Por Marcos Filiberti
La Deuda Argentina comienza en 1824 cuando Rivadavia pide el primer empréstito de 1 millón de libras esterlinas a la Baring Bank de Londres.
En
300 años de virreinato jamás pedimos un mango.
A
solo 8 años del 9/7/1816 -Independencia
mediante- ya éramos mendigos del mundo.
Debemos
revisar la sabiduría de esa decisión.
La
República administrada por escoria humana proveniente de los Partidos
Políticos, ungidos en Elecciones democráticas ha resultado nefasta, letal, trágico, pésimo negocio.
Hay
que decirlo de una vez.
El
pirata inglés Carr Beresford se robó el tesoro del virreinato en 1806 porque
HABIA UN TESORO!
Estas
provincias españolas no eran deficitarias crónicas como lo fueron los sucesivos
200 años posteriores de república masónica democrática.
La monárquica España realista fue infinitamente menos avara, ávida, insaciable que la banca usurera internacional.
No
es casual que los banqueros escoceses Parish Robertson, que fueran
intermediarios en este primer empréstito, casualmente estaban en el convento de
San Lorenzo cuando San Martin hiciera su famoso "ataque sorpresa" y
bautismo de fuego de los Granaderos en 1813.
Las cadenas
invisibles de la usura financiera no son compatibles con ninguna libertad y
ninguna soberanía y ninguna independencia.
La República fue
un medio, no un fin.
Un
medio para garantizar innobles cipayos vende patria al poder, incapaces de
producir nada, pero capaces de malvender empresas, endeudar el erario, imprimir
sin respaldo, hipotecar el futuro... hambrear conciudadanos y sumergirlos en la
indignidad y la pobreza, gestos que jamás tendría un monarca con sus vasallos.
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