La misión que envió la Argentina a Ghana para destrabar el conflicto por la Fragata Libertad regresa a Buenos Aires en medio de clima poco optimisma y después de un serio "desencuentro" con la tripulación de la fragata. Ocurre que el "mensaje" que llevó a la "tropa varada" habría dejado mucho qué desear: "Queremos traer el saludo y el apoyo del pueblo argentino", habrían dicho en una visita de no más de 15 minutos. La delegación fue tratada con tanta frialdad, que según una versión difundida, los marinos habría soltado incluso una dura confesión a sus superiores: que hubieran querido "pegarles".
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24)
En medio de un gran hermetismo y un clima poco optimista, la misión que envió la Argentina a Ghana para destrabar el conflicto por la Fragata Libertad regresará hoy a Buenos Aires.
Se trata del vicecanciller Eduardo Zuain y del viceministro de Defensa,
Alfredo Forti, quienes habían viajado el sábado pasado a Accra para reunirse con
las autoridades de Ghana.
Pero si bien no difundieron resultado alguna de las negociaciones con el
gobierno de Ghana, sí se supo que ayer pasó en cambio un incómodo momento cuando
los funcionarios realizaron una visita a la Fragata Libertad.
Según reveló hoy el diario 'Clarín', la
misión "llegó al puerto para llevar el mensaje a la tropa varada":
"Queremos traer el saludo y el apoyo del pueblo
argentino", anunciaron a los miembros de la tripulación del buque
escuela, según la versión del medio local.
Allí, a bordo de la embarcación, la delegación fue tratada con frialdad. Y
de acuerdo a la versión difundida, los marinos de la Fragata Libertad se
soltaron recién después de que se fueron, confensándole a sus superiores que
hubieran querido "pegarles".
En efecto, otras fuentes sostienen que le habrían pedido incluso, y aunque
con respeto, que no les mientan cuando comenzaron a escuchar los argumentos
oficiales para explicar el fracaso de las negociaciones con las autoridades de
Ghana.
Testigos de la visita aseguraron que pasaron no más de 15 minutos y
abandonaron el barco nuevamente rumbo a la capital de Ghana.
Entretanto, los familiares de los marinos ya se unieron en las redes
sociales con mensajes donde se mezclan las quejas por la situación del buque y
de los marinos varados en Ghana con reclamos salariales que surgieron a la luz
con la protesta de gendarmes y prefectos y de otra índole.
En efecto, abordo de la fragata hay wi-fi, por lo que logran estar al tanto
de todo lo que sucede y se dice, al respecto, en la Argentina.
Dicen que la embajadora Susan Pataro, quien con asiento en Nigeria, se
instaló por el momento en Ghana, habría informado ya a los funcionarios que no
esperan mucho puesto que las autoridades políticas de Ghana se encuentran en campaña electoral
para elegir al presidente de ese país ya que hace poco falleció quien ocupaba el
lugar y el actual presidente es interino por lo que serían muy cuidadosos en
cuanto a sus posibles interferencias con el poder judicial. Y por ello fue que
sólo cumplieron presentando una solicitud de reconsideración, pero nada más.
De esta manera, la situación para los militares no resulta nada sencilla.
Como tampoco lo es para aquel país africano puesto que la presencia de cualquier
buque o personal militar extranjero en un país siempre requiere de atenciones,
trato y consideraciones especiales. En este caso, se habla no sólo de más de 300
tripulantes sino además de una presencia multinacional, ya que entre el personal
embarcado en el buque argentino hay militares invitados que pertenecen a Chile,
Uruguay, Venezuela y Perú, entre otros.
Claro está que el plan de actividades que pudo haber sido consensuado entre
autoridades diplomáticas y militares, fue largamente excedido, y expone a ese
país a cualquier riesgo bajo el que puedan quedar por el sólo hecho de su
presencia estos militares extranjeros.
¿Analizarán esta situación en el Gobierno? ¿O están más preocupados por
quitarse las culpas de encima que no ven el bosque que hay detrás?
Sin dudas, una cuestión de capacidad...
Los bonistas ya lo han notado, y por eso, han hecho un ofrecimiento para
pagar, inclusive, los pasajes de regreso para todos los tripulantes de la
fragata que aún no tuvo respuesta argentina.
# El viaje, a medias
La fragata fue incautada por una orden judicial en virtud de una demanda de
los acreedores de Argentina por el default de la deuda en 2001.
El buque zarpó el pasado 2 de junio desde el puerto de la ciudad de Buenos
Aires para cumplir su anual viaje de instrucción para los guardiamarinas.
La tripulación de la fragata, comandada por el capitán de navío Pablo
Salonia, está compuesta por 192 suboficiales, 69 marineros argentinos, 15
chilenos, 8 uruguayos, 26 oficiales de la plana mayor y 13 invitados especiales,
que pertenecen a otras fuerzas armadas y seguridad de Argentina y naciones de
Sudamérica.
El itinerario del buque incluyó los siguientes puertos: Salvador (Brasil);
Paramaribo (Surinam); Georgetown (Guyana); La Guaira (Venezuela); Funchal-Isla
de Madeira y Lisboa (Portugal); Cádiz (España); Casablanca (Marruecos); Las
Palmas-Islas Canarias (España); Dakar (Senegal) y Tema (Ghana), donde permanece
actualmente. Antes de este imprevisto judicial, el viaje tenía programado
continuar por los puertos de Luanda (Angola), Walvis Bay (Namibia), Cape Town
(Sudáfrica), Río de Janeiro (Brasil), Montevideo (Uruguay) y llegar a principios
de diciembre a Buenos Aires.
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