Por
Carlos del Frade
(APe).-
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Dieciocho de los diecinueve departamentos de la provincia de Santa Fe están en
situación de desastre…-informó el Ministro de la Producción, Luis Contigiani,
acompañado por el gobernador, Miguel Lifschitz, la mayoría de los integrantes
del gabinete y gran cantidad de diputados y senadores.
Fue
en el salón blanco de la Casa de Gobierno donde, hace muchos años, se dictó la
Constitución Nacional y se firmaron otros documentos liminares de la vida
argentina.
A
la salida de este lapidario informe sobre los efectos de las inundaciones sobre
los distintos rubros de la economía, en la plaza de Mayo santafesina, vecinas y
vecinos de distintos barrios de la ciudad capital del segundo estado argentino
debatían qué hacer para la semana del 29 de abril, cuando se cumplan trece años
de la invasión de las aguas del río Salado que, como consecuencia de la
corrupción, se tragó la tercera parte de la ciudad y dejó casi ciento cincuenta
muertos.
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Ojalá
que tengan en cuenta la vida y las historias de las personas –le dijo una de
las referentes de esta lucha contra la impunidad de los inundadores a dos de
aquellos legisladores que fueron al encuentro de los sobrevivientes.
A
dos de los estragados por las varias inundaciones que afectaron en los últimos
treinta años a la ciudad cuna de la Constitución Argentina, Milagros Demiryi y
Jorge Castro, los une el amor, también el espanto y la lucha permanente contra
un sistema que miente.
Como
integrantes del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, compartieron un
documento sobre estos trece años de aguas turbias, muy turbias.
“…La
unión de fuerzas desde lo más simple de una organización barrial, a lo más
difícil de lograr en el problemático y amplio escenario provincial es la tarea
de todos aquellos que ven que si dejamos estos problemas en las manos de los
previsibles y reiterativos gestores de fracasos, nos seguirán inundando,
seguirán desapareciendo establecimientos agrícolas y productivos.
Hace
20 años atrás esta provincia poseía 60.000 tambos...
Hoy solo llegan a 18.000 y
esta nueva inundación va a dejar el tendal…
Hace
20 años atrás esta provincia poseía más de 37.000 establecimientos agrarios...
Hoy
solo sobrepasan los 24.000.
Las grandes empresas de la provincia hace 20 años
atrás casi todos pagaban ingresos brutos, gracias a Reutemann y Obeid más de
cien hoy no pagan dicho impuesto, los “socialistas” y los “radicales” bien
gracias.
Con
el no pago de estos recursos otorgado por los patriotas que calientan las
bancas provinciales estas empresas han
drenado hasta el 2016 más de 20.000 millones de dólares.
Autopistas
hechas por el estado provincial viven en estado calamitoso y encima son
concesionadas a precios irrisorios.
“Y así los
gobernantes de esta provincia se nos ríen en la cara y cuando son acorralados
en sus explicaciones siempre hablan de que no hay recursos para las grandes
obras”,
sostiene el escrito del organismo.
“Recordemos:
Hicimos el túnel sub fluvial con recursos provinciales...
La autopista Santa Fe
Rosario y la Santa Fe San Francisco con recursos provinciales, lo que no tienen
quienes nos gobiernan y han gobernado, es valentía ni cabeza.
El
voto popular no exime a nadie, al contrario los responsabiliza en la verdad, no en la mentira.
Su
legitimidad agoniza cada cuatro años ante las claudicaciones de la rapiña de un
capitalismo global que no perdona a nadie, se comen todo y no deja más miseria
cada día.
Este
año cuando muera el día como aquel 29 de abril del 2003 sabremos nuevamente que
solo el pueblo salvara al pueblo, volveremos a marchar hacia la plaza 25 de
mayo con sus 161 cruces que expresan la impunidad de los Inundadores y
volveremos a comenzar diciendo…
Inundados
de ayer, inundados de hoy, inundados por venir…
Ganémosle
a los dueños de las desesperanza política logrando nuestra propia unidad como
pueblo, si nos unimos desde lo más simple, cada barrio, cada zona con sus
reivindicaciones más sensibles, seguiremos caminando más juntos por el derecho
de construir nuestras ciudades, nuestra provincia, ya no para nosotros sino
para que nuestros hijos y nuestros nietos tengan la posibilidad de vivir, y no
padecer la vida inundada de miserias planificadas por los más poderosos.
“La solidaridad
es la ternura de los pueblos, la organización y la lucha por una Patria para
todos, es el horizonte de aguas profundas que debemos sortear y es posible de
lograr”,
termina diciendo el documento del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos
de Santa Fe, palabras que desafían las hipocresías y las resignaciones varias.
Una
manera de seguir peleando por los inundados de ayer, hoy y mañana, como ellos
dicen.
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