Hace dos mil seis años, Confucio viajó a Luoyang para entretenerse con Lao Tse
Durante el debate, Lao-Tse señaló a Confucio que tenía "orgullo y deseos".
Le sugirió pues desembarazarse de ellos: "Porque estas cosas no son buenas en absoluto para ti".
Después de intercambiar comprensiones sobre la justicia y la humanidad, Lao-Tse pregunto a Confucio: ¿Alcanzaste el Tao?
Confucio le respondió: "Lo busco desde hace 27 años. Todavía no lo he logrado".
Lao-Tse le dijo:
"Si el Tao fuera algo tangible que pudiera ofrecerse, la gente lucharía para dedicárselo al rey”
“Si el Tao pudiera ser ofrecido a otro, la gente se lo ofrecería a su familia”
“Si el Tao pudiera claramente ser expresado, todo el mundo se lo diría a sus hermanos”
“Si el Tao pudiera ser enseñado a otro, la gente se movilizaría para enseñárselo a sus hijos”
Todas estas posibilidades mencionadas más arriba son imposibles. La razón es simple.
“Cuando una persona no tiene una comprensión justa del Tao, el Tao no se abrirá en su corazón"
Por lo que se refiere a las cosas que Confucio no podía perdonar o creía injustas, Lao-Tse pensaba que Confucio se creaba a sí mismo los problemas “porque estaba atrapado por su reputación y su interés personal”
De vuelta en su casa, Confucio no habló durante tres días.
Uno de los alumnos de Confucio, Zigong, encontró esto extraño y preguntó que le pasaba.
Confucio dijo: "Sé que las aves vuelan, que los peces nadan, que los animales corren. Los que corren pueden ser cazados por trampas. Los que nadan pueden ser atrapados por redes. Los que vuelan pueden ser derribados por flechas. Algunas veces los dragones están en las nubes y otras en el cielo; no sé cómo controlarlos. Lao-Tse es un dragón. Sus pensamientos son como un dragón que vuela en la bóveda celeste. Abrí la boca, pero me quedé sin voz. Tendí mi lengua pero no pude decir nada. Soy impaciente y no se encontrarme".
Confucio estudiaba las teorías y las influencias sobre como ser una persona común. De lo que hablaba Lao-Tse era del camino de la 'cultivación', lo que es mucho más elevado que el nivel de las personas comunes. Era por esa razón que Confucio no podía comprender del todo las palabras de Lao-Tse.
Dime, dijo Lao Tsé:
- ¿En qué consisten la caridad y el deber hacia nuestro prójimo?
- Consisten -respondió Confucio- en la capacidad de regocijarse con todas las cosas; en el amor universal, sin el elemento del yo...
-¡Qué morralla!, gritó Lao Tsé. ¿No se contradice a sí mismo, acaso, el amor universal? ¿Tu eliminación del yo no es una positiva manifestación del yo?
- ¡Cielos! Amigo -replicó Confucio-, has traído gran confusión a la mente del hombre.
*********
Y, nuestra presidente (aunque el 55% no la hayamos votado) “nadie sabe, bien porqué” a París ella se fue…
Y anduvo de a piée en una manifestación (pero con unos fuertes mocetones) como guarda espaldas, para que liberen a Ingrid Betancourt.
Más que raudamente, pasaron por mi memoria las marchas cotidianas que acontecen en nuestra Patria, desde siempre: Jubilados, ahorristas, maestros, empleados judiciales, empleados de hospitales nacionales, municipales y provinciales, veteranos de la Guerra de Malvinas, Aerolíneas Argentinas… y la gente del campo por las retenciones “confiscatorias” que pretenden desde su administración…
Reflexión: ¡¡¡La caridad bien entendida, comienza por nuestra Patria…Señora Presidente de TODOS los argentinos!!!
Desde La Matanza, Corina Ríos DNI 4482250, al 8º día del mes de Abril, en el año de nuestro Señor, 2008
Durante el debate, Lao-Tse señaló a Confucio que tenía "orgullo y deseos".
Le sugirió pues desembarazarse de ellos: "Porque estas cosas no son buenas en absoluto para ti".
Después de intercambiar comprensiones sobre la justicia y la humanidad, Lao-Tse pregunto a Confucio: ¿Alcanzaste el Tao?
Confucio le respondió: "Lo busco desde hace 27 años. Todavía no lo he logrado".
Lao-Tse le dijo:
"Si el Tao fuera algo tangible que pudiera ofrecerse, la gente lucharía para dedicárselo al rey”
“Si el Tao pudiera ser ofrecido a otro, la gente se lo ofrecería a su familia”
“Si el Tao pudiera claramente ser expresado, todo el mundo se lo diría a sus hermanos”
“Si el Tao pudiera ser enseñado a otro, la gente se movilizaría para enseñárselo a sus hijos”
Todas estas posibilidades mencionadas más arriba son imposibles. La razón es simple.
“Cuando una persona no tiene una comprensión justa del Tao, el Tao no se abrirá en su corazón"
Por lo que se refiere a las cosas que Confucio no podía perdonar o creía injustas, Lao-Tse pensaba que Confucio se creaba a sí mismo los problemas “porque estaba atrapado por su reputación y su interés personal”
De vuelta en su casa, Confucio no habló durante tres días.
Uno de los alumnos de Confucio, Zigong, encontró esto extraño y preguntó que le pasaba.
Confucio dijo: "Sé que las aves vuelan, que los peces nadan, que los animales corren. Los que corren pueden ser cazados por trampas. Los que nadan pueden ser atrapados por redes. Los que vuelan pueden ser derribados por flechas. Algunas veces los dragones están en las nubes y otras en el cielo; no sé cómo controlarlos. Lao-Tse es un dragón. Sus pensamientos son como un dragón que vuela en la bóveda celeste. Abrí la boca, pero me quedé sin voz. Tendí mi lengua pero no pude decir nada. Soy impaciente y no se encontrarme".
Confucio estudiaba las teorías y las influencias sobre como ser una persona común. De lo que hablaba Lao-Tse era del camino de la 'cultivación', lo que es mucho más elevado que el nivel de las personas comunes. Era por esa razón que Confucio no podía comprender del todo las palabras de Lao-Tse.
Dime, dijo Lao Tsé:
- ¿En qué consisten la caridad y el deber hacia nuestro prójimo?
- Consisten -respondió Confucio- en la capacidad de regocijarse con todas las cosas; en el amor universal, sin el elemento del yo...
-¡Qué morralla!, gritó Lao Tsé. ¿No se contradice a sí mismo, acaso, el amor universal? ¿Tu eliminación del yo no es una positiva manifestación del yo?
- ¡Cielos! Amigo -replicó Confucio-, has traído gran confusión a la mente del hombre.
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Y, nuestra presidente (aunque el 55% no la hayamos votado) “nadie sabe, bien porqué” a París ella se fue…
Y anduvo de a piée en una manifestación (pero con unos fuertes mocetones) como guarda espaldas, para que liberen a Ingrid Betancourt.
Más que raudamente, pasaron por mi memoria las marchas cotidianas que acontecen en nuestra Patria, desde siempre: Jubilados, ahorristas, maestros, empleados judiciales, empleados de hospitales nacionales, municipales y provinciales, veteranos de la Guerra de Malvinas, Aerolíneas Argentinas… y la gente del campo por las retenciones “confiscatorias” que pretenden desde su administración…
Reflexión: ¡¡¡La caridad bien entendida, comienza por nuestra Patria…Señora Presidente de TODOS los argentinos!!!
Desde La Matanza, Corina Ríos DNI 4482250, al 8º día del mes de Abril, en el año de nuestro Señor, 2008

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