"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 10 de febrero de 2014

El perdón

El castigo a veces satisface simbólicamente una necesidad de justicia. 
Si se ha hecho justicia el perdón se ofrece con la sensación de que ha habido una necesaria reparación. 
La justicia es equilibrio

Contribución de Carlos Martínez Bouquet

Introducción

En el libro del Génesis se cuenta la historia de José y sus hermanos.
Jacob su padre, tenía predilección por José, su hijo de la vejez, y sus hermanos lo envidiaban.
Un día que José fue a buscar a sus hermanos al campo, ellos resolvieron matarlo, y arrojarlo a la cisterna,  diciendo  a su padre que una bestia lo había devorado.
Rubén, uno de sus hermanos, se opuso, y en lugar de matarlo lo echaron a la cisterna, pero pasando unos mercaderes de Egipto resolvieron venderlo por 20 piezas de plata.
José en Egipto descifró unos sueños del Faraón estando en la cárcel y fue llevado a la corte y llegó a ser vice faraón.

Se produjo una gran sequía y hambruna en Israel, y como había alimentos en Egipto, Jacob mandó a sus hijos a buscar trigo a ese país.
José reconoció a sus hermanos, pero no les dijo nada. 
Pero los viajes se sucedían y José no pudo más….
“No podía José contenerse delante de todos, los que estaban delante suyo, y clamó: Haced salir a todos, y no quedó nadie con él excepto sus hermanos, y se dio a conocer. 
Entonces lloró a gritos y dijo a sus hermanos: 
- Yo soy José, ¿vive aún mi padre? 
Y sus hermanos no podían responderle porque estaban turbados. 
José les dijo: 
- Llegaos a mí, yo soy José vuestro hermano, el que vendiste para Egipto. 
Ahora pues, no os entristezcáis, ni os pese el haberme vendido aquí, que para preservación de la vida me envió Dios delante de vosotros. 
Que ya hubo dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años más. Y Dios me envió delante de vosotros para que quedaseis en la tierra, y para daros vida por medio de un gran salvamento. 
Así pues, no me enviasteis vosotros acá sino Dios, que me ha puesto por padre al Faraón y por  señor de toda su casa y por gobernador en toda la tierra de Egipto. 
Daos prisa, id a mi padre y decidle: 
- Así dice tu hijo José, Dios me ha puesto por señor de todo Egipto, ven a mi no te detengas, y habitarás en la tierra de Gosén y estaréis cerca de mi, tu y tus hijos, y los hijos de tus hijos, y tus ganados y tus vacas y todo lo que tienes…. 
Y besó a todos sus hermanos y lloró sobre ellos…” (Génesis 45,  1/15)

Hay un viejo dicho: Errar es humano, perdonar es divino, pero 
¿qué hace al hombre perdonar?, 
¿qué hace implorar perdón?, 
¿quién debe pedir perdón y quién debe perdonar?, y  ¿por qué se perdona?

Siempre se han hecho estas preguntas, con respuestas variadas o a veces sin respuesta, pero el perdón es un componente inherente a toda sociedad o grupo humano.
Forma parte intrínseca de la educación. 
No hay conjunto de normas que no incluya el perdón, bajo forma de indulto, amnistía, prescripción por el transcurso del tiempo.
La literatura, el arte, la filosofía hablan del perdón.
Es un fundamento angular de las religiones. 
Es el símbolo de la bondad en la autoridad, y se encarna en la figura del padre.
Un padre perdona. 
¿Y cuánto perdona? 
Siempre. Sin límites.


Cuándo le preguntaron a Jesús si había que perdonar siete veces, el dijo no siete sino setenta veces siete, que para los antiguos significaba siempre...

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