Por Enrique Guillermo Avogadro (Nota N° 785)
“La democracia había sido borrada del parlamento alemán casi sin protestas. Y los poderes otorgados a un hombre que sabe usarlos, rara vez son devueltos”. John Toland
Recuerdo
un esencial artículo que publicó, hace once años José Enrique Miguens, al que
tituló “Darse cuenta”; explicó allí el
fallecido sociólogo que el nazismo, que sólo había obtenido el 33% de los votos
pero había conseguido formar gobierno en 1933, presentaba al Reichstag un
proyecto de ley, obtenía el apoyo de los
conservadores y obtenía su sanción; luego, proponía otro, que era votado por
los socialistas; y un tercero gustaba a los socialdemócratas. Cuando los
alemanes despertaron, Adolf Hitler había concentrado todo el poder y el mundo
se enfrentó a la II Guerra Mundial y al exterminio de judíos, homosexuales,
gitanos, enfermos, disidentes, etc..
Después del duro cachetazo que le propinó la Corte Suprema por sus inconstitucionales pretensiones sobre la autonomía de la ciudad de Buenos Aires, el Gobierno continúa avanzando sobre la República, tal como quedó demostrado con los proyectos para postergar las elecciones –que una ingenua oposición convalidó, sin siquiera reclamar la boleta única- y, sobre todo, para otorgar al penoso Presidente (y, por ende, a su mandante) facultades extraordinarias, teóricamente circunscriptas a la salud pero, en la práctica, limitantes de las atribuciones de las provincias y de las libertades individuales, en un remedo de la Ley de Habilitación que obtuvo Hitler, en 1934, para terminar con la división de poderes.
Este
disparate, expuesto como tal con la más elemental lección de derecho por el
Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en la cara de Alberto Fernández
durante la segunda escala del patético viaje que éste está realizando por
algunas capitales europeas, sin duda será anulado a corto plazo por la misma
Corte, que ya ha dejado muy en claro que no tolerará manotazos contra la
Constitución y el federalismo.
¿Por qué Juntos por el Cambio se prestó a la innoble tarea de postergar el calendario electoral?
El
Frente de Todos aceptó la inclusión de una cláusula que estableció que era “por
única vez” y la oposición se quedó contenta con ese “logro”.
¿Ignora
acaso que enfrente sólo hay mafiosos que nunca respetan un compromiso?
¿En
qué evidencias científicas apoyó su decisión?
¿Quién
puede prever cómo estará la situación de la pandemia y de las vacunas en
septiembre?
¿Olvidó
que una enorme cantidad de países, muchos de ellos latinoamericanos, celebraron
sus elecciones normalmente, a pesar de los contagios?
¿Por
qué pudieron votar los bolivianos en escuelas argentinas, y no podremos hacerlo
nosotros cuando estaba previsto?
El Gobierno sueña que, para la primavera, la economía estará mejor, habrá conseguido superar su (tan corrupto) fracaso en la compra de vacunas y conseguirá las necesarias para inmunizar prioritariamente a sus huestes, como ya hizo con Carlos Zannini, Horacio Verbitsky y tantos otros ladrones VIPs; mientras tanto, continuará aterrando a la sociedad con sus sospechosas estadísticas de contagios y muertes.
Podrá hacer entonces que miembros de La Cámpora y de los movimientos sociales ocupen la mayoría de los puestos de presidente de mesa electoral; en resumen, estará agregando otra pieza al cajón de herramientas disponibles para el fraude.
El Estado de Derecho, la Constitución y la Justicia están bajo fuego graneado sin que aparezcan demasiadas voces, más allá del periodismo y la academia, que lo pongan en blanco y negro todos los días.
¿Reaccionó
a gritos la política cuando el vernáculo imitador de Jimmy Hoffa, Hugo Moyano,
extorsionó públicamente a Francisco de Narváez, nuevo dueño de Walmart
Argentina, para que pagara una monumental e injustificada indemnización a sus
camioneros?, ¿qué dice hoy mismo, mientras ese corrupto sindicalista bloquea a
una pequeña empresa de logística?
¿Qué
hizo frente al inconstitucional recorte de fondos a la Ciudad Autónoma?
En otro orden de cosas, ¿no percibimos que Cristina Fernández quiere que la Argentina caiga en un nuevo default con el Club de Paris y con el FMI, además de llevar a la misma situación a las empresas a las cuales les ha prohibido pagar sus obligaciones externas?
El
permanente esmerilado al que somete al Ministro de Economía, Martín Guzmán, que
inexplicablemente no ha renunciado aún, tiene ese propósito, y que sea el
“pelotudo” Senador Oscar Parrilli su principal vocero lo confirma con creces.
Y esa posición
busca convertir a China en el peligroso financista de única instancia.
Tenemos que entender todos que a estos tipos que nos gobiernan nada les importa, con excepción de triunfar en sus grandes proyectos de impunidad y permanencia hereditaria; y que todas sus acciones, como en el ajedrez, tienen objetivos que sólo se verán varias jugadas después.
Si
la ciudadanía continúa cayendo en la trampa infantil de analizar cada
movimiento aisladamente, cuando despierte será demasiado tarde.
Los
lectores me preguntan qué se puede hacer para evitar este trágico final.
Existe
una sola respuesta: la sociedad civil
debe organizarse masivamente para actuar y defender, en todos los terrenos, a
la República y su Constitución, aunque ésta sea el adefesio de 1994
El mundo, y también la Argentina, están llenos de ejemplos de reacciones a favor de la democracia y en contra de quienes quieren subvertirla y transformar a cada país en una monarquía absoluta; es cierto que, muchas veces, es riesgoso hacerlo y cuesta dolorosamente caro, pero no hay alternativas.
Se
lo debemos a nuestros hijos y nietos, tanto como a nuestros ancestros.
Bs.As.,
15 May 21
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