"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 30 de enero de 2012

El Dilema


Aunque normalmente se entiende el sentido figurado del término es decir una situación forzosa que requiere una elección entre sus dos posibilidades, en realidad el dilema es un término lógico que indica un argumento formado por dos proposiciones contrarias disyuntivamente con tal artificio que, negada o concedida cualquiera de las dos, queda demostrado lo que se intenta probar.

Es un silogismo propio de la lógica tradicional.
Desde la psicología se entiende la situación presentada a un individuo y que ofrece dos explicaciones alternativas, ninguna de las cuales parece llenar por completo las condiciones, o dos cursos alternativos de acción que se excluyen mutuamente.
La situación puede ser más compleja aún y se denomina trilema cuando hay tres alternativas, pero el dilema puede entenderse e incluir cualquier situación aún más  compleja.

El dilema nos pone en trance de elegir,
La elección es el fin del dilema, y significa el direccionamiento de nuestra voluntad en un sentido u otro.

En nuestra vida elegimos permanentemente, cada instante se puede decir nos pone en situación de tomar una decisión, que muchas veces la hacemos inconscientemente o automáticamente, casi sin pensar y de acuerdo a nuestras normas y nuestras ideas.
Estas decisiones marcaran nuestra vida futura, porque de acuerdo a ellas será el camino que seguiremos.
No existe en nosotros claramente el concepto que la toma de decisión es la resolución de un dilema, ni tampoco la proyección del mismo.

Nuestras vidas son tan aceleradas y sin tiempo para meditar que rara vez nos tomamos unos minutos para evaluar las posibilidades y resolver de acuerdo a la mejor conveniencia.
En lugar de ello tomamos la decisión rápida que se nos aparece inmediatamente en la mente, muchas veces condicionada por las convenciones sociales, por lo que nos rodea, por la situación personal y familiar y aún por otras cosas que tenemos entre manos que nada tienen que ver con la decisión.
El verdadero dilema se presenta en las cuestiones importantes, de trascendencia o que hacen a nuestra existencia y nuestro futuro.

Ahí si, tomamos distancia.
Pensamos y meditamos que hacer.
Casos como que carrera seguir, entrar en una relación amorosa, hacer un negocio, la educación de los hijos, cuando alguien nos pide un consejo, nos hacen reflexionar y tratar de resolver el dilema.

Hay situaciones que impiden resolverlo pronto y nos desvelan.

Pasamos días, semanas y a veces meses evaluando y tratando de llegar a la mejor situación sin poder conseguirlo.

Cuando la resolución del dilema afecta a terceras personas, hay que ver si la solución se busca contando únicamente con nuestros intereses, o respetando el interés de los otros y evitando que sean los mismos perjudicados.

Se dice que la vida es un dilema, pero no es así.

La vida no es un dilema...
La vida se vive, continúa independientemente de nosotros y de nuestras resoluciones y su fin no nos compite.

El dilema son las circunstancias de la vida que nos atañe.
Las cuestiones que debemos resolver y de las cuales nos debemos hacer responsables.

Porque ese es el quid de la cuestión, resolver el dilema, elegir una opción, es también hacerse responsable de dicha elección, y atenerse a las consecuencias.

Ese es el sentido de decir "somos dueños de nuestra vida", en realidad de las circunstancias de la vida que elegimos.

El gran dilema es por lo tanto elegir bien.
Que nuestra elección sea la mejor, pero que sea justa, ecuánime y que nos encamine a entender la realidad.
También que sea buena, no sólo para nosotros sino para los demás.
Que respetemos con nuestras elecciones a nuestros hermanos, con sus realidades, sus ideas, sus valores y su vida.

Elías D. Galati

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