Humor
político
Alejandro
Borensztein
Me
dicen que estás agrandado, Balcarce.
¿Qué
pasa Balcarce?
¿Se
te subió el éxito a la cabeza?
Pongamos
las cosas en su lugar.
Sos
el perro de la Casa Rosada.
Y
el único del gobierno que tiene calle.
Hasta
ahí, fenómeno.
El
domingo pasado te mandé a decirle al Presidente que debía anunciar que no
pensaba vetar la ley de reforma al impuesto a las Ganancias y que, si los
senadores la aprobaban tal como venía de Diputados, debían bancarse la pérdida
de 20.000 palos que esto les ocasionaba a sus provincias (al final la cifra era aún mayor).
Ladrido
va, ladrido viene, se ve que el Presidente te entendió, te hizo caso, y el
lunes a la mañana dio vuelta el resultado de un partido contra la oposición que
estaba 2 a 0 abajo.
Cambiaste la
historia, Balcarce.
Quién
lo hubiera dicho.
Un
perro callejero pudo más que todo un gabinete.
Pero
no te me agrandes, Chacarita.
¿Es
verdad que te pavoneaste toda la semana delante de los granaderos y de los
empleados de la Casa Rosada con el hocico respingado?
No
Balcarce, eso no se hace.
Pensá
que toda esa gente se pasó una década entera siendo maltratada por una
vernisage de hoteleros mal educados. No abuses del poder que tenés ahora,
Balcarce.
No
podés echarte patas para arriba y ordenarle a Patricia Bullrich que te rasque
la panza, Balcarce.
Y
menos en la semana en que D’Elía, Boudou, Esteche y compañía están viendo cómo
hacer para incendiar el país fogoneados por una que yo sé.
Y
no inventes cosas.
Cuando
el presidente Macri dijo que Peña, Quintana y Lopetegui eran “su voz, sus ojos y su yo mismo”…
No
dijo “Balcarce también”.
Pará
de mandar gacetillas de prensa y bajate del caballo, Balcarce.
Tu
misión en el gobierno, y en la política en general, recién empieza, Balcarce.
Vienen
nuevos desafíos.
Esta
semana tenemos dos objetivos.
Primero
hay que cerrar el tema Ganancias.
Mientras
todos discuten la parte coyuntural, nadie encara el problema de fondo:
No hay manera de
financiar el Estado Nacional si la mitad de la economía está en negro.
O
sea, medio país activo garpa y la
otra mitad evade.
Así
no habrá impuesto que alcance, Balcarce.
El
gobierno anterior no perseguía a los evasores porque, como ya vimos, eran ellos
mismos.
Y
el actual tampoco los persigue porque están superados por el despelote.
Además,
a estos del Newman el barro les queda lejos, Balcarce.
No
compran marcas truchas ni morfan en bodegones donde el mozo se acerca y te
dice: “efectivo 15%” .
Les
cuesta detectar la venta en grone, ¿entendés?
Los
tenés que guiar vos que veraneás en la Isla Maciel y podés aportar tu know how
sobre marginalidad y precarización, Balcarce.
Pero con viveza.
No
podés andar por los pasillos cantando “cuando la suerte que es grela fayando y
fayando te largue parao”.
Así
Prat-Gay no te va a entender nunca.
Aprendete
una de Coldplay, Balcarce.
Para
redondear el tema Ganancias, hay que hacer contacto con la oposición, calmarlos
y así, entre todos, poder resolver el descalabro tributario.
Sobre
todo, con los perros del Frente Renovador.
Ahí el problema
es que el Compañero Massa se está
mareando otra vez.
Como
le pasó después del triunfo de 2013 cuando parecía que estaba para ganar el
campeonato y al final terminó tercero cómodo.
Balcarce,
tenés que buscar al perro de los Massa y chamuyarlo para que los acomode un poquito.
Preguntá
en Tigre.
Se
debe llamar Trilenium, o algo por el estilo.
Cuando
lo encuentres, recordale que una noche de julio de 2013, un matón de los
servicios entró a la casa de su amo con un arma con silenciador.
Todo
quedó registrado por las cámaras de seguridad.
Los Massa
siempre denunciaron que detrás del hecho estaba el gobierno kirchnerista.
Si
esa noche el pobre Trilenium se hubiera cruzado, no contaba el cuento.
No
les importó un fiscal federal…
Mirá
si les iba a importar un perro.
Se
suponía que ese episodio era un límite para el Compañero Sergio.
Ni
hablar para Malena.
Sin
embargo, por una simple y mezquina especulación electoral, el tipo terminó
abrazando y apoyando un proyecto ridículo escrito por los mismos tipos que
tomaban cafecito y compartían escenario con los que mandaron al sicario.
Para
colmo Kicillof cometió un error en las fórmulas matemáticas que significó
40.000 palos más de agujero fiscal. Ahora se entiende por qué, cuando fue
ministro, no tocó ni el mínimo no imponible ni las escalas.
Hacía mal las
cuentas.
Andá
Balcarce.
Hablá
con Trilenium, y explicale que tiene que volver a encauzar a su amo en la ancha
avenida del medio.
Que
hable con Pichetto pero que no se junte con los que van por la banquina.
Con
44 años, tiene todo el futuro por delante.
Pero
si le agarra la ansiedad, se va a poner el futuro de sombrero.
La
otra misión para esta semana es la siguiente:
Este
Gobierno explica poco.
No
detalló las condiciones en que recibió el país, ni expresó claramente hacia
dónde vamos y mucho menos cómo vamos a hacer para llegar.
Lo
da a entender, pero con escrúpulos.
Es
una política minimalista.
Son
cool, Balcarce.
¿Qué
le vamos a hacer?
Ni
estofado ni chorizo colorado.
Es
un gobierno vegano.
Devotos
de las semillas de chia y de quinoa.
Y
acá es cuando nuevamente entrás a jugar vos Balcarce, que sabés valorar un buen
caracú.
Ahora
que se vienen las fiestas, tenemos que hacer hablar al Presidente.
Creo
que él se propuso cumplir un año en el gobierno sin usar una sola Cadena
Nacional.
Te
la tomo.
Después
de doce años donde lo único que se hizo fue gritar por televisión, hacer lo
contrario era razonable.
Pero
ya pasó el año.
Ahora
hay que hacerlo hablar, Balcarce.
Que
diga las cosas como son.
Que
le explique a la gente, en detalle y por Cadena Nacional.
Apurate
porque, conociéndolos, en lugar de eso deben estar preparando las fotitos de la
familia presidencial con el arbolito de Navidad, rodeados de naturaleza,
optimismo y bicicletas.
O
sea, lo que le vienen copiando a Obama desde hace tiempo.
Obama
se puede dar el lujo de mostrarse de esa manera porque es el presidente de un
país donde anda todo bien. Pero el
Compañero Mauri es el presidente de un país donde no anda nada.
Ni
luz tenemos, Balcarce.
Hay
que armar un set en el despacho de la Rosada, maquillar al presidente, peinarlo
lindo, prender las cámaras y hacerlo explicar seriamente de dónde venimos y a
dónde vamos.
Prepará
todo y te lo llevás al set, Balcarce.
Y
lo alentás.
Cuando
entre al despacho cantale esa de:
“…mi buen amigo,
esta campaña volveremo’a estar contigo, alentaremos de corazóooon, esta es la
hinchada que te quiere ver campeóooon… etc. etc.” .
En
todo caso, buscate por el Microcentro un par de gatos para que le tiren
papelitos. Así entiende mejor y se motiva.
Eso
sí, te pido un favor Balcarce.
Si
con tu pedigree arrabalero no lográs el objetivo y finalmente todo queda en la
patética imagen navideña de la familia feliz, no te quiero ver en esa foto
Balcarce.
Correte
de ahí.
Cuidá
tu camino al estrellato.
No
pierdas la oportunidad de quedar en la historia como Lassie y Rin Tin Tin.
No
sea cosa que te pase como Lolita, la caniche toy que tuvo su minuto de fama
cuando su dueña, Ex Ella, la mostró en el tweet de fin de año de 2014.
Pobre, hoy sufre el amargo ostracismo por culpa
del desprestigio ajeno.
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