Fin de semana largo soleado, momento de distención y, sin embargo, el horizonte es tenebroso.
¿Podrá la Argentina revertir en la Corte de Apelaciones el fallo del juez Thomas Griesa?
Y si no lo consiguiera ¿pagará el 15/12 a los acreedores 'buitres' o caerá en default técnico con respecto a los tenedores de bonos reestructurados?
Entonces, que sólo 7% de los deudores pueda romper ese acuerdo no parece muy lógico.
Digo romper el acuerdo porque si el Gobierno argentino paga la deuda que Griesa reclama -que implica reconocer el 100% del capital y los intereses a los deudores que no entraron en el canje-, el canje termina cayéndose; ya que estas personas, que aceptaron quitas del 65% de su deuda, no van a estar muy contentos con la situación."
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El 24/12 se
cumplirán 11 años de la declaración unilateral de moratoria de la deuda pública
externa por casi US$ 100.000 millones que hizo el entonces presidente
de la Nación, Adolfo Rodríguez Saá, festejado por las 2 cámaras
legislativas, en una irresponsabilidad descomunal característica de los
senadores y diputados argentinos.
En tanto, el fallo del juez de Nueva York, Thomas Griesa,
en el litigio entre el Estado argentino y los acreedores que no ingresaron al
canje unilateral de Néstor Kirchner, provocó el viernes 23/11
el derrumbe de la cotización de los bonos públicos argentinos en
-7%, principalmente por ventas realizadas en Wall Street. El escenario
es preocupante.
El fallo de Griesa obliga a la Argentina a conformar un depósito de
garantía por US$ 1.330 millones, monto equivalente a lo demandado por
esos acreedores disconformes, hasta que la Cámara de Apelaciones decida el
barullo jurídico que ya acumula varios años.
Griesa ignoró un pedido de la Reserva Federal (Fed) de no
afectar “el sistema de pagos” en USA.
Los litigantes fueron los fondos especulativos NML y
Aurelius, que integran el 7% de bonistas que rechazó el canje propuesto
por Argentina y aceptado por 93% de los tenedores de bonos en 2005 y 2010.
El fondo NML, del financista Paul Singer, tiene a la
Argentina contra las cuerdas en Ghana, donde consiguió que un
juez embargase y retuviera en puerto a la fragata ARA
Libertad.
Además, Griesa le propuso a la Cámara de Apelaciones que se abone a esas
entidades especulativas el nominal de sus tenencias en efectivo y en 1 sola
cuota.
El plazo del 15/12 impuesto por Griesa para depositar el dinero, coloca en
un dilema a la Administración Cristina, pues coincide con el vencimiento
de los intereses por US$ 3.100 millones del bono Cupón-PIB, que ofrece
suculentos rendimientos a los inversores que aceptaron la oferta argentina
porque se ajusta por el crecimiento de la economía, que fue del 8% anual en
promedio.
Los abogados que representan a la Argentina (Cleary
Gottlieb, el mismo estudio jurídico que asesora a Grupo Clarín en sus
cuestiones externas y que asesoraba a Citibank cuando, en días
de Raúl Alfonsín, exigía un acuerdo de reestructuración a la
Argentina), presentarán la apelación al fallo ante la Cámara el lunes
26/11, que es feriado criollo por el Día de la Soberanía
Nacional (que fue el 20/11).
El argumento argentino será que la decisión de Griesa vulnera las leyes
argentinas y provoca un riesgo sistémico dentro del mecanismo de
reestructuración de deuda y de pago de los compromisos con los acreedores.
Al respecto, Ana Baron, corresponsal del diario Clarín en USA, describió la
situación de enojo en Manhattan de los bonistas y sus representantes que
ingresaron al canje:
"El fallo del Juez Thomas Griesa le estropeó el tradicional fin de
semana largo del Dia Acción de Gracias a muchos operadores y analistas de Wall
Street, que tuvieron que regresar ayer (viernes 23/11) a sus oficinas para
evaluar el impacto que puede llegar a tener sobre sus operaciones.
De hecho, al alinearse con los reclamos de los fondos 'buitre', Griesa
provocó gran preocupación no sólo entre los tenedores de bonos argentino que
participaron en los canjes sino que esa inquietud también se instaló entre los
analistas que consideran que sienta un mal precedente para futuras
reestructuraciones de deuda en default .
La gran mayoría piensa que si la Corte de Apelaciones no revierte el
fallo de Griesa, lo más probable es que el 15 de diciembre Argentina no le
pagará a los fondos buitres y por lo tanto caerá en default técnico con respecto
a los tenedores de bonos reestructurados. Así, después de 11 años de anunciado
el default, y a 7 de haber reestructurado parte de la deuda, volvió el fantasma
de la cesación de pagos.
“El fallo de Griesa es un exabrupto legal, pone en riesgo todo
la reestructuración de deuda en Argentina y también en un futuro otras
reestructuraciones” dijo a Clarín Alberto Bernal de Bulltick Capital
Markets.
“No se entiende cómo el Juez Griesa, que endosó ambos canjes, tanto el
del 2005 como el del 2010, ahora los pone en peligro. Ambos canjes fueron
respaldados por la ley de Nueva York. Hay una inconsistencia entre lo que hizo
antes y lo que está haciendo ahora.” Bernal señala además que el fallo no dice
qué va a pasar con los agentes de pago como el Bank Of New York, el agente de
pago que se encarga de distribuir el dinero entre los bonistas con cuentas en el
extranjero.
“Si Argentina no les paga a los fondos buitre e intenta pagarles a
tenedores de bonos reestructurados, los fondos buitre pueden presentar demandas
contra el Bank of New York. Pero si el BONY no les paga a los tenedores de bonos
reestructurados, estos también podrán presentar demandas en contra de este
banco.”
“El juez Griesa se ha excedido. No se puede pagar a los
bonistas que no ingresaron en los canjes el 100% del valor de los bonos en
default que tienen y decir que eso es tratarlos de forma igualitaria a los
tenedores que ingresaron en el canje y aceptaron una quita de más del 70%”, dijo
por su parte a Clarín, Shahida Shariar, de Constellation Capital, un fondo de
inversión que tiene mucha exposición en Argentina. “No es razonable. Si un 92%
acepto semejante quita, no es posible que el 8% salga
ganando”.
Rob Drijkoningen, de ING Investment puso en el acento en la falta de
reconocimiento del juez con respecto a cómo los canjes permitieron a la
Argentina resolver el problema de su deuda. “El juez parece olvidarse que sin
los tenedores de bonos reestructurados como nosotros la deuda de Argentina no
hubiese sido sostenible” dijo. Y agregó que “los tenedores de bonos
reestructurados se quedaron con el 67% de la deuda original y mejoraron el
perfil de la deuda".
Sam Finkelstein, de Goldman Sachs Asset Management, dijo por su parte:
“Hay mucho riesgo legal y una probabilidad no trivial de que Argentina prefiera
caer en default técnico antes de tener que lidiar con los holdouts. Ellos tienen
el dinero para pagarle a todos los acreedores, pero esa es una decisión
política” dijo.
Por su parte, Sean O Shea, el abogado de Gramercy, un fondo que
tiene 1.000 millones en bonos argentinos reestructurados, dijo por su parte que
“dada la obvia frustración del Juez Griesa con la República Argentina
esperábamos este fallo. Pero lo que no esperábamos es que ignorara el derecho
que tienen los tenedores de bonos reestructurados inocentes al debido
proceso”. (...)".
"(...) “Una opción es que Argentina deposite los US$ 1.330 millones en
garantía para no entrar en ‘default’ y después seguir el caso en la Corte”, dijo
Fausto Spotorno, economista y director de la consultora OJF. (...)
“Si no acata el fallo, Argentina se expone a un ‘default’ técnico por
embargo de los fondos que gire para cancelar los vencimientos de diciembre”,
advirtió Hernán Lacunza, de la consultora Empiria.
(...) “Una opción sería pagar la deuda reestructurada en otra
plaza financiera para evitar embargos. Pero se entraría en ‘default’ porque en
el acuerdo con los bonistas hay una cláusula que dice que se les pagará en el
Bank of New York (BoNY)”, dijo el economista Aldo Abram, de la consultora
Exante.
Por tal motivo, Griesa advirtió en su resolución al BoNY (Bank of New
York), el agente de pagos de la Argentina en USA, que siga las instrucciones del
juzgado.
(...) “El canje de la deuda griega se emitió en un 100% en
moneda local. Pero para canjes con jurisdicción extranjera, éste es un
antecedente muy negativo porque reduce incentivos a los bonistas de aceptar las
quitas y plazos de los gobiernos”, dijo a la AFP Marina Dal Poggetto, economista
del estudio Bein y Asociados.
(...) El economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica,
estimó en un informe (...) que (...) también juega a favor de Argentina
el contexto internacional, donde el proceso de renegociaciones de deuda pública
en Europa no terminó con el caso Grecia”, agregó, en alusión a las deudas que
restan por renegociarse, como la de España.
(...)".
En tanto, en un muy interesante informe, Federico Tessore, de InversorGlobal,
explicó:
"Hace más de un año en InversorGlobal lanzamos una alerta que
llamamos “Las 4 inversiones tóxicas”. En este Informe Especial nombrábamos
cuatro inversiones que nos parecían que iban a andar muy mal en los próximos
años.
Una de las que recomendábamos evitar era la de los bonos del Estado
argentino. Hasta esta semana, muchos inversores aún no nos creían o no entendían
nuestra posición respecto a los papeles argentinos. Decían: “Argentina tiene
reservas de sobra para pagar la deuda durante los próximos años, no hay nada de
qué preocuparse al comprar deuda argentina, va a ser un muy buen
negocio.”
Pero nosotros insistíamos en que Argentina, tarde o temprano, iba a
caer en default nuevamente. Mire lo que decíamos el año pasado cuando publicamos
el Informe de Las 4 inversiones tóxicas:
"(...) Entiéndame, no se trata de una cesación de pagos al
estilo clásico. O como hizo Argentina en 2001.
Empezó con la manipulación de las estadísticas de inflación elaboradas
por el INDEC, lo que desvalorizó los bonos ajustados por CER, cuya rentabilidad
depende del índice de precios al consumidor que elabora el organismo.
Sólo hasta 2009 el Estado argentino dejó de pagar USD 2.500 millones por
no calcular el interés del bono de acuerdo a la inflación verdadera.
No sé a usted, a mí no se me ocurre un ejemplo más claro de
default.
Y este fue sólo el primer ejemplo.
Ahora está pasando lo mismo con los bonos ajustados por
Badlar.
Creemos que hay un comportamiento repetitivo y previsible en las medidas
que toma el Gobierno…
Y así como pasó con los bonos ajustados por CER y Badlar, el Estado
puede cambiar de un día para el otro las reglas que fijan la renta que dan los
títulos públicos.
En otras palabras, si compra hoy bonos atados al PBI, podrá caer en una
nueva trampa. (...)".
Hoy, el cambio en las reglas de juego no fue decidido por el Gobierno
argentino, sino que le fue impuesto por un juez de Estados Unidos. Si el fallo
de este juez se cumple, Argentina está nuevamente ante una crisis de deuda que
se sabe cómo empieza pero no dónde ni cómo termina.
Aún hay una instancia de apelación en la Justicia estadounidense que
podría moderar el impacto de la medida y evitar el default. Pero el problema es
que hay muy pocos días para que la Justicia pueda cambiar este fallo. Si no lo
hace rápido, el Gobierno argentino deberá depositar US$ 1.300 millones el
próximo 15/12 en una cuenta de garantía en Estados Unidos.
Si no lo hace, los embargos serán más masivos y, por supuesto, llegarán
al próximo pago que el Gobierno tiene que hacer del cupón PBI, justamente ese
mismo 15/12.
“Griesa también rechazó los argumentos de los tenedores que habían
ingresado al canje: ‘ellos tuvieron la elección de entrar o no, y que al entrar
sabían que otros podían no hacerlo y que algunos estaban litigando y podían
obtener sentencias favorables por el total del reclamo… No hay injusticia en
este resultado.’ El juez también dijo que ‘éste era el resultado justo luego de
diez años de litigio.’
“Este es un aspecto esencial, ya que ordenó levantar la medida de no
innovar ordenando pagar con el pago del 15 de diciembre. El juez dijo que
usualmente las medidas cautelares se mantienen durante las apelaciones. ‘Sin
embargo, -dijo Griesa- han ocurrido circunstancias extraordinarias que
claramente requieren acción judicial… Los más altos funcionarios han dicho que
no se pagarán los bonos de los demandantes… Argentina ha recibido un tratamiento
justo durante diez años en los cuales ha prevalecido. La Corte urge a Argentina
a discontinuar las amenazas enfermizas desafiantes de las sentencias y que dicha
postura desafiante no solo sería ilegal sino que representaría el peor tipo de
irresponsabilidad en su relación con el poder judicial.’” (...)
¿Esto quiere decir que estoy de acuerdo con el fallo de
Griesa?
Como se imaginará, no soy un especialista en deuda internacional y
desconozco la mayoría de los elementos de ese juicio que enfrenta la Argentina.
Sólo le voy a dar mi opinión a nivel conceptual. Creo que el fallo va en contra
del acuerdo que la mayoría de los deudores de la Argentina cerró con el propio
Estado argentino (una mayoría del 93% de ellos aceptó el canje).
Entonces, que sólo 7% de los deudores pueda romper ese acuerdo
no parece muy lógico. Digo romper el acuerdo porque si el Gobierno argentino
paga la deuda que Griesa reclama -que implica reconocer el 100% del capital y
los intereses a los deudores que no entraron en el canje-, el canje termina
cayéndose; ya que estas personas, que aceptaron quitas del 65% de su deuda, no
van a estar muy contentos con la situación.
Desde ese punto de vista no estoy de acuerdo conceptualmente
con el fallo.
Más allá de eso, entiendo la sentencia desde el punto de vista de que
el juez siempre pidió a la Argentina que negocie con los deudores que no
entraron al canje, y el Estado no sólo nunca lo hizo, sino que constantemente
los descalificó.
¿No hubiera sido más fácil mostrarse gentil y educado con esa
gente? ¿No hubiera sido mejor para nuestra economía llegar a un acuerdo con
estos inversores? En el mundo hay reglas, formas y maneras, y no obedecerlas y
convertirse en un “renegado serial” tiene su costo.
Esta actitud del Gobierno parece que no cambiará a pesar del
fallo. (...)
Es difícil entender la poca profesionalidad de los funcionarios
argentinos. Pareciera que su única preocupación es hablarle a las masas y tratar
de elegir los términos más “populares” posibles que enciendan a la tribuna y la
lleven a pensar que estamos ante una batalla “épica” de buenos contra malos. Y
el mundo de las finanzas internacionales no funciona así. Los resultados de esta
política adolescente están a la vista…
(...) este fallo afectará la inversión de los argentinos y de los
extranjeros en Argentina. (...)
Imagine los efectos de este último punto sobre empresas como
YPF, que necesitan miles de millones de dólares para invertir en
infraestructura a varias décadas, inversiones que se necesitan para producir la
energía que nos falta cada año en mayor cantidad; o de las otras múltiples
empresas energéticas argentinas que están quebradas y al borde del colapso y que
necesitan miles de millones de dólares para subsistir. (...)".
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