EDITORIAL
La avanzada oficial sobre las reservas es un reflejo de las necesidades de financiamiento público, situación que exige un tratamiento serio y no medidas destinadas a tapar realidades y a postergar el ajuste de desequilibrios que pueden ser cada vez mayores.
El año pasado las cuentas públicas pasaron de tener superávit financiero a mostrar un déficit.
Si bien esto se debió al efecto de la crisis sobre la actividad económica y, principalmente sobre los ingresos impositivos dependientes del comercio exterior, la situación fiscal venía deteriorándose desde 2007 como consecuencia de una imprudente política procíclica sostenida por motivos puramente electorales.
Según las previsiones presupuestarias, el corriente año se producirá una mejora en los ingresos que permitirá cubrir los compromisos externos.
Pero, para el año próximo, las perspectivas no son tranquilizadora.
< En primer lugar por la precariedad de la recuperación económica y la incertidumbre existente sobre la evolución futura de la recaudación impositiva y previsional.
< En segundo término porque, dado el creciente agotamiento de las fuentes de financiamiento internas del Estado, el cierre de las cuentas depende cada vez más de acceder a mercados voluntarios de crédito.
Por ese motivo y con buen criterio, el Gobierno puso en marcha una oferta de canje para los bonistas que no ingresaron en el realizado en 2005 [1]y volvió a hablar de pagar al Club de París.
Sin embargo, súbitamente, decidió echar manos a las reservas del Central para formar un Fondo destinado al pago de deuda externa.
Esta iniciativa se debe a que el Gobierno ha decidido postergar un ajuste fiscal para sostener la demanda económica y, en particular, para seguir disponiendo de fondos para financiar sus prácticas clientelísticas.
El oficialismo ha resistido en forma sostenida el reclamo de reforma del sistema de Coparticipación, distorsionado por la creciente presencia de impuestos de alta recaudación y no coparticipables. En los últimos años el Gobierno ha utilizado en forma creciente la tradicional anemia presupuestaria de las provincias para manipular gobernadores según sus intereses políticos y, de paso para beneficiar a la provincia del matrimonio Kirchner: Santa Cruz es el distrito que más aportes nacionales ha recibido en los últimos años, en relación a su número de habitantes. Lo mismo sucede con los intendentes de la provincia de Buenos Aires o sectores del sindicalismo que son abiertamente comprados con fondos públicos.Esta práctica se extiende también a la relación con el movimiento social.
Por otra parte, una fracción importante del gasto público que se dedica a subsidios e inversiones, se hace en forma poco o nada transparente, lo que ha dado motivo a numerosas denuncias por corrupción.
Por estos motivos no sólo es importante mejorar la capacidad de financiamiento sino, en primer lugar, hacer un uso más racional del gasto y la inversión, y avanzar en la reforma de la Coparticipación. Igualmente es indispensable actualizar tarifas para reducir subsidios y las consiguientes oportunidades de malversación. De otro modo, una reducción de la restricción crediticia que se experimenta actualmente tendrá efectos perversos: no contribuirá a mejorar la economía manteniendo el equilibrio fiscal indispensable, sino que se convertirá en una nueva ronda de aumento de la deuda externa destinado a financiar gastos improductivos, distorsiones impositivas y corrupción.
[1]En el canje del 2005 se les reconoció 0,33 ctvs de dólar por cada bono de un dólar, "canjeados" por "otros papelitos pintados" a cobrar en el '2034...
La decisión de formar un Fondo con reservas para pagar deuda externa revela que el Gobierno ha decidido postergar el ajuste fiscal, básicamente por motivos políticos, y pretende cubrir las erogaciones con endeudamiento externo.
Es necesario reformar la Coparticipación y mejorar el gasto, para que el endeudamiento no se destine a financiar gastos improductivos, distorsiones impositivas y corrupción.
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Las causas económicas de la pelea por el uso de las reservas
La deuda creció más de 10% desde 2005 y la recaudación crece menos que el gasto público. [2]
Por eso se necesitan las reservas.
PorIsmael Bermúdez / ibermudez@clarin.com
Desde el canje de 2005, y a pesar de que se fueron pagando intereses y los vencimientos de capital, como consecuencia del ajuste del CER, la toma de deuda nueva para pagar la que iba venciendo, la capitalización de intereses y el ajuste de tipo de cambio, la deuda pública subió en más de US$ 15.000 millones: pasó de 126.500 millones a 141.700 millones de dólares.
Esa deuda no es mayor por la manipulación de la inflación; pero, como contrapartida a esa poda sobre sus acreencias, los acreedores le impusieron a la Argentina un costo financiero muy superior a la media de los mercados emergentes.
Por la estructura de vencimientos, una parte sustancial de esa deuda –US$ 62.000 millones— fue venciendo, y vence, entre 2008 y 2011, período que coincide con el mandato de Cristina Kirchner: por intereses, unos US$ 15.000 millones y por vencimientos de capital, US$ 46.500 millones.
En 2009, y a pesar del agujero fiscal por la caída de la recaudación, el Gobierno pudo cumplir con el pago de la deuda porque recibió los aportes que antes iban a las AFJP (unos $ 15.000 millones)
< Incorporó en el Presupuesto $ 5.250 millones de intereses del Fondo de Garantía de la ANSeS
< “el Banco Central financió al Tesoro por un total de $ 24.000 millones, si se computan los adelantos transitorios ($ 10.000 millones), las transferencias de utilidades ($ 4.500 millones) y el traspaso de los Derechos Especiales de Giro que el FMI remitió a los bancos centrales para fortalecer las reservas (US$ 2.500 millones)”, según el último informe del Banco Ciudad.
< Además, se financió por $ 8.300 millones en el Banco Nación, canjeó vencimientos de Letras por bonos (Bonar 2016) y colocó Letras con la ANSeS, PAMI y Fondos Fiduciarios.
En 2010, entre intereses y vencimientos de capital, hay que pagar US$ 16.414 millones.
Aunque el Congreso aprobó un Presupuesto equilibrado y repuntó la actividad económica, se piensa que habrá déficit fiscal y el Gobierno no puede repetir la estrategia del año pasado “dado que gran parte de los stocks fueron utilizados durante 2009”, como señala Ecolatina.
Ante esta situación, el Informe del Banco Ciudad señala que “el mercado venía operando bajo dos supuestos"
. El primero es que –sin un problema serio de solvencia– el problema de liquidez se solucionaría tan pronto como se ejecutara una reapertura exitosa del canje de la deuda.
. El segundo es que, si el primer supuesto no probaba ser cierto, las reservas aparecerían para pagar los platos rotos del desmanejo fiscal y financiero”
Otra variante, era que “con menos recursos líquidos en la ANSES y el Banco Nación, el programa financiero cerraría utilizando la totalidad de las utilidades del BCRA devengadas en 2009.
Se trata de unos $ 19.000 millones que se obtendrían forzando al máximo la interpretación de la Carta Orgánica del Banco Central. Con todo, todavía habría que buscar recursos en organismos públicos (US$ 2.000 millones) y el mercado voluntario (otros US$ 2.000 millones)”
[2]Presidencia cuadruplicó su presupuesto desde el 2005
Este año el secretario presidencial contará con $ 375.743.524: 70 millones más que en el 2009 y 285 millones más que en el 2005
El hogar donde viven Cristina Fernández de Kirchner y su familia (Quinta presidencial de Olivos), domicilio gracias al cuál Néstor Kirchner pudo postularse como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires (a pesar de ser NIC (nacido y criado) en Santa Cruz y figurar en el DNI el domicilio en Río Gallegos, tiene asignado para el '2010 una partida de 13.475.735 pesos, en concepto de Conducción, Administración y Servicios Generales: NO incluye los gastos que insume la custodia, los traslados y la "inteligencia" (A cargo de la Casa Militar)
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
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