Nunca
te detengas…
Sigue…
Siempre
se puede...
Caen
las hojas del calendario y pronto iniciaremos un naciente año.
Cada
día tildado en nuestro almanaque tuvo
una historia.
Un
proyecto…
Una
alegría o desencanto…
Cada
marca nos desvela el tiempo pasado.
Cada
muesca revive los buenos momentos.
Las
metas alcanzadas y las que aún nos
quedan por lograr.
Cada
hoja arrancada franquea una página más del libro de la vida.
Reseña
que lentamente se va escribiendo y trazando día a día.
El
año se escurre.
Gota
a gota… cada segundo resbala.
El
tiempo se desliza entre los dedos indiferentes y sorprendidos.
Segundos,
horas, ríos, vidas enteras fluyen al compás
del instante.
El
tiempo aún avanza...esta vez, sobre manos que han vivido más vidas.
El
tiempo que son horas, minutos, días y
años.
El
tiempo que es un torrente en donde no se
puede tocar la misma agua dos veces.
Nunca
pasará de nuevo.
Termina
el año.
El
espacio que ya se asoma en el horizonte
de la vida.
Rescataremos la grandeza de lo vivido.
Lo
bueno, lo malo, lo lindo y lo feo.
Lo
que Dios nos va componiendo y marcando
como pauta.
La
vida a pesar de las adversidades y los
obstáculos que siempre abrirán una senda
a seguir.
Senderos
con piedras, rocas y deslices.
Pero
con un Eterno que siempre estará presente.
Que
ha desgajado las hojas a un lado y ha sonreído con cada logro alcanzado.
Que
nos va recordando en cada soplo, en cada instante la grandeza del mundo en el
que vivimos.
La
majestad del espacio y del tiempo.
El
gran regalo a la humanidad.
Dimensión y esfera
misteriosa que nos ofrenda la
existencia
Comida
celestial tiempo y vida que otorgó a
este soñador a pesar de las
adversidades y tropiezos.
Familia…
Hijos, yernos, nueras, nietos y muchos por venir.
La
riqueza infinita de soñar y volar como un pájaro.
Surcando
veranos e inviernos en bilocación imborrable.
Orbitando con Saturno con sueños de anillos
permanentes.
Aleteando
junto a personajes que trasformaron el mundo.
Anidando
en un eterno solsticio con mi aurora multicolor
de pájaro volador.
Soy
gracias al tiempo y destino un satélite agradecido.
Un
volador girando alrededor del orbe desde todos los ángulos y perspectivas.
Aleteando
junto tiempo en un asombroso desfile de soles, lunas y de estrellas.
Envuelto
en luceros errantes con sus luces y sombras de sublime brillo y excelso
carisma.
Siempre
en vuelo continuo corriendo hacia al amor.
Tata
Dios no tiene reloj ni calendario y nos enseña que siempre podemos comenzar y enderezar el camino.
Que
cada día es una pequeña vida.
Que
cada instante es único.
Que
como bien dice el poeta
“…Cuando
todos los días resulten iguales es porque el hombre ha dejado de percibir las
cosas buenas que surgen en su vida cada vez que el sol cruza el cielo…
Y
en este mundo vertiginoso como de
fantasía o ficción me ha dado la enorme posibilidad de exclamar como Martin Fierro al Moreno…
“…Cuándo
formó Dios el tiempo / y por qué lo dividió" / según mi saber alcanza / el
tiempo sólo es tardanza / de lo que está por venir
/
No tuvo nunca principio / ni jamás acabará / porque el tiempo es una rueda / y
rueda es eternidá…
Dr. Jorge B. Lobo Aragón
jorgeloboaragon@gmail.com
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#tiempo
#tucuman
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