por EDGAR MAINHARD
CIUDAD DE BUENOS AIRES (
Urgente24).
Ya lo dijo
Cristina Fernández de Kirchner: ella no cree en la autocrítica.
Para ella, la autocrítica es una exhibición intolerable de debilidad o, peor
aún, el presagio del derrumbe.
Por lo tanto, la Presidente de la Nación
no puede aceptar que se equivocó expropiando Aerolíneas Argentinas/Austral
Líneas Aéreas (un agujero negro que derrocha recursos indispensables
para otros objetivos de política económica)
y erró expropiando
YPF.
Aerolíneas Argentinas no tiene a quién endosársela porque
Grupo Marsans ya no existe, Pascual González Arias murió y la
productividad de la compañía es tan negativa que
ninguna empresa
aerocomercial eficiente del mundo se interesa en ese residuo
aerocomercial gobernado por malos sindicalistas y funcionarios
inescrupulosos.
YPF no tiene cómo conseguir dinero.
Sin dinero no puede
explorar ni ampliar su producción.
Por lo tanto, no puede reducir el quebranto
energético que tanto creció con los Kirchner en el poder.
YPF no consigue dinero en el volumen que precisan sus proyectos ni de
las grandes petroleras ni de las medianas ni de los audaces capitales de
riesgo.
YPF solo puede pedirle dinero a la ANSeS y al Banco de la
Nación Argentina.
Considerando que los Kirchner terminaron de debilitar el
mercado de capitales domésticos, es poco y nada lo que YPF puede conseguir en
ese
nicho.
Es obvio que con esos recursos no alcanza.
Probablemente
si Cristina
hubiera modificado varias leyes que aconsejó cambiar Chevron hubiese
logrado agitar un poco más el mercado,
pero hubiese destrozado el cepo
cambiario vigente, que ella se niega a reconocer como restricciones.
Pero Repsol bloqueó judicialmente a Chevron, y l
as
novedades judiciales que llegaron desde Nueva York impiden cualquier flujo
financiero.
Así fue como comenzó, puertas adentro, los diálogos sobre el regreso a Repsol
pero
apelando a un diálogo con el gobierno del Partido Popular español,
no con la compañía, que ha presentado una demanda, en defensa de los
derechos de los accionistas, ante el tribunal arbitral del Banco Mundial, el
Ciadi.
Cristina insiste en tratar a Repsol como si fuese una empresa estatal
española, cuando no es así. Error fenomenal.
No hay pertenencia de
Repsol al Estado español. Son fondos de inversión los dueños de Repsol.
Y
algunos hasta podrían entrar en esa categoría que ella aborrece.
Los gobernadores que apoyaron la expropiación de YPF se encuentran o
desencantados o furiosos con los resultados de la experiencia cristinista en la
empresa:
nada de lo que les prometieron fue cumplido.
Y,
además,
perdieron un prestamista de última instancia que era Repsol,
mucho más eficiente que el Tesoro Nacional.
Cuando el Estado Nacional
enviaba los fondos, ellos cancelaban con Repsol.
Nada de todo eso fue explicado a la opinión pública y prevaleció el discurso
de
legisladores que escandalizan a la inteligencia y violentan el
sentido comun, poniendo a diario en riesgo la democracia representativa
por la escasa credibilidad que ellos atesoran.
Los legisladores
argentinos son, en general, la demostración más preocupante de la ausencia de
preparación, esfuerzo y liderazgo entre los dirigentes argentinos.
Si España convenciera a Repsol que regrese al comando de YPF, ¿cómo
explicárselo a la opinión pública argentina?
Eso es lo que preocupa a
Cristina.
Ocurría algo similar con Néstor, y fue el motivo por el que
nunca actualizó las tarifas de servicios públicos, sin importarle el deterioro
que ocurría en la infraestructura, que terminó provocando el enojo de
la clase media a la que él creía que seducía subsidiando.
Un disparate lo del
Frente para la Victoria:
Tanto dinero malgastó en subsidios a los
porteños y bonaerenses... que terminaron marchando en el 8N pidiendo la cabeza
de Cristina.
Pero
Cristina se ennorgullece de imitar todos los desaciertos de su
marido muerto.
Ahora hay que buscar un cadáver a quien culpar por todo,
y el catalán
Antoni Brufau es el candidato de la Argentina.
El
razonamiento es que
sin él en escena, podría explicarse que hay una
nueva relación entre Cristina y España.
No es tan sencillo.
Néstor Kirchner pudo traicionar a Alfonso Cortina
en un cambio de administración de
José María Aznar al
incompetente
José Luis Rodríguez Zapatero.
Y es cierto que
Brufau no goza del respaldo de los
'populares' en el poder otra vez
porque él es un rezago de los socialistas.
Pero Brufau no solamente ha
demostrado con creces de que él es un sobreviviente sino que su permanencia
depende de los catalanes de
La Caixa, y hoy día hay mucho
ajetreo entre Barcelona y Madrid.
Es más, los catalanes están pidiendo su
independencia.
Algo más: Brufau acaba de superar una embestida en
agosto/septiembre...
Lo que también se dice en Madrid es que si los de Cristina no consiguen la
cabeza de Brufau... pueden apelar a cualquiera de sus irracionalidades.
Un tema
para seguir.
En ese contexto, es interesante leer a Antonio Maqueda, de
la web madrileña Voz Populi:
"
Repsol y Argentina buscan una fórmula con la que compensar a la
petrolera española tras la expropiación de YPF. Tal y como adelantó ayer
Vozpópuli, el Gobierno argentino ha llegado a la firme conclusión de que no
podrá solventar sus dificultades energéticas a menos que pacte con la compañía
que preside Antonio Brufau.
El problema consiste en que los argentinos no tienen dinero para
indemnizar a la multinacional española. Quizás se podrían emplear títulos de
deuda pública. Pero esa opción puede no ser suficiente.
Los bonos del Estado
argentino ofrecen muy poca credibilidad después del impago del país hace una
década.
De hecho, este jueves 22/11 se conocía una sentencia de un tribunal
de Nueva York que obliga a Argentina a pagar unos 1.000 millones de euros a los
fondos de inversión que rehusaron entonces restructurar su deuda.
Otra posibilidad es que Repsol permita que entre un tercero y los
españoles se lleven una parte de los beneficios de éste o incluso sean socios.
Sin embargo, ahí el margen parece bastante estrecho.
La tercera alternativa es que Repsol vuelva. Pero eso no puede hacerse de
cualquier forma, pues dejaría en evidencia a Fernández de Kirchner después de
haber difamado día sí y día también a la petrolera española.
Para conseguir esto,
habría que articular alguna formato de regreso que
demostrase que la Presidenta argentina tenía la razón y, por lo tanto,
Repsol retornaría de cara a la opinión pública argentina con el rabo entre las
piernas.
Con ese fin, se podría instrumentar algún tipo de desembolso de la
petrolera española que ‘compensase’ al Gobierno argentino y se 'devolviese' a la
española más adelante. Esta última baza podría, sin embargo, tener un precio
añadido: la destitución de Brufau.
Las relaciones entre Brufau y Fernández
El presidente de YPF, Miguel Galuccio, ha forzado la mano de los
peronistas y ha conseguido que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner
acepte que la única solución para la carestía de suministro del país sea
negociar con Repsol. Y entre las posibilidades que baraja el alto ejecutivo
argentino se encuentra el regreso de la compañía española a Argentina.
Pero en esta historia el presidente de Repsol, Antonio Brufau, se la
juega. Las relaciones con los argentinos se rompieron tras la
expropiación y ahora Fernández de Kirchner no podría admitir que vuelva Repsol
con Brufau al frente.
Para mayor inri, el Gobierno argentino ha iniciado los contactos
intentando saltarse a Brufau.
Así que parte de las conversaciones están
ocurriendo a espaldas del directivo, quien teme por su cabeza.
En una entrevista concedida a El País, afirmaba:
“No parece muy lógico
que la parte que inicia el conflicto sea la que pide que cambien al interlocutor
en la negociación.
Esto no es un tema personal, sino entre Repsol y el Estado
argentino y la prioridad es que esta casa recupere lo que es suyo.
Pero si fuese
cierto, el día que hayamos recuperado lo que es nuestro, ese mismo día convoco
el consejo de administración y le pongo mi cargo a disposición. Ese
día”." No antes.
Luego, un tema que puede ubicar todo en su verdadero contexto, y que con
certeza no desconocerá
Jesús Cacho, el jefe del redactor
Maqueda:
el tiempo juega en contra de Cristina e YPF, no tanto de Brufau
y Repsol. Cristina puede intentar exhibir una fortaleza falsa.
Quien
precisa inversiones con desesperación y resolver el problema es YPF, no Repsol.
Es importante tenerlo en cuenta porque, de lo contrario,
parecería que
el tiempo corre en contra de Repsol, y eso fue así antes de la expropiación, no
ahora y menos con un recurso judicial favorable contra Chevron, la
única posibilidad cierta que tenía YPF.
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