Nacemos, vivimos y morimos solos

Todo lo demás es una ilusión...

A mediados de noviembre 2003 con 60 años cumplidos fui internada de emergencia en el Hospital San Juan de Dios (Ciudadela)
Llaman al cirujano quien me anuncia que debo ser operada sin decirme de qué ni porqué.
Al ingresar al quirofano dije mi oración cotidiana:
"Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío" 
"Sangre de Cristo cúbreme" 
"Agua del costado de Cristo, lávame" 
¡Oh mi buen Jesús óyeme! 
¡En ésta situación ayúdame! 
En la hora de mi muerte llámame y mándame que vaya a Ti para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos – 
Amén

Doce horas después amanecí en terapia intensiva y me entero que habían trabajado sobre una septicemia generalizada durante 6 horas aspirando  la materia fecal y pus que me había llegado hasta los pulmones.
El parte médico previo a la operación, entregado a mi esposo decía que tenía un 50 y 50 por ciento de sobre vida o muerte.

El relato viene a cuento por la operación realizada a Cristina de Kirchner.
Sólo ella debe saber qué sintió en la ante sala.
Personalmente, recuerdo mi sensación de protección y contención que sentí en terapia intensiva.
Era tan absoluta que me hubiera quedado más días de lo establecido por los médicos.
Las visitas de nuestros familiares son de 30 minutos al mediodía y al atardecer.
El resto del día estamos solos con nuestra alma, sentimientos y pensamientos.
Por sobre ellos, era Dios mi mayor sostén.

Comprendí que solo el Amor de Él era el motor que robustecía mi actitud de superación para hacer las cosas y para finalizar lo empezado.
Los verdadero sentimientos no son ilusión
…
La presidente de la Argentina, ¿Habrá comprendido lo que significa nuestra finitud?