"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 12 de junio de 2020

Se agranda el estado y se achica la nación:

El peligroso rumbo de la economía kirchnerista

El núcleo duro del kirchnerismo se jacta de la nueva agenda chavista del presidente Fernández, pero los resultados de las expropiaciones ya son conocidos. Argentina cada vez más cerca de Venezuela.

En medio del caos económico y la pandemia, el gobierno direcciona esfuerzos y recursos para avanzar en la expropiación de Vicentin.
Las prioridades de Alberto Fernández parecen ser selectivas, y la salud ocupa un rol central, siempre y cuando el humor expropiatorio de La Cámpora no intervenga en las decisiones del gobierno.

El gobierno anunció la intervención de Vicentin para evitar que la empresa fuera eventualmente vendida a Glencore, una firma de origen suizo.
De esta manera, la objeción no fue una simple deuda de la empresa con el Banco Nación, sino evitar la “extranjerización y mantener la soberanía nacional”.
Este tipo de rol en el estado recuerda a los peores años del kirchnerismo, y a los tiempos en donde el periodista Bernardo Neustadt desarmaba un teléfono de la estatal ENTEL, en busca de alguna soberanía escondida en el aparato.

Algunos economistas ya anticiparon sobre los efectos nocivos de esta decisión.
Este es el caso de Carlos Rodríguez, que advierte que este ánimo expropiatorio podría ser parte de un plan integral para incorporar un modelo chavista.
El ex funcionario de Menem aseguró en una columna de opinión para el Diario Infobae, que la idea fundamental es apoderarse de las empresas claves en la economía.

“Acá no hay excusa de virus ni de pandemia que valga para tomar estas decisiones. Yo vengo hablando desde hace un tiempo de la estrategia caribeña que está dando este Gobierno y esto es un paso más, muy consistente, en esa dirección: chavismo puro”, señaló.

El estado no toma esta decisión en el marco de la pandemia, sino que utiliza el contexto económico para avalar sus políticas.
En lugar de invertir en hospitales, camas o respiradores, Alberto Fernández y su equipo estima conveniente apoderarse de una parte del mercado de granos, uno de los más competitivos en la Argentina y en el mundo.
Para Carlos Rodríguez, la economía podría enfrentar un duro revés ante el proceso de nacionalización y socialización de cada vez más rubros en la economía. Además, aseguró que muchas otras empresas del rubro agro-alimenticio enfrentan duras dificultades dado el contexto actual, y sería ridículo plantear masivas nacionalizaciones.

Otro economista que planteó la misma idea fue Roberto Cachanosky, también en su propia columna de opinión para Infobae.
Cachanosky resaltó lo ridículo que supone poner en manos estatales a una empresa para eventualmente mejorar su funcionamiento, cuando el propio estado está quebrado.

“La realidad es que el estado pierde cientos de millones de dólares con las empresas estatales. No puede manejar eficientemente Aerolíneas Argentinas y ni siquiera tiene la capacidad para administrar bien las cuentas del sector público, porque la principal fuente de financiamiento del estado hoy es la emisión monetaria que hace el BCRA, y encima pretende estatizar una empresa cuyo servicio lo puede prestar cualquier otro competidor”, sentenció el economista.

Si bien algunos personajes poco felices como el humorista Dady Brieva aclamaron con cierto entusiasmo el rumbo chavista, desde el oficialismo prefieren negarlo, pues resulta sumamente impopular señalar las bondades de la dictadura bolivariana.
El kirchnerismo planteó que, lejos de parecernos a Venezuela, el modelo se asemeja cada vez más al alemán.
Y la razón fue que el gobierno alemán tomó la decisión de rescatar a la aerolínea Lufthansa.
Además, destacan el accionar del gobierno norteamericano durante la crisis del 2008, el cual también salió al recate de muchas grandes empresas.
La diferencia que se omite, es la que hay entre una lisa y llana expropiación, y un rescate financiero.

El gobierno alemán se volvió un importante accionista en la empresa Lufthansa, a partir del rescate que hizo para evitar que esta entrara en quiebra, pero se comprometió a privatizar ese paquete accionario, conforme se avance en la recuperación de la economía.
De igual manera, el gobierno norteamericano del entonces presidente George W. Bush, también se había comprometido a una agenda de privatización futura.
Es decir, el rol del estado en los países desarrollados a los que el kirchnerismo hace referencia, no era el de participar más en la economía como un nuevo socio de las empresas, sino el de brindar un colchón financiero para facilitar el funcionamiento de la actividad privada.
La expropiación no se trata de una nacionalización temporal y con fines circunstanciales, se trata del apoderamiento estatal de un sector en la economía.

El rol del estado argentino no sería salvar a una empresa, sería sustituirla en sus funciones y desplazarla.
Y este modelo, muy lejos de asemejarse al alemán o al norteamericano, es exactamente lo que se aplicó en la Venezuela de Chávez y Maduro

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