La ley
de correspondencia es quizá la más importante de todas y es en muchos sentidos
una ley que explica muchas otras leyes.
Establece «que
lo que hay afuera es una proyección de lo que hay adentro».
En
tiempos de Abraham el maestro Hermes Trismegisto aseguraba que toda la
información sobre un hombre se podía encontrar en solo una gota de su sangre y
que dentro de cada hombre se hallaba representada la totalidad del universo.
Formuló
entonces un principio al que llamó La Ley de la Correspondencia que decía:
“Como es arriba es
abajo, y como es abajo es arriba”.
Con
estas palabras Hermes instituyó un método deductivo que nos viene a decir que
tu mundo exterior es un fiel reflejo de tu mundo interior.
Esta ley declara
que puedes saber lo que está pasando dentro de ti con solo fijarte en lo que
está pasando a tu alrededor.
Y esto
ocurrió tres mil años antes que nuestros científicos modernos llegaran a las mismas conclusiones por medio
de las matemáticas.
Toda la
dinámica de la vida es un ir de adentro hacia afuera.
Tu mundo externo
expresivo se corresponderá con tu mundo interno pensante y emocional.
La Ley
de la Correspondencia tiene aplicaciones sin fin.
Por
ejemplo: considerando en un hombre el cuerpo físico como el “abajo” y su mente
como el “arriba” decimos:
“Como es
el pensamiento de un hombre así es su cuerpo”
Puede ser:
“mente sana en cuerpo sano”, o cuerpo
enfermo como manifestación de pensamientos distorsionados.
Afortunadamente
en las enseñanzas de Hermes “el tres veces sabio” la enfermedad viene de la
mano con el remedio:
“Cambia el
pensamiento y sanarás tu cuerpo”.
Es
evidente que en un hombre existen aspectos visibles e invisibles.
Todos
podemos palpar el cuerpo físico, pero no hay forma de ver o tocar un
pensamiento.
Solamente
podemos deducir que este existe por los efectos que produce.
Tu mundo
externo de relaciones vendrá determinado por la persona que lleves dentro…
O sea,
por tu verdadera personalidad interna.
Tu salud será la
que configuren tus actitudes mentales internas.
Tu mundo
exterior de logro económico e ingresos irá parejo a tu mundo interno de pensamiento
y preparación.
La forma
en que la gente responda y reaccione ante ti será un reflejo de tu actitud y
comportamiento hacia ella.
Tu forma de
conducirte corresponderá en todo momento con tu estado mental.
Cuando
te sientas positivo, confiado y creas que controlas tu vida, tu hogar y tu
lugar de trabajo estarán bien organizados.
Si el
trabajo te agobia, te sientes frustrado o no eres feliz, entonces tu casa, tu
lugar de trabajo e incluso el armario donde guardas tus cosas reflejarán el
estado de desorden y confusión que te invade.
En
cualquier parte puedes percibir los efectos de esta ley de correspondencia.
ley-de-correspondencia
En el
cuerpo humano todo es mente.
Cada
célula es inteligente y guarda la información que corresponde.
Además
tiene la habilidad de comunicarse instantáneamente con las demás células.
Estas
capacidades son reales, pero no podemos verlas ni tocarlas.
Por ejemplo:
nos golpeamos el dedo gordo del pie e inmediatamente el sistema nervioso y el
cerebro lo saben.
Como
resultado el dedo golpeado recibe la dosis adecuada de aquello que necesita
para cicatrizar la herida y combatir una posible infección.
Todo se
manifiesta desde el interior hacia el exterior.
El gran error que cometen muchas
personas es que se dedican más bien a
hacer que a ser.
Creen
que pueden conseguir las cosas que quieren practicando ciertos métodos y
técnicas.
Al final
se dan cuenta de que una práctica adecuada es necesaria pero no suficiente.
Debes
procurar cambiar.
Tienes que
convertirte internamente en una persona distinta si quieres conseguir
externamente resultados diferentes.
Y ten
presente que este cambio de personalidad no se puede fingir por mucho tiempo, si es que se puede fingir.
La
mayoría de las personas tratan de mejorar o cambiar algunos aspectos de su vida
intentando que sean los demás los que cambien.
No les
gusta lo que ven reflejado en el espejo de su vida y se empeñan en darle brillo al espejo en vez de cambiar lo que realmente muestra el reflejo.
Siempre
te manifiestas ante los demás como realmente eres.
Raras
veces puedes engañar a alguien.
Y la
única forma que tienes de cambiar las cosas externas es cambiar las cosas internas.
Una de
las más trascendentales preguntas que puedes hacerte es:
¿Qué clase de
persona tendría que ser para ganarme el respeto de la gente que me interesa y
para llevar la clase de vida que deseo llevar?
La ley
de la correspondencia constituye el principio fundacional de casi todas las
religiones y escuelas del pensamiento y es la clave de la libertad personal y
de la felicidad.
En otras
palabras, la autopista hacia el éxito y la satisfacción.
Sólo hay
una cosa en el mundo que podemos controlar:
La forma de
pensar.
No
obstante, cuando controlamos completamente el proceso intelectivo, también
estamos asumiendo el control de todos los aspectos de nuestra vida.
Pensando
y hablando únicamente de lo que queremos y negándonos a pensar o a hablar de lo
que no queremos, nos convertimos en los arquitectos de nuestro propio destino
Toda
casualidad es mental.
Si cambias tu modo
de pensar cambias tu vida…
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