Estar
en un lugar.
Por
lo general estás en tu casa, el lugar donde vives.
Hoy
en día, en medio de la pandemia, ese lugar, aun siendo tu casa, es obligatorio, el único, no puedes elegir ni cambiar.
Está
impuesto por las circunstancias y la ley.
Pero
además de tu lugar, aún el de tiempos normales, hay otro…
Estás
en un lugar que no es el tuyo.
No
es tu casa, pero temporalmente es donde vives.
Estás
porque lo has querido, has deseado y planificado estar allí.
No
es la primera vez, ya has estado antes, y has elegido volver, no sólo por los
recuerdos que te trae, sino principalmente por cómo te sientes en ese lugar.
Lo
eliges por la felicidad y el placer que produce en tu espíritu estar ahí.
Por
la interacción que hay entre el lugar y tú, y la paz y armonía interior que te
produce.
No
es tu lugar en el mundo, no es dónde vives, pero es el lugar donde mejor te
sientes.
Hay
una simbiosis, un ida y vuelta, entre ese sitio y tú.
Quizás
por lo que significa, pero sobre todo por lo que proyecta a tu alma.
Es
el reflejo de tu sentir en el paisaje que observas, y es la imagen del lugar
que se proyecta en tus sentimientos, en tu interior.
Es
posiblemente la mejor manera de conocerte, saber quién eres, que hombre eres en
realidad.
¿Cuál
es el lugar que cala hondo en tu sentir, que te motiva, que te proyecta?
Todo
hombre tiene sentimientos, es sensible.
Pero
¿Cuál es la sensibilidad de cada uno? ¿cuál es la medida de esa sensibilidad?
Además
somos conscientes de aquello que nos
sensibiliza, o es automático, respondemos mecánicamente.
Es
posible que el lugar elegido, sea conocido, pero también puede ser un sueño, un
lugar ideal al que no hemos arribado todavía, pero que deseamos ir, o una
construcción utópica que satisfaga nuestros deseos y sea placentera a nuestros
sentimientos y nos dé momentos de felicidad.
Aún
sólo pensando en él, o deseando estar en él.
Porque
de eso se trata, de conseguir la felicidad, de ser felices.
El
hombre elegirá el lugar donde se sienta feliz, donde crea poder expresar todo
lo que es, su potencial, sus ideales, su vida.
Algunos
elegirán un lugar calmo, bucólico, rodeado de verdes plantaciones donde susurra
el viento y trinan las aves.
Otros
optarán por el murmullo de la multitud, los ruidos urbanos, el placer de las
conversaciones prolongadas y la visión de lo que pasa rápidamente y en continua
mutación.
También
habrá quien elija el silencio, lo imperturbable, como detenido en el tiempo;
más que la realidad una instantánea de la realidad.
Pero
todos tratarán de llegar al lugar que los colme, que sea proyección de sus
sentimientos y apetencias, elegido por sí mismo, porque va acorde con quien es.
Una
de las terribles consecuencias de esta cuarentena, es que no estamos cómodos,
no nos sentimos felices donde estamos, aunque sea nuestro lugar en el mundo, porque no tenemos opción.
Sin
entrar en discusión la necesidad o no de ello.
Es
que para la felicidad del hombre hay un componente indispensable y esencial que
es la libertad.
Vida
y libertad van de la mano, por lo menos si entendemos vida con dignidad.
El
hombre es capaz de cualquier cosa, de cualquier locura, por la libertad, por
conseguir su libertad.
Está
en la naturaleza y en la condición de todo ser humano.
Dos
cuestiones nos plantean el lugar, como nuestro locus, el reflejo de nuestro
ser.
La
primera es cuál es nuestro lugar, que condiciones expresan en un sitio, lo que
somos, y por eso lo elegimos.
La
segunda, hasta donde somos capaces de ejercer y proyectar nuestra libertad en
pos de llegar a ese ideal que es la expresión de lo que somos, lo que sentimos,
nuestra condición humana.
MI
LUGAR
Soy
un lugar sereno y apacible
donde puedo pensar y meditar
soy
la naturaleza previsible
el
viento que ha de susurrar
soy
la luz que permite sea visible
la
tierra fértil, el canto coloquial
la serena noche, lo accesible
la
oración que permite conjugar
la
Divinidad, el hermano y es posible
el
encuentro que puede señalar
la
bondad, captada, entendible
por
la voz de quien ha de predicar,
abriendo
los oídos, que sea audible
el
amor que se derrama en el lugar
Elias
D. Galati
No hay comentarios:
Publicar un comentario