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Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 22 de marzo de 2011

Aeropuertos 2000 - Aerolíneas Argentinas - Otra jornada de nervios y protestas de los pasajeros

Hubo muchas quejas por la poca información

Pablo Tomino  / LA NACION

Empujones, nervios, desinformación...
Miles de pasajeros que ayer quedaron varados en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y en el Aeroparque Metropolitano, tras las fallas en el sistema de comunicación aérea, fueron víctimas de la desorganización y la falta de información, mientras las compañías aéreas procuraban reprogramar las partidas y reubicar en distintos hoteles a aquellos pasajeros cuyos vuelos habían sido cancelados.


"¡No me grite, señor! ¡No me grite que no soy sorda! Haga la fila y hábleme con respeto. No puedo contestar a todos a la vez", decía, en tono alto, una de las coordinadoras de la oficina de Aerolíneas Argentinas en el aeroparque porteño.
Allí, la larga fila para evacuar las consultas era tan concurrida como la multitud que se paraba estoicamente delante de los monitores para verificar las novedades de sus vuelos, noticias que de buenas tenían poco y nada.
"Otra vez a Córdoba y otra vez clavado acá, en Aeroparque. Si no es por un paro de aeronáuticos, es por una huelga de azafatas o porque se cayó el sistema. ¡Increíble! Tengo que viajar por trabajo a cerrar un negocio con empresarios de Brasil, que ya están allá, y ahora estoy llamando para suspenderlo. No sé qué hacer, no sé...", repetía Ezequiel, un pasajero cuyo vuelo había sido cancelado y que buscaba hacerse de más información intentando sortear la fila, acción que, en el apuro, repetían varios pasajeros y era motivo de quejas de otros tantos que llevaban muchos minutos de espera también para hacer una sola pregunta.
Cerca de las 17, varios pasajeros optaron por esperar sentados en el piso del hall principal del Aeroparque.

El murmullo y la protesta crecían ante los pocos empleados que, por ejemplo, dispuso Aerolíneas Argentinas para canalizar las dudas, a diferencia del resto de las empresas.
"Si para saber qué van a hacer con nuestro vuelo tengo que hacer una cola de tres horas, la verdad que no es justo. Entiendo que es una situación atípica, pero la información que dan aquí es muy mala", decía María Inés del Rosario, una turista española que viajaba al Sur para pasar unos días de vacaciones.
Lo curioso es que, si bien le confirmaron que la empresa se iba a hacer cargo de su estada extra en un hotel, no podían precisarle si iba a poder concretar su viaje en dos días o en tres.
"Me indicaron que por falta de vuelos tal vez podía viajar recién el viernes, ya que es fin de semana largo y todos los servicios están reservados", se quejaba la mujer.
Los únicos beneficiados por las cancelaciones en el Aeroparque fueron quioscos y bares, que trabajaron a pleno pese a sus precios muy por encima del mercado, y los taxistas, con filas de más de una cuadra para abordarlos.

En Ezeiza
En el aeropuerto de Ezeiza, el clima era algo más calmo.
Como no había una queja puntual contra las aerolíneas por las demoras y cancelaciones, los pasajeros esperaron sin levantar la voz.
Desde los altoparlantes, cada 10 minutos, se informaba: "La Administración Nacional de Aviación Civil informa que debido a fallas en el sistema de comunicación del Centro Control Area todas las operaciones aéreas en los aeropuertos de la región metropolitana han sido suspendidos por razones de seguridad hasta que el inconveniente se solucione"


En la empresa española Iberia, por ejemplo, les entregaban a los viajeros un voucher para un traslado hasta el hotel Presidente, que incluía una merienda y un desayuno.
En la empresa chilena LAN, les daban un comunicado que explicaba que la compañía se veía en la obligación de demorar o cancelar vuelos y que podían comunicarse con el 0810-999-9526 para verificar cuál era la situación de cada vuelo.
En la australiana Quantas, por ejemplo, enviaban a los pasajeros inmediatamente a distintos hoteles: los business iban al Ceasars Palace, y la clase turista, al hotel NH.

Anoche, la preocupación de muchos viajeros que habían sufrido la cancelación de sus vuelos era que ya habían despachado sus valijas y no tenían una muda de ropa para cambiarse.

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