"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 11 de enero de 2010

El AGUA...

Oda no tan profana

El espíritu de Dios planeó sobre las aguas es el origen y comienzo de la Creación
porque sin el agua no es posible la vida el hombre la cuenta en su composición.

El mito de Tiamat, que era salada de Apsu, la dulce, en toda tradición
del Oriente cercano como primer principio, reminiscencia arcana en nuestra comprensión.

Océano y Tetis padres de los dioses, divinidad acuática con poder superior,
símbolo demiúrgico para el poeta Alcman ninfa del mar en todo su esplendor.

Eurínome marina, primera entre los dioses esposa del gigante nacido del mar Ofión,
la canción de Orfeo sus locas le brinda por surgen del agua en su concepción.

Para Tales el agua, el primer elemento, cosmogonía exacta a la que rinde loor
razón y poesía, que en si deriva, por poder imponente del dios Poseidón.

Los dioses del mar eran primordiales, al pensamiento moral daban ocasión,
mito y poesía mezclaban por iguales expresando las virtudes y su cosmovisión.

El anciano hombre de mar en Homero, Nereo, Proteo, Glauco, Forcis, es la relación
con la radiante belleza de las jóvenes ninfas que pueden engendrar o ser su mutación.

La cueva de las Nereidas descripta en Odiseo alegoría del universo en su feliz visión,
los santuarios marinos eran puertas del cielo Caronte en su bote daba la aprobación.

La abundancia del agua en el principio es en la Biblia histórica condición
como la escatológica del fin de los tiempos nos enseña que nunca habrá omisión.

El poeta que es Dios, vio que la tierra era árida y estéril porque agua no le dio,
y en infinita bondad, hizo que el hombre sacara del manantial lo que El regó.

Puso un límite al agua, tras el diluvio la tierra otra voz no la cubrirán,
porque cambia lo que está corrompido en fuerza destructora y regeneración.

Dijo a Moisés: tiende tu mano sobre el mar, se volverán contra Egipto y serán tu salvación,
¿No eres Tú quien secó el mar? dice Isaías para que Israel viva su restauración.

Y acaso con Aarón en el desierto, golpeando la piedra con gran unción
no ha brotado agua para el pueblo rebelde y descreído de su Dios.

El agua es el fin y es el principio, un río de agua via en borbollón
muestra el Ángel del Apocalipsis con que aquel que la quiera, se sació.

El agua es la imagen de nosotros, puede darnos alegrías o dolor,
podemos darle el uso adecuado o emplearla para nuestra perversión.

Agua y hombre, pasión, deseo, vida,
Que sea para todos la oración
Elevada al cielo como gracia eterna
Donde reine la paz y el amor.

Elías D. Galati
wolfie@speedy.com.ar

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