En
el siglo XX nos ha dejado variados ejemplos que demuestran que el sistema de
economía planificada y centralizada es extraordinariamente inferior al sistema
capitalista.
El
chavismo ha provocado un éxodo sin precedentes que amenaza con desestabilizar a
otros países de Sudamérica.
La
situación política en Venezuela, permite consolidar, más aún, la afirmación de que ideas erróneas que
preconizan políticas populistas llevan a situaciones críticas como la que está
viviendo ahora mismo la población venezolana.
Al
declararse el líder opositor y de la
Asamblea Nacional, Juan Guaidó, presidente interino del país, a la movilización
masiva de los venezolanos se suma al apoyo de países democráticos de América
Latina, Brasil, Chile, Perú, Colombia, Argentina, y otros, de suma importancia a nivel mundial, como EEUU y Canadá, provocando la atención
del mundo civilizado por las consecuencias que ello induce…
Existe
el temor de que se desencadene una guerra civil entre opositores y las fuerzas
leales a Nicolás Maduro, lo cual
provocaría muerte y destrucción en ese país.
A
ello se añade el declarado apoyo, al dictador,
de otros países, entre ellos China, y Rusia, que ven peligrar sus
intereses en Venezuela.
Pero, es
importante subrayar, la responsabilidad
que tiene el gobierno venezolano en las dificultades terribles que tiene
la gente para subsistir en medio de carencias de todo tipo, alimentos y
medicinas, entre muchas otras, que han llevado a que la emigración, para los
que pueden hacerlo, sea la única salida.
La
solución tendrá siempre un costo, pero no buscarla, seguir con un gobierno que
siguió como Cuba, enamorado de la utopía socialista es absurdo.
Cuando la gente
deja su país en masa o como en Cuba no se les permite salir es porque se ha
fracasado estrepitosamente.
La
huida siempre es hacia países capitalistas o que están en el camino de serlo.
Pocos buscan comenzar de nuevo en países donde
escasea la libertad.
CHILE
ES EL MODELO
Venezuela
como los países de América Latina, que
sufren dificultades económicas, deben salvarse, como lo ha hecho
Chile, del destino latinoamericano.
Este
país es un ejemplo que se debiera seguir.
Una
vez que salió del caos generalizado provocado por el presidente Salvador
Allende, amplió la economía de mercado, desreguló la economía, fortaleció la
propiedad privada, la sociedad civil y la democracia.
Ha mejorado su
ética institucional y se ha integrado al mundo desarrollado.
Mientras
que la Cuba socialista lleva más de medio siglo de poder absoluto con una
economía desastrosa, sumada a la represión,
persecución a las familias, a los disidentes , y a la opinión pública.
No
debemos olvidar en esta comparación, que Cuba antes de la revolución de 1959,
existía una próspera clase media, el índice de analfabetismo estaba entre los
más bajos de Latinoamérica, era el primer país
en el uso de televisores y en asistencia al cine, lo que muestra a un
país económicamente pujante.
En el siglo XX
nos ha dejado variados ejemplos que demuestran que el sistema de economía
planificada y centralizada es extraordinariamente inferior al sistema
capitalista.
El
populismo, es un fenómeno más político
que económico, se opone al capitalismo y
ha tenido vigencia en el socialismo y en los movimientos defensores de la
tradicionalidad, opuestos a la modernización,
como el nacional-socialismo, el fascismo y el peronismo..
Pretende
que el pueblo sabe lo verdadero y lo justo.
Para
seguir sus designios necesita un jefe o líder que lo sepa escuchar, ya sea
militar, sacerdote, político o intelectual y que cumpla con sus aspiraciones.
Por
ello termina en autoritarismo.
Bien
lo definió, en estos días, Maradona, cuando dijo al darle apoyo al dictador
venezolano:
“Maduro es el
pueblo”.
Venezuela
con Chávez y Maduro giró hacia el modelo cubano adoptando políticas populistas.
De esta manera
fue disminuyendo el estado de derecho y la seguridad jurídica.
La
corrupción aumentó sus grados sostenida y propagada desde el Estado.
Ambos
presidentes han impulsado la limitación
de la propiedad privada y el control político del mercado, aumentando, de esta
manera, las coerciones del estado y sus funciones económicas y el control de la
actividad política e incluso de la cultura.
La
letanía nacionalista “vivir con lo nuestro” sirvió para estatizar y generar un
estado poderoso. que subrayó la noción
de reparto consistente en la necesidad de sacarle al rico, considerado siempre
como explotador, para darle al pobre, en
nombre de la solidaridad social.
Fundaron
su poder en la exaltación del nacionalismo y el odio a lo extranjero
especialmente al país capitalista y democrático por excelencia, EEUU, dejando
en el tintero, que la democracia norteamericana es el modelo, aunque no siempre
la realidad, de las sociedades que son o aspiran a ser democráticas.
Periodistas
e intelectuales analizan la situación con anteojeras:
Es increíble que
EEUU, sea considerado por muchos de ellos, como para Nicolás Maduro, el chivo
expiatorio.
Ignoran
la ayuda de EEUU al mundo democrático desde el Plan Marshall hasta ayuda
militar, crédito y donaciones. Corea del Sur y Vietnam del Sur son países
desarrollados y democráticos salvados de la dominación comunista por ese
país, como también, Italia, Alemania y Japón, salvados del totalitarismo,
luego de la Segunda Guerra, sin pedirles un centímetro de territorio.
Solo se les
impuso la democracia.
Esperemos
que termine de la mejor manera posible el conflicto desatado en Venezuela y que se llegue a una
razonable solución política con ayuda de los países democráticos.
El
peso de la evidencia sugiere que en
Venezuela, solo podrán aliviar la pobreza, y aumentar la calidad de vida de los
`pobres, alentando los beneficios
materiales, morales, y sociales, de la tecnología y las empresas privadas que
compitan en el mercado.
Para
ello se tiene que luchar para que sea posible el libre intercambio de bienes,
servicios y afectos, dentro de las normas que demanden responsabilidad y
seguridad jurídica.
Y, sobre todo, respeto por los derechos humanos
como el no ser condenado sin juicio previo o salir y entrar libremente
del país, entre otros.
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