"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 18 de diciembre de 2016

Balcarce empoderado

Humor político
Alejandro Borensztein

Me dicen que estás agrandado, Balcarce.
¿Qué pasa Balcarce?
¿Se te subió el éxito a la cabeza?
Pongamos las cosas en su lugar.
Sos el perro de la Casa Rosada.
Y el único del gobierno que tiene calle.
Hasta ahí, fenómeno.
El domingo pasado te mandé a decirle al Presidente que debía anunciar que no pensaba vetar la ley de reforma al impuesto a las Ganancias y que, si los senadores la aprobaban tal como venía de Diputados, debían bancarse la pérdida de 20.000 palos que esto les ocasionaba a sus provincias (al final la cifra era aún mayor).
Ladrido va, ladrido viene, se ve que el Presidente te entendió, te hizo caso, y el lunes a la mañana dio vuelta el resultado de un partido contra la oposición que estaba 2 a 0 abajo.
Cambiaste la historia, Balcarce.
Quién lo hubiera dicho.
Un perro callejero pudo más que todo un gabinete.
Pero no te me agrandes, Chacarita.

¿Es verdad que te pavoneaste toda la semana delante de los granaderos y de los empleados de la Casa Rosada con el hocico respingado?
No Balcarce, eso no se hace.
Pensá que toda esa gente se pasó una década entera siendo maltratada por una vernisage de hoteleros mal educados. No abuses del poder que tenés ahora, Balcarce.
No podés echarte patas para arriba y ordenarle a Patricia Bullrich que te rasque la panza, Balcarce.
Y menos en la semana en que D’Elía, Boudou, Esteche y compañía están viendo cómo hacer para incendiar el país fogoneados por una que yo sé.
Y no inventes cosas.
Cuando el presidente Macri dijo que Peña, Quintana y Lopetegui eran “su voz, sus ojos y su yo mismo”…
No dijo “Balcarce también”.
Pará de mandar gacetillas de prensa y bajate del caballo, Balcarce.
Tu misión en el gobierno, y en la política en general, recién empieza, Balcarce.
Vienen nuevos desafíos.

Esta semana tenemos dos objetivos.
Primero hay que cerrar el tema Ganancias.
Mientras todos discuten la parte coyuntural, nadie encara el problema de fondo:
No hay manera de financiar el Estado Nacional si la mitad de la economía está en negro.
O sea, medio país activo garpa y la otra mitad evade.
Así no habrá impuesto que alcance, Balcarce.

El gobierno anterior no perseguía a los evasores porque, como ya vimos, eran ellos mismos.
Y el actual tampoco los persigue porque están superados por el despelote.
Además, a estos del Newman el barro les queda lejos, Balcarce.
No compran marcas truchas ni morfan en bodegones donde el mozo se acerca y te dice: “efectivo 15%” .
Les cuesta detectar la venta en grone, ¿entendés?
Los tenés que guiar vos que veraneás en la Isla Maciel y podés aportar tu know how sobre marginalidad y precarización, Balcarce.
Pero con viveza.
No podés andar por los pasillos cantando “cuando la suerte que es grela fayando y fayando te largue parao”.
Así Prat-Gay no te va a entender nunca.
Aprendete una de Coldplay, Balcarce.

Para redondear el tema Ganancias, hay que hacer contacto con la oposición, calmarlos y así, entre todos, poder resolver el descalabro tributario.
Sobre todo, con los perros del Frente Renovador.
Ahí el problema es que el Compañero Massa se está mareando otra vez.
Como le pasó después del triunfo de 2013 cuando parecía que estaba para ganar el campeonato y al final terminó tercero cómodo.

Balcarce, tenés que buscar al perro de los Massa y chamuyarlo para que los acomode un poquito.
Preguntá en Tigre.
Se debe llamar Trilenium, o algo por el estilo.
Cuando lo encuentres, recordale que una noche de julio de 2013, un matón de los servicios entró a la casa de su amo con un arma con silenciador.
Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad.
Los Massa siempre denunciaron que detrás del hecho estaba el gobierno kirchnerista.
Si esa noche el pobre Trilenium se hubiera cruzado, no contaba el cuento.
No les importó un fiscal federal…
Mirá si les iba a importar un perro.
Se suponía que ese episodio era un límite para el Compañero Sergio.
Ni hablar para Malena.
Sin embargo, por una simple y mezquina especulación electoral, el tipo terminó abrazando y apoyando un proyecto ridículo escrito por los mismos tipos que tomaban cafecito y compartían escenario con los que mandaron al sicario.
Para colmo Kicillof cometió un error en las fórmulas matemáticas que significó 40.000 palos más de agujero fiscal. Ahora se entiende por qué, cuando fue ministro, no tocó ni el mínimo no imponible ni las escalas.
Hacía mal las cuentas.

Andá Balcarce.
Hablá con Trilenium, y explicale que tiene que volver a encauzar a su amo en la ancha avenida del medio.
Que hable con Pichetto pero que no se junte con los que van por la banquina.
Con 44 años, tiene todo el futuro por delante.
Pero si le agarra la ansiedad, se va a poner el futuro de sombrero.

La otra misión para esta semana es la siguiente:
Este Gobierno explica poco.
No detalló las condiciones en que recibió el país, ni expresó claramente hacia dónde vamos y mucho menos cómo vamos a hacer para llegar.
Lo da a entender, pero con escrúpulos.
Es una política minimalista.
Son cool, Balcarce.
¿Qué le vamos a hacer?
Ni estofado ni chorizo colorado.
Es un gobierno vegano.
Devotos de las semillas de chia y de quinoa.
Y acá es cuando nuevamente entrás a jugar vos Balcarce, que sabés valorar un buen caracú.

Ahora que se vienen las fiestas, tenemos que hacer hablar al Presidente.
Creo que él se propuso cumplir un año en el gobierno sin usar una sola Cadena Nacional.
Te la tomo.
Después de doce años donde lo único que se hizo fue gritar por televisión, hacer lo contrario era razonable.
Pero ya pasó el año.
Ahora hay que hacerlo hablar, Balcarce.
Que diga las cosas como son.
Que le explique a la gente, en detalle y por Cadena Nacional.

Apurate porque, conociéndolos, en lugar de eso deben estar preparando las fotitos de la familia presidencial con el arbolito de Navidad, rodeados de naturaleza, optimismo y bicicletas.
O sea, lo que le vienen copiando a Obama desde hace tiempo.
Obama se puede dar el lujo de mostrarse de esa manera porque es el presidente de un país donde anda todo bien. Pero el Compañero Mauri es el presidente de un país donde no anda nada.
Ni luz tenemos, Balcarce.
Hay que armar un set en el despacho de la Rosada, maquillar al presidente, peinarlo lindo, prender las cámaras y hacerlo explicar seriamente de dónde venimos y a dónde vamos.
Prepará todo y te lo llevás al set, Balcarce.
Y lo alentás.
Cuando entre al despacho cantale esa de:
“…mi buen amigo, esta campaña volveremo’a estar contigo, alentaremos de corazóooon, esta es la hinchada que te quiere ver campeóooon… etc. etc.” .
En todo caso, buscate por el Microcentro un par de gatos para que le tiren papelitos. Así entiende mejor y se motiva.
Eso sí, te pido un favor Balcarce.
Si con tu pedigree arrabalero no lográs el objetivo y finalmente todo queda en la patética imagen navideña de la familia feliz, no te quiero ver en esa foto Balcarce.
Correte de ahí.
Cuidá tu camino al estrellato.
No pierdas la oportunidad de quedar en la historia como Lassie y Rin Tin Tin.

No sea cosa que te pase como Lolita, la caniche toy que tuvo su minuto de fama cuando su dueña, Ex Ella, la mostró en el tweet de fin de año de 2014.


Pobre, hoy sufre el amargo ostracismo por culpa del desprestigio ajeno.

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