Delegación de PAZ...

21 de Septiembre de 2009


Por Mara Martinoli

Así como los Municipios relegan funciones en Delegaciones, podríamos pensar en programar en toda comunidad “Delegaciones de Paz”.

Una “Delegación de Paz” está integrada por referentes comprometidos, personal idóneo para realizar la tarea y canalizar los reclamos.
Punto de encuentro de voluntades que accionan en defensa de todos los Derechos, evitando los brotes de movimientos que quisieran accionar en su contra.

Un centro transformador de necesidades, multiplicador de esperanza, que se abre como nexo articulador; una comunicación efectiva para reinstaurar la “imagen pacífica” en el colectivo social y así, reducir la burocratización, para evitar mayores pérdidas sociales.

Una delegación que informe sobre sus prestaciones, que ofrezca una guía para que cada persona sepa cómo lograr el trámite; que evalúe su gestión a través del seguimiento de las irregularidades que entorpezcan su concreción.

La delegación posible, es aquella en la que no tienen lugar el espíritu explotador del clientelismo, en la que cada individuo se involucra para evitar el oportunismo antisocial.

Que planifica las actividades desde la acción hacia la inacción, para pensar, sentir, y hacer en servicio del bien común, generando la atención a la desatención para simplificar la tarea a futuro.

Que busca un cambio de interlocutores para desenmascarar a quienes intentan desmerecer el valor social de la paz.

La paz “se atiende”, y perdura más allá de sus gestores, por ello la delegación hace guardia las 24 horas.
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Una representación de paz, un mandato a futuro, una gestión de unión humana.
Puedes decir que soy un soñador
Pero no soy el único
Espero que algún día te unas a nosotros
Y el mundo será uno.
John Lennon
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Aclaración necesaria: Un mensaje especialmente dedicado a todos los papás atormentados por el abuso del mundo sectario, que se apropió de la vida de sus hijos y que hoy, continúan esperando una gestión de unión humana, de la mano de la Justicia.

Si los grupos sectarios fueran transmisores de paz ¿Permitirían semejante tortura?

Si no la sentimos, aunque conozcamos los factores, olvidamos cuantos tienen necesidad de paz.