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Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 27 de septiembre de 2016

Servini de Cubría denunció:

Que raptaron al hijo del Fiscal Taiano para evitar la apelación en la causa contra Néstor Kirchner
 
– Lo declarado ayer por la jueza Servini de Cubria parece no haber alertado a muchos y es de una gravedad institucional y política de una magnitud que nos remite al crimen del Fiscal Nisman.
Reconoció públicamente que el hijo del Fiscal Taiano, encargado de apelar el sobreseimiento de Néstor Kirchner, fue secuestrado para extorsionar a su padre.
Puso al matrimonio Kirchner y sus gobiernos en general en categoría de mafiosos, al declarar que usaron métodos delictivos para impedir un procesamiento judicial.
Por Rubén Lasagno

En conversación con el periodista Sergio Wiñaski y Jorge Lanata en Mitre, la jueza Romilda de Cubría corrió el velo a una de las acciones más viles que puede tener un gobierno en contra de un ciudadano y especialmente si se trata de extorsionar a un Fiscal para que produzca el cierre de una causa por enriquecimiento ilícito, como la que en el 2005 se le instruía a Néstor Kirchner.

Cubría confirmó al aire por Mitre que el hijo del fiscal Eduardo Taiano fue secuestrado por tres sujetos en un auto un lunes previo a Semana Santa del 2005 para obligarlo a cerrar la causa contra NK….
Mientras el Fiscal ingresaba a la Fiscalía Nº 3 en el piso 5º de Comodoro Py, recibió un llamado de que su hijo no había llegado a la clase de matemática e inmediatamente desestimó apelar la causa por enriquecimiento ilícito que transitaba por el último día legal para desestimar sobreseimiento de Néstor Krichner.
Tal medida la había generado el Juez Ercolini sin siquiera poner bajo pericia contable la fortuna del entonces presidente durante el periodo 1995/2005.
Al no apelar ese último día, la causa cayó.
Ercoloni, sigue siendo juez y ahora se ha transformado en la espada de la justicia que va en contra de la ex mandataria nacional, esposa del corrupto y ella también inmersa en la misma mafia que gobernó el país y la provincia durante tantos años.

El hijo del funcionario judicial había sido levantado por tres delincuentes en un auto, secuestrado por algunas horas y el mensaje era que si su padre no desistía de la medida, su hijo moría.
Taiano hizo una denuncia por el secuestro, Ercolini cerró la causa por enriquecimiento de Kirchner; del secuestro nadie supo nunca más nada y todo siguió como su curso… hasta la muerte de Nisman.

Un poco más acá, al Fiscal Marijuan lo intimaron por teléfono de que si no abandonaba la causa contra Lázaro Báez, le iban a matar las hijas.
Fiscales y jueces lo saben, todo el mundo habla de esto en Comodoro Py, sin embargo, la justicia no actúa contra los ideólogos ni contra los ejecutores de esos crímenes.
Todos están libres, no hay sospechosos ni pistas de quienes cometieron tan grave delito.
¿Miedo o complicidad de los jueces?.
Si tiene miedo deben dar un paso al costado…
Sin son cómplices, deben ser apartados, juzgados y condenados.

En esta oportunidad la gravedad queda de manifiesto porque las declaraciones no son de un periodista o un político, salen de la boca de una Jueza Federal, a quien debiera caberle, junto con sus pares, un juicio político por no haber actuado sabiendo de esta situación, a la par que esta mañana un Fiscal tendría que estar actuando de oficio para hacer la denuncia y pedir la reapertura de la causa por enriquecimiento ilícito, debido, precisamente, a las declaraciones realizadas por un magistrado de la nación, que marca, de alguna manera, lo que algunos años después selló el destino de otro fiscal:
Alberto Nisman, a quien mataron de forma alevosa y aún hoy no se tiene la menor pista de lo que pasó.
Luego de las declaraciones de Servini, entendemos por qué lo mataron y nunca se supo nada.

Cubría dijo que tres causas contra los Kirchner por el mismo delito de enriquecimiento fueron cerradas y quedó flotando en el ambiente, el hecho de que en todos los casos hubo extorsión de parte del estado mafioso que integró la familia presidencial con sus funcionarios y políticos amparados en la impunidad que supieron desarrollar durante más de una década al mejor estilo de los cárteles colombianos, cuyo lema era “plata o bala”.

Pero la jueza con sus “confesiones” le tiró una palada de tierra a la justicia en general, a los jueces en particular y ella misma se auto flageló, cuando dijo “ya no se acerca nadie a presionar ni a decir nada; ahora podemos trabajar tranquilos”.
Quiere decir que antes no hicieron lo que debían hacer porque aceptaban la presión, la extorsión y aquí no solo debemos convenir, muchos jueces han cambiado sus decisiones o no han actuado, por haber recibido plata.

Sin reparar en su investidura, Servini de Cubría, reconoció que el gobierno anterior actuó delictivamente en contra de jueces y la propia justicia, pero no se puso en el lugar que una jueza debe tomar, en caso de tener conocimiento de que sus colegas son o fueron presionados, amenazados o como en este caso, la existencia de una denuncia por secuestro para que un fiscal no interponga un recurso que dilate la causa por enriquecimiento ilícito de un integrante del poder político, no haya hecho nada, solo callar y hablar ahora que ha transcurrido el tiempo y lo responsables no están más en el gobierno.

Está claro que el gran problema de este país se centra en la justicia y en los jueces y fiscales encargados de impartirla.
La corrupción judicial ha llevado a que Argentina sea un país donde exista la anomia, pero no por falta de leyes que organicen a la sociedad, sino por falta de la aplicación de esas leyes y la inexistencia de jueces probos.

Lo dicho por la jueza Servini de Cubria, parece no haber recalado en la sociedad con la importancia y la gravedad que tienen sus palabras, el reconocimiento de los hechos y la vaguedad que le asigna a su implicancia.
Como jueza de la nación, Cubría debería estar siendo acusada hoy y con ella todos los jueces y fiscales que no han cumplido ni cumplen con su trabajo pero pasan por caja todos los meses y otros como Oyarbide, Zafaroni y muchos más, que se amparan en la jubilación para asegurarse el futuro después de haber pertenecido a la banda que asoló este país es la última década, pero que ya venía de la época menemista.

¿Cómo no pensar en Nisman después de estas confesiones brutales de una jueza de la nación?.
¿Cómo no entender que en Argentina pueda pasar, que a dos años de un magnicidio, las mismas autoridades del gobierno y sus cómplices, hayan revuelto todo, complicado la investigación, confundido y ocultado todo para que nada salga a la luz?.

El antiguo escrito español Francisco de Quevedo, dijo con total certeza “Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez”.
Los malos jueces, nos han llevado a los argentinos a sufrir la peor especie corrupta de la política y el empresariado, a vivir en la inseguridad y la inmundicia de la corrupción y a que todos los ladrones y delincuentes que han azotado al Estado, estén libres e impunes.

(Agencia OPI Santa Cruz)

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