La primavera es una de las cuatro estaciones que componen el ciclo de rotación de la tierra alrededor del sol.
Es un término derivado del latin, prima = primera y vera de veris, ver.
Literalmente ver primera.
Su característica como estación del año, consiste en que se alargan los días y que el Sol se encuentra por encima del ecuador celeste.
En el hemisferio Norte o boreal se produce del 21 de marzo al 21 de junio y en el hemisferio Sur o austral del 23 de setiembre al 21 de diciembre.
Comienza en el equinoccio de primavera y termina en el solsticio de verano.
Se llama equinoccio a la fecha en que el Sol alcanza uno de los dos puntos equinocciales, el punto vernal y el punto otoñal en su movimiento aparente y se diferencia en que la duración del día y de la noche en estos dos días es la misma.
Se llama punto equinoccial a los puntos de intersección de la eclíptica, que es la trayectoria anual aparente del Sol sobre la esfera celeste, con el plano del ecuador.
Todos estos datos nos señalan que hay por un lado el despertar del calor, de la naturaleza y de los sentimientos humanos y por el otro un punto de equilibrio.
Todo esto se produce en un período de estabilidad equilibrada, de dia y noche igual, de sensaciones certeras, serenas y confiables.
La primavera es más que una estación, un punto en el derrotero de la tierra en el cosmos celeste y su posición relativa con el sol, una forma de ser, un modo particular y único de enfrentar la vida, que desborda con su inicio, y que se va apagando lentamente hacia el verano, y se marchita en el invierno.
El hombre se siente primaveral, las relaciones entre ellos son primaverales y la conducta son también primaverales.
Existe una especie de compromiso entre el ser y la naturaleza que se reinventa y se realiza todos los años para esta fecha.
La naturaleza nutre el esplendor, el color, el perfume, la flor, el ser aporta la imaginación, la sensibilidad, el sentimiento.
Uno y otro se complementan y se entrelazan en medio del nacimiento vegetal.
Se adorna el ser, se sacraliza la naturaleza.
Hay un halo de bondad en el ambiente y en el corazón.
Se siente la inspiración, la devoción, la solidaridad y el afecto.
Lo individual se convierte en común, ¿que sentido tiene una primavera sólo?
Alguien ¿puede creer que festeja o recrea la primavera en soledad?
Es una fiesta comunitaria, una fiesta para vivirla de a dos o más.
Una festividad grupal.
Mas allá de los excesos, de las desviaciones que siempre se producen, la primavera es un canto a la vida, es una sensación personal que invita a creer, a esperar, a crecer y a mejorar.
Ojalá signifique un mundo nuevo, una humanidad en paz, una hermandad de todos los hombres sin ninguna distinción, una distribución más justa y equilibrada y una solidaridad social destinada a paliar las graves diferencias que se ahondan entre los hombres.
Sentir la primavera en la naturaleza y en el corazón, es un acto de fe que enaltece del hombre la emoción un acto de esperanza en procura de una vida mejor; porque la vida vale, es un profundo acto de amor.
Es un estado de ánimo que se percibe en la sensación de sentirse vivo y explotar de júbilo sin razón; querer ser bueno solidario en cualquier situación adornar el camino del hermano con una flor
Elías D. Galati
wolfie@speedy.com.ar
Boletín Info-RIES nº 1102
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Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
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Hace 3 meses
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