La vuelta carnero de Cristina Kirchner era celebrada ayer por sus allegados como una gran demostración de picardía.
Un gesto que
obliga a dudar de la dramática solemnidad con que ella suele envolver su
retórica institucional.
El tiempo dirá
si se trata de una argucia conveniente en un momento en que una parte
significativa de la sociedad, atribulada porque sus líderes no saben poner fin
a las mortificaciones de la inflación y el estancamiento, se ausenta de las
urnas o potencia candidatos, de izquierda o de derecha, que impugnan el
sistema.
En
todos los sondeos de opinión asombra la cantidad de consultados que confiesan
no sentirse representados por ninguna opción política.
La
trampa parlamentaria del kirchnerismo parece diseñada a la medida de ese
desencanto.
Lo
expresó con claridad ayer Gabriel Mariotto, quien milita en la disidencia
radical de Soberanxs: “El Consejo de la Magistratura es un órgano
que diseñó la espuria reforma constitucional del Pacto de Olivos. También
enchastraron el Senado. O se cambia la Constitución o será imposible salir de
esta degradación”.
La
oposición va a llevar a tribunales el problema de la integración del Consejo de
la Justicia.
Jimena
de la Torre, militante del Pro y consejera por los abogados, expuso el
razonamiento de esa presentación apenas se conoció la fractura organizada por
la vicepresidenta: la representación debe decidirse de acuerdo con los bloques
existentes hasta el viernes pasado, que fue el plazo definido por la Corte para
cubrir las vacantes.
Lo
más probable es que la silla del nuevo senador quede vacía por bastante tiempo.
………………………………
No hay comentarios:
Publicar un comentario