Nacemos preparados para soñar, aun cuando ciertos sueños nos abandonan en el camino, o los sustituimos por otros menos pretenciosos.
Aun cuando en el trayecto, nos distraemos por los cantos de sirena, que nos alejan de aquello que tanto anhelábamos.
Cuidar esos sueños debería ser la consigna, una obligación, nuestro manifiesto.
Inclusive, reclutar otros más atrevidos, pero no por ello, realistas.
Estamos perdiendo el síntoma del deseo, por temor a equivocarnos, cuando en el riesgo por consumarlos, comienza la realización de lo soñado.
Enfermarse del pasado, no tiene que ver con la historia, ni menos con el olvido.
Soñar es un verbo en tiempo futuro, y poco tiene que ver con ciertos logros que proponen los mercantilistas.
Porque no hay edad para derribar lo establecido, ni argumentos que nos convenzan que todo es cierto.
Antes que por el éxito, vayamos por la hazaña.
© Gabriel Velxio
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
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