Con
el correr de los días y el agotamiento del modelo de la cuarentena, cada vez es
más evidente la improvisación de la gestión del Gobierno argentino
Por
Adam Dubove
Hace
unos días Alberto Fernández visitó a Gildo Insfrán y lo felicitó por su
provincia «libre» de COVID-19.
Ya hay 25 casos.
“La
entrada más sorprendente de esta lista dado que el país ha desencadenado su
noveno default financiero. Argentina registró su primera muerte por coronavirus
el 7 de marzo; para cuando el gobierno impuso una cuarentena, el 20 de marzo,
el mundo se había puesto al día con la amenaza de la crisis y Argentina
introdujo estrictas medidas de distanciamiento social, y los ciudadanos las
acataron.
Como
resultado, sus números se ven mucho mejor que los de la mayoría de sus vecinos.
Con
la cooperación bipartidista de los gobernadores y de las figuras del Congreso,
la respuesta del flamante gobierno de Alberto Fernández a la gestión del
coronavirus (que obtuvo la aprobación del 83 % de los argentinos) ha dado lugar
a un aumento de los índices de popularidad.
Esa
aprobación interna es fundamental, mientras se defiende de los inversores
internacionales y atraviesa el noveno default del país».
Con
estas palabras, la revista Time reconoce la labor de la Argentina ante el drama
de la pandemia y pone al país entre los 11 sitios del mundo que mejor se
manejaron ante la enfermedad.
Bueno,
hay que prepararse.
En
los próximos días veremos cómo el peronismo anti-yankee rescatará la labor de
la «prestigiosa» publicación, que tan bien y objetivamente analizó la realidad
argentina.
La
palabra Time en la boca de los voceros del Gobierno, será de lo más repetido en
las horas que vienen.
Aunque
cada vez se discute más la eficiencia de las cuarentenas duras para lidiar con
la COVID-19, lo cierto es que cada caso es lo que es, lo que fue, y no es
posible un estudio contra fáctico serio, donde no habrían más que supuestos en
los análisis de situación alternativos y comparativos.
Lo
que sí podemos hacer es analizar las medidas implementadas por las autoridades
nacionales y ver la seriedad de las iniciativas de lo que se vende como «el
Gobierno de científicos».
¿Reacción
temprana o tardía?
Si
hay algo a tener en cuenta antes de medir la primera ola de contagios en cada
país de la región, eso es el nivel de relación con los primeros focos como
Italia y España.
No es lo mismo
un país con un flujo de varios miles de personas todos los días, que un lugar
más aislado.
En
este sentido, el desastre económico nacional jugó en favor del Gobierno.
La
pandemia explotó en el marco de una devaluación, control de cambios, «impuesto
país» y otros tantos problemas que desincentivan mucho los viajes al exterior.
En
una situación económica más normal, la entrada y salida de argentinos desde y
hacia el exterior suele ser más alta.
Lamentablemente
viajar al exterior ya es un privilegio de unos pocos.
Teniendo en
cuenta el flujo reducido repasemos las primeras medidas concretas.
El
25 de febrero publicamos Los controles argentinos ante el coronavirus: un mal
chiste.
Allí
mencionábamos el absurdo banner en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, que
el Ministerio de Salud colocó como única política de Estado, apelando al
«autocontrol» ciudadano.
Por esos días,
el titular de la cartera, Ginés González García, repetía por los medios que no
había ninguna posibilidad que el virus llegue al país.
Si
el país no sufrió una catástrofe, de haberse tomado otra serie de medidas al
principio, seguramente el impacto hubiera sido menor.
La mentira como
estadística
De
la misma manera que el kirchnerismo miente con la inflación, las estadísticas
durante los dos primeros meses de la cuarentena fueron cuestionables. Argentina
se dedicó a testear muy poco con relación a sus vecinos durante las primeras
semanas y ni bien incrementó el número de análisis, los casos se multiplicaron
exponencialmente.
Muchos
especialistas aseguran que con el correr de los meses el virus pudo haber ido
mutando y que incluso, la cepa que afecta hoy ya no sea la misma de la tragedia
europea y del desastre chino.
Una
de estas voces en este sentido es la del doctor Giuseppe Remunzzi, director de
uno de los más prestigiosos centros de investigación de Milán.
El
científico asegura que ahora «el virus mata menos», ya que «se detiene en el
tracto respiratorio superior».
Cuando
le preguntan a Remunzzi los motivos del cambio, el especialista reconoce que no
lo sabe y que solamente se puede especular al respecto.
«No lo sé, en
algún momento las epidemias se agotan», indicó.
De
lo que está seguro es que la COVID-19 está perdiendo fuerza letal.
Cuarentena
extendida, torpeza, hostilidad gubernamental
Lo
que no indica el informe de Time, que el peronismo utilizará hasta el hartazgo
para fomentar la tesis del gran epidemiólogo Alberto Fernández, es que si fuera
por el Gobierno, Argentina estaría en la primera fase de la cuarentena con todo
el mundo encerrado.
Hizo
falta que una anciana se enfrente a la policía para poder tomar una hora de sol
para que las autoridades locales y nacionales comprendan que es necesario
retornar gradualmente a un mínimo de normalidad.
Las
gestiones de Buenos Aires y de la Nación no dejaron error por cometer en este
proceso:
Insultaron
a las personas que necesitaban salir a la calle, ignoraron la quiebra de miles
de comercios en todo el país, mandaron a todos los jubilados a cobrar a los
bancos el mismo día y dieron órdenes y contraórdenes contradictorias.
La recomendación
de no usar tapabocas, que mutó a su obligatoriedad absoluta fue uno de los
casos al respecto.
Entre
tantas iniciativas oficiales que quedaron sin efecto, una de las más
bochornosas fue la de obligar a los mayores de 70 años a pedir permiso al
Estado para salir a la calle a hacer las compras.
La
medida generó tanta indignación que, de un día para otro, no se habló más del
tema.
Utilización
económica e incoherencias para el comercio
Al
día de hoy hay cosas que no se comprenden todavía.
¿Si los bancos
ya están atendiendo con turno y acceso limitado… por qué el Banco Central
prohíbe el uso de las cajas para que la gente pueda retirar sus pesos?
Si
no supiéramos que hay corralito de facto, que nada tiene que ver con la
pandemia, nos haríamos esta pregunta en serio.
Pero
no… es retórica.
Con
la excusa del coronavirus, el Gobierno, que
ostenta la suma del poder público, sigue
gobernando por decreto.
Para
el Times esto no es más que el apoyo que despierta Fernández en toda la clase
dirigente.
Siguen
al día de hoy la imposibilidad de despedir personal sin causa, la doble
indemnización, los controles de precios y todas las distorsiones económicas que
harán aún más grave la crisis.
Cuando
haya que limpiar la economía de estas cuestiones, porque la situación no da
para más, la descomunal emisión
monetaria dejará en evidencia lo que hoy se oculta debajo de la alfombra.
Mientras
tanto, al caminar por las calles de Buenos Aires, uno puede ver la
arbitrariedad y la incoherencia en su máxima expresión.
¿Librerías?
Abiertas, claro.
¿Peluquerías?
Cerradas, por supuesto.
En
los supermercados uno puede lidiar con muchas personas en el espacio limitado
de una góndola, pero un restaurant no puede abrir dos mesas con cuatro o cinco
metros de distancia.
Todas las
decisiones que pueden fundir o no a un comerciante hoy dependen del pulgar
arriba o abajo del Estado, como en la antigua Roma.
Desde
este rincón del mundo le agradecemos a la famosa publicación norteamericana la
mención entre los exitosos, pero les advertimos a los colegas del
Times que no todo por acá es color de rosa.
Aprovechamos
la oportunidad para recordarles que se acuerden del país para lo que viene.
Cuando
todo vuele por los aires nos pondrán seguramente en una lista más odiosa.
Cuando
comenzamos el PanAm Post para tratar de llevar la verdad sobre América Latina
al resto del mundo, sabíamos que sería un gran desafío. Pero fuimos
recompensados por la increíble cantidad de apoyo y comentarios de los lectores
que nos hicieron crecer y mejorar.
¡Forma
parte de la misión de difundir la verdad!
Ayúdenos
a combatir los intentos de silenciar las voces disidentes y contribuye hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario