Cuando más sentido ha tenido nuestra vida en la Tierra, tanto más jóvenes seguimos siendo, hasta haber alcanzado incluso una edad avanzada.
A aquel que madura hacia el otoño de su existencia, se le recomienda echar una mirada retrospectiva, para terminar con el pasado, con aquello que le ocupa todavía y entregarle su juventud pasada al gran Espíritu eterno.
Tener actividad espiritual conduce a tener energía de acción hasta una edad avanzada, porque el cerebro permanece activo y es irradiado por la fuerza de vida creativa.
A más tardar en la mitad de nuestra existencia terrenal deberíamos preguntarnos:
¿Procuramos alcanzar lo humano, lo externo, o la interiorización, la conciencia de Dios?
Esta decisión es de importancia vital, pues justamente entre los 35 y 42 años es posible hacer un nuevo y fundamental cambio de vida...”
Las siguientes preguntas nos pueden dar indicaciones sobre nuestro propio modo de pensar y comportarnos, es decir sobre como estamos construyendo nuestro futuro y en las respuestas sinceras encontraremos la ayuda para cambiar:
¿Por qué permanecemos en pensamientos más en el pasado que en el presente?, ¿qué esperamos del futuro?
Cuan a menudo dice un anciano:
“Estoy muerto de cansancio”, o bien
“Ya no puedo más, ya no quiero más” y se deja llevar.
Mientras más pensemos así, más le damos a nuestro cuerpo la programación de marchitarse, de rendirse ante la vejez, de modo que la persona envejece y por último se hace vieja.
Quien ha seguido siendo joven en el interior, como persona mayor es considerado y paciente, especialmente con la juventud, pues él mismo ha experimentado que se debe dejar libre a la juventud para que siga su propio rumbo de vida.
Vida Universal
Maximiliano Corradi
DNI 27090991
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