Jose
Benegas
¿Cuánto
más van a repetir la falacia de que los holdouts no merecen cobrar porque
compraron deuda muy barata y están ganando mucho?
¿Puede
sobrevivir un país con tanta gente tan infantil?
Veamos
¿Por qué estaba
barata la deuda en cuestión?
La
única razón es que fue repudiada por el deudor y que el deudor era un gobierno
y que los gobiernos no quiebran y en el actual estado del derecho internacional
son impunes.
El
que está llorando ahora por lo barata que se compró la deuda es que que la
abarató con su deshonestidad.
No hay ninguna
cuestión moral a favor de la posición argentina.
Dicen
que los fondos “ganan mucho”, pero la única oportunidad que tienen ellos de
ganar mucho es la aspiración del deudor de ganar mucho al no pagar sus deudas.
La diferencia es
que los acreedores no defraudaron a nadie.
El
hecho de que ellos existan hizo que la deuda repudiada valiera “algo”.
Ese
valor al que la compraron existe porque ellos están organizados y con capacidad
de juntar volumen para aguantar.
Fueron el límite
a la desfachatez.
Los
holdouts, dado que como dije antes los gobiernos son impunes, son la respuesta
del mercado a esa impunidad.
Es cara y tiene
grandes posibilidades de obtener ganancias, porque ellos tratan con bandidos.
Son
los que salen detrás de ellos y de todo el aparato de santificación del
estatismo, incluida la prensa, los curas y todo género de demagogos.
Los holdouts
además son una bendición para los gobiernos que cumplen...
Ellos
pagan tasas inferiores en la medida en que se difunde lo que ellos hacen con
los que no pagan, lo que es un incentivo para quienes piensen en la posibilidad
de prestar.
Porque
como el mundo no termina hoy, hay que asegurarse con la conducta actual de
seguir teniendo crédito, que, cuando se trata del mercado privado, se guía por
la seguridad y los rendimientos.
Los holdouts
tratan los temas de plata como de plata.
Los
otros verseros recurren a falacias morales para ahorrarse guita, son de la peor
miseria que ha dado el espectro moral de nuestros días.
No
hay ningún caso moral detrás de gobiernos bandidos, inclumplidores y que se
victimizan a la hora de pagar.
La
única forma de tratar con ellos y negociar, por la sencilla razón de que el
país está en problemas, es agachar la cabeza, exponer la situación y apelar al
deseo de cobrar de los acreedores, teniendo en cuenta esas limitaciones.
La última razón
de la inmoralidad del deudor, es que llora para seguir pidiendo.
Lo
cual es lamentable porque no asume su alcoholismo, que cuando llegan las
cuentas convierte en su “caso moral” contra el acreedor.
Por
último, los holdouts tienen una posición moral incluso mejor a los de los
acreedores principales.
Es
dudosamente ético prestarle a un gobierno que no produce y que solo paga
esquilmando a la población.
El
único caso moral que puede haber en esta materia es contra el endeudamiento en
general de los gobiernos.
Los holdouts no
son los que le prestan a los gobiernos, sino que compran deuda repudiada y
hacen justicia con eso.
Lo
mejor de todo es que lo hacen por propio interés, que es el mejor motor de la
sociedad, no solo en lo económico, fundamentalmente en el plano ético.
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