Esta
tarde, la mujer más poderosa del mundo salió a caminar sola por Recoleta, con
una mínima custodia inherente al cargo.
Esta
mujer, tuvo que venir a Buenos Aires en un avión de línea porque el que es de
uso oficial tuvo inconvenientes técnicos.
Esta
mujer ha enfrentado por igual a Trump y a Putin, sin temblarle el pulso un
segundo a la hora de defender los intereses alemanes o europeos.
Esta
mujer no usa zapatos de Loboutin ni ropa que vaya más allá del costo y la
calidad promedio.
Esta
mujer es afecta a la música clásica, va al teatro, hace la cola y paga su
entrada.
Esta mujer, que
no intenta aparentar lo que no es para aspirar a un reconocimiento imposible, es sin dudas
un ejemplo de que en el mundo actual no se necesita marchar con las tetas al
aire o quemar templos para dejar en claro que las mujeres pueden lograrlo todo…
Eso sí, con trabajo y dedicación, como cualquiera...
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