"Parece
que a nosotros la experiencia ajena no nos enseñó demasiado y seguimos
aprendiendo de la propia. Es un camino más largo y doloroso pero en definitiva
nos llevará a la madurez". Julio Bárbaro
En
estos días se ha vuelto a plantear en el imaginario político (¡otra vez sopa!)
la idea de que Cristina Elizabet Fernández se presentará en las elecciones
legislativas de octubre próximo para obtener fueros que la protejan del avance
de las causas judiciales en su contra; alrededor de esa cuestión, ya se realizan
las más curiosas especulaciones, y no puedo menos que contarle las mías.
Pero,
¿qué
son, en realidad, los fueros parlamentarios?
Antes
de que la inconducta de sus integrantes degradase al extremo la imagen del
Congreso, la Constitución los estableció en sus artículos 68, 69 y 70.
Pese
a la discusión suscitada acerca de la legitimidad de tal privilegio, estoy
persuadido de su importancia para que los legisladores puedan ejercer, en
plenitud, la función para la cual han sido electos.
En
resumen, y para no aburrirlo, cualquier legislador puede ser interrogado,
procesado, juzgado y condenado por la Justicia aun cuando su mandato se
encuentre vigente, pero para que efectivamente vaya preso habrá que esperar a
que sus pares así lo decidan o hasta que pierda electoralmente su banca.
El
hecho de que tantos actuales diputados y senadores se encuentren sometidos a
proceso penal y continúen en sus cargos, ha transformado al Congreso en un
aguantadero de delincuentes.
¿Se sumará
Cristina a ellos?
Podría
optar por aspirar a una banca por la Provincia de Buenos Aires o por la de
Santa Cruz.
Si
se presentara como candidata a senadora, debería recordar que se eligen sólo
tres:
Dos
por la mayoría o primera minoría y uno por la segunda.
Si
quisiera hacerlo en los pagos de María Eugenia Vidal, correría un serio riesgo,
salvo que consiguiera que todo el peronismo se alineara tras su deteriorada
imagen:
Que
quienes accediesen a los cargos fueran de Cambiemos y del Frente Renovador (o
viceversa) y ella se quedara viéndolo por televisión.
Y
el mismo panorama, dada la rapacidad y el latrocinio de los gobiernos
kirchneristas que ha soportado desde hace casi treinta años, incluyendo al
actual de su cuñada Alicia, podría darse en su provincia por adopción hotelera.
Obviamente
distinto sería el caso si se resignara a postularse como diputada en cualquiera
de esas jurisdicciones, encabezando la lista sábana con la cual los sátrapas de
la política nos volverán a obligar a votar este año.
Pero,
claro, al ser elegida será una más entre doscientos cincuenta y siete, y todos
recordamos el glorioso paso por la Cámara de su fallecido marido, cuando le
dejó la Presidencia como herencia.
¿Se
prestará esta señora, que se soñó emperatriz, a transformarse en simplemente
una legisladora más, expuesta a la permanente crítica de su pasado reciente?
Es
indudable que Cristina actúa como un revulsivo intenso en la pretendida unidad
del PJ, y sus a ex adláteres –Bossio, Randazo, Domínguez- les produce tanto
miedo que cuando se acerca “se ponen al lado del botón”.
Gran
parte de quienes diariamente fugan en pos de otros horizontes que les ahorren
el desierto, son cautivados por la Heidi del Pro (la política más prestigiosa
de la Argentina), y su ex Jefe de Gabinete, Sergio Massa, aspira a quedarse con
el resto.
Resultó
patéticamente reveladora en este sentido la queja de Diana Conti sobre la
inmunidad de la imagen positiva de María Eugenia pese a su reciente divorcio.
Una
reciente encuesta dice que conserva un 30% de intención de voto en la Provincia
de Buenos Aires, obviamente del segundo y tercer cordón del conurbano, ese que
tanto se esmeró en sumir en la pobreza estructural y en la falta de educación,
la receta clientelista que compartió con tantos líderes populistas de nuestra
sufrida región.
Los
votantes de la Provincia representan el 37% del padrón nacional y, si bien el
peso de los municipios que rodean a la Ciudad Autónoma es determinante, todo el
interior –incluyendo los grandes conglomerados, como Mar del Plata y Bahía
Blanca- la detesta hasta el odio,
y sus pueblos se han visto beneficiados con el auge del campo, que come, se
alimenta, se viste y se educa en ellos.
Por
eso, dudo que esa encuesta tenga razón y, en la medida en que creo que la
economía mejorará sensiblemente antes de octubre, esa duda se convertirá en
certeza.
La
segunda parte del título se refiere a las que llegaron desde Roma, Brasil,
Venezuela y China.
SS
Francisco, después de tantos años de despotricar contra el capitalismo e incrementar su colección de fotos con tantos
impresentables, esta semana abjuró del populismo, describiendo los
graves daños que produce en las sociedades en general, al compás del fracaso de
la diplomacia vaticana en el Caribe.
Al
menos en mi caso, la sorpresa fue mayúscula…
No
esperaba nada por el estilo de quien Loris Zanatta ha calificado como líder
mundial de esa nefasta tendencia.
Las
revelaciones de algunos de los “arrepentidos” del Lava-Jato ante los fiscales
del proceso, referidas a los giros que, dicen, efectuaron a cuentas de Gustavo Arribas, nuestro autóctono
“Señor 5” -ejerce el comando de la Agencia Federal de Investigaciones- fue el
otro episodio llamativo de la semana, revelado por el incansable Hugo Alconada
Mon.
Y
se transformó en sorpresa cuando, pese a que los hechos tienen un innegable
aroma de antigua corrupción y como tal fue denunciado por Lilita Carrió y
Graciela Ocaña,
Mauricio Macri
realizó gestos de indudable respaldo.
La
conducta presidencial supone un llamativo giro respecto a aquélla que lo llevó
a permitir que el Administrador Nacional de Aduanas, su también amigo Juan José Gómez
Centurión, fuera desplazado de su cargo por sospechas similares
mientras éstas existieron.
El
Presidente debería recordar que la mujer del César, amén de ser honesta, debe
parecerlo.
En
contrapartida, y también desde Brasil, llegó una buena noticia para la
Argentina.
El
tan cuestionado gobierno de Michel Temer consiguió domeñar la inflación (sin
dudas, también por la recesión) y la economía volverá a crecer este año,
después de caer fuertemente durante los últimos dos, al compás de la crisis
política desatada por las investigaciones en curso.
Recordemos
que, amén de llevarse puestos a empresarios, ministros y legisladores de todos
los colores, le costó el cargo a Dilma Rousseff.
El
incomparable Nicolás Maduro, desairando al Papa, no solamente logró que su
Corte Suprema deslegitimara nada menos que a todo el Parlamento y desató una
nueva oleada de detención de opositores, sino que sumó su voz a los estúpidos
que reclaman la libertad de Milagro Salas dado el enorme desprestigio del
Presidente venezolano, que está
literalmente matando a su pueblo, presumo que su adhesión debe haber
sido visto como un flaco favor por la delincuente líder de Tupac Amaru.
Para
terminar, algo muy preocupante, a la luz de la asunción de la Presidencia
norteamericana por Donald Trump, que se producirá este mismo viernes.
China,
amenazada por el magnate con fuertes retaliaciones comerciales y geopolíticas,
dijo ayer que, si éstas se concretaran, el
mundo debería prepararse para un conflicto militar de enormes proporciones.
Si
le sumamos a esa afirmación los cuatro trillones de dólares que Beijing
mantiene en bonos de la deuda pública norteamericana, bien podría pensarse en
una decisión que incluyera su liquidación a bajo precio, lo cual generaría una
tormenta económica mundial de incalculables proporciones.
Bs.As.,
14 ene 17
Enrique Guillermo
Avogadro
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