Me decía el policía: "Sacamos a tres chicas de la calle, y al minuto las mafias han colocado a tres más"
PILAR RAHOLA
A pesar de que el título es un guiño a la gran película de los 70 que dirigió William Friedkin, y protagonizó Gene Hackman, la Barcelona Connection es bastante más vulgar que la mítica French Connection. Y, por supuesto, no es ficción.
Sin embargo, si algún director de cine negro quisiera convertir Barcelona en el centro de una endiablada intriga, la realidad lo nutriría de un magnífico material. Lo que está ocurriendo con la prostitución en la capital, y en el global de Catalunya, no tiene que ver con el complejo debate sobre legalización o abolición, sino con la profunda crisis del sistema público de seguridad.
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Hablemos claro, intentando no distraer al personal con las ramas del apio.
Por supuesto que tenemos que abrir el debate global sobre la prostitución, siempre que recordemos, sin embargo, que casi ningún país lo tiene resuelto.
Y los que lo tienen resuelto (o por la vía prohibitiva de Suecia, o por la permisiva de Holanda) han resuelto poco.
Pero ese debate ancestral no ha impedido a los países vecinos controlar el fenómeno rigurosamente y, por supuesto, no les ha impedido tener el control de sus calles.
¿Qué pasa aquí?
¿Por qué motivo se ven en las carreteras catalanas y en las calles barcelonesas espectáculos soeces y denigrantes que no se ven en ninguna otra parte?
Dinamarca no tiene resuelto el debate, pero nadie encontrará un lavado de bajos en plena calle a la luz del día.
Ni en Francia, ni en Italia, ni en Noruega, ni el Reino Unido, etcétera.
La cuestión, pues, no es el debate sobre la prostitución.
Debate al que acudirán, por cierto, los progres de manual diciendo todo tipo de tonterías…
La cuestión es que las mafias del tráfico de mujeres han encontrado en nuestro país un terreno abonado a la impunidad y un territorio perfecto para el crecimiento de su delictivo negocio.
Tal como me lo explicaba un policía que, para su desgracia, conoce bien el problema, las cosas están así: tenemos tres cuerpos de policía.
< La Policía Nacional se encarga del tráfico ilegal de personas, pero no tiene efectivos en Catalunya, donde están desplegados los Mossos.
< Los Mossos se encargan de la inseguridad ciudadana, pero no pueden luchar contra las mafias de personas.
< Y la Guardia Urbana está por la labor de las ordenanzas, pero no se dedica a lo otro.
Los tres cuerpos están descoordinados, no comparten información crucial y no actúan en paralelo.
La suma de todo ello, con el añadido de unos políticos timoratos que no toman decisiones valientes, convierte nuestro territorio en un auténtico paraíso para estos desalmados.
Me decía el policía: "Sacamos a tres chicas de la calle, y al minuto las mafias han colocado a tres más".
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Poner, pues, la lupa sobre las prostitutas es tanto como escupir al cielo.
La cuestión es aún más grave.
Es saber si nuestro sistema público de seguridad está en bancarrota
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
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