionar a su padre.
Puso
al matrimonio Kirchner y sus gobiernos en general en categoría de mafiosos, al
declarar que usaron métodos delictivos para impedir un procesamiento judicial.
Por
Rubén Lasagno
En
conversación con el periodista Sergio Wiñaski y Jorge Lanata en Mitre, la jueza
Romilda de Cubría corrió el velo a una de las acciones más viles que puede
tener un gobierno en contra de un ciudadano y especialmente si se trata de extorsionar a un Fiscal para que
produzca el cierre de una causa por enriquecimiento ilícito, como la que en
el 2005 se le instruía a Néstor Kirchner.
Cubría
confirmó al aire por Mitre que el hijo del fiscal Eduardo Taiano fue
secuestrado por tres sujetos en un auto un lunes previo a Semana Santa del 2005
para obligarlo a cerrar la causa contra NK….
Mientras
el Fiscal ingresaba a la Fiscalía Nº 3 en el piso 5º de Comodoro Py, recibió un
llamado de que su hijo no había llegado a la clase de matemática e inmediatamente desestimó apelar la causa
por enriquecimiento ilícito que transitaba por el último día legal para
desestimar sobreseimiento de Néstor Krichner.
Tal
medida la había generado el Juez Ercolini sin siquiera poner bajo pericia
contable la fortuna del entonces presidente durante el periodo 1995/2005.
Al
no apelar ese último día, la causa cayó.
Ercoloni,
sigue siendo juez y ahora se ha transformado en la espada de la justicia que va
en contra de la ex mandataria nacional, esposa
del corrupto y ella también inmersa en la misma mafia que gobernó el país y la
provincia durante tantos años.
El
hijo del funcionario judicial había sido levantado por tres delincuentes en un
auto, secuestrado por algunas horas y el mensaje era que si su padre no desistía
de la medida, su hijo moría.
Taiano
hizo una denuncia por el secuestro, Ercolini cerró la causa por enriquecimiento
de Kirchner; del secuestro nadie supo nunca más nada y todo siguió como su
curso… hasta la muerte de Nisman.
Un
poco más acá, al Fiscal Marijuan lo intimaron por teléfono de que si no
abandonaba la causa contra Lázaro Báez, le iban a matar las hijas.
Fiscales
y jueces lo saben, todo el mundo habla de esto en Comodoro Py, sin embargo, la
justicia no actúa contra los ideólogos ni contra los ejecutores de esos
crímenes.
Todos están
libres, no hay sospechosos ni pistas de quienes cometieron tan grave delito.
¿Miedo
o complicidad de los jueces?.
Si
tiene miedo deben dar un paso al costado…
Sin
son cómplices, deben ser apartados,
juzgados y condenados.
En
esta oportunidad la gravedad queda de manifiesto porque las declaraciones no
son de un periodista o un político, salen de la boca de una Jueza Federal, a
quien debiera caberle, junto con sus pares, un juicio político por no haber
actuado sabiendo de esta situación, a la par que esta mañana un Fiscal tendría
que estar actuando de oficio para hacer la denuncia y pedir la reapertura de la
causa por enriquecimiento ilícito, debido, precisamente, a las declaraciones
realizadas por un magistrado de la nación, que marca, de alguna manera, lo que
algunos años después selló el destino de otro fiscal:
Alberto Nisman,
a quien mataron de forma alevosa y aún hoy no se tiene la menor pista de lo que pasó.
Luego
de las declaraciones de Servini, entendemos por qué lo mataron y nunca se supo
nada.
Cubría dijo que
tres causas contra los Kirchner por el mismo delito de enriquecimiento fueron
cerradas y quedó flotando en el ambiente, el hecho de que en todos los casos
hubo extorsión de parte del estado mafioso que integró la familia presidencial
con sus funcionarios y políticos amparados en la impunidad que supieron
desarrollar durante más de una década al mejor estilo de los cárteles
colombianos, cuyo lema era “plata o bala”.
Pero
la jueza con sus “confesiones” le tiró una palada de tierra a la justicia en
general, a los jueces en particular y ella misma se auto flageló, cuando dijo “ya
no se acerca nadie a presionar ni a decir nada; ahora podemos trabajar
tranquilos”.
Quiere
decir que antes no hicieron lo que debían hacer porque aceptaban la presión, la
extorsión y aquí no solo debemos convenir, muchos
jueces han cambiado sus decisiones o no han actuado, por haber recibido plata.
Sin
reparar en su investidura, Servini de Cubría, reconoció que el gobierno anterior actuó delictivamente en contra de
jueces y la propia justicia, pero no se puso en el lugar que una jueza debe
tomar, en caso de tener conocimiento de que sus colegas son o fueron
presionados, amenazados o como en este caso, la existencia de una denuncia por
secuestro para que un fiscal no interponga un recurso que dilate la causa por
enriquecimiento ilícito de un integrante del poder político, no haya hecho
nada, solo callar y hablar ahora que ha transcurrido el tiempo y lo
responsables no están más en el gobierno.
Está claro que
el gran problema de este país se centra en la justicia y en los jueces y
fiscales encargados de impartirla.
La
corrupción judicial ha llevado a que Argentina sea un país donde exista la
anomia, pero no por falta de leyes que organicen a la sociedad, sino por falta
de la aplicación de esas leyes y la inexistencia de jueces probos.
Lo
dicho por la jueza Servini de Cubria, parece no haber recalado en la sociedad
con la importancia y la gravedad que tienen sus palabras, el reconocimiento de
los hechos y la vaguedad que le asigna a su implicancia.
Como jueza de la
nación, Cubría debería estar siendo acusada hoy y con ella todos los jueces y
fiscales que no han cumplido ni cumplen con su trabajo pero pasan por
caja todos los meses y otros como Oyarbide, Zafaroni y muchos más, que se
amparan en la jubilación para asegurarse el futuro después de haber pertenecido
a la banda que asoló este país es la última década, pero que ya venía de la
época menemista.
¿Cómo
no pensar en Nisman después de estas confesiones brutales de una jueza de la
nación?.
¿Cómo
no entender que en Argentina pueda pasar, que a dos años de un magnicidio, las
mismas autoridades del gobierno y sus cómplices, hayan revuelto todo,
complicado la investigación, confundido y ocultado todo para que nada salga a
la luz?.
El
antiguo escrito español Francisco de Quevedo, dijo con total certeza “Menos mal hacen los delincuentes que un
mal juez”.
Los
malos jueces, nos han llevado a los argentinos a sufrir la peor especie
corrupta de la política y el empresariado, a vivir en la inseguridad y la
inmundicia de la corrupción y a que todos los ladrones y delincuentes que han
azotado al Estado, estén libres e impunes.
(Agencia
OPI Santa Cruz)
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