CAPÍTULO OCHO (IMPOSIBLE NO COMERSE LAS UÑAS)
CAPÍTULO 8
Con Alba compartíamos un refrigerio esperando la llegada de nuestro visitante, aún faltaban diez minutos cuando acudí a la puerta de entrada para darle paso al inspector, y luego del habitual intercambio de cortesías además, del café correspondiente comenzamos la conversación, aunque en realidad fue ella quien la inició diciendo:
- Me llamó la atención que el fiscal no nos haya anticipado su visita Inspector.
Él dibujó un ligero asombro en su rostro que inmediatamente pasó a ser una comprensiva sonrisa y respondió:
-No lo pudo hacer, y quien sabe si algún día podrá.
-Nos tiene intrigados inspector, ¿a qué se refiere? –Intervine.
Entonces y luego de pedirnos que nos dirijamos por nuestros nombres evitando formalismos, comenzó a relatar su conversación con Orellana como también su desinterés por participar hasta el momento del supuesto accidente.
-¿Por qué supuesto Javier? –Indagó interesada Alba.
-Escuchen… tuve severas diferencias con el fiscal en el pasado pero sé de su tenacidad, y él estaba convencido que la muerte del persa fue fraudulenta, de modo que si en el transcurso de la investigación molestó a alguien y sumado a la fuga del conductor, me lleva a pensar que es un accidente disfrazado.
-¡Hay demasiados cabos sueltos! Exclamé agregando; -y si bien vinculan los cuatro casos de mayor trascendencia nacional e internacional, no existe otra pista que la sospechosa actitud de mi jefe en tres de ellos, y por otra parte pese a su buena voluntad usted es un ex policía de provincia, lo que seguramente va a limitar una investigación profunda que determine a los culpables.
-Mí análisis los sumió al silencio, Javier parecía estar meditando mientras Alba parecía estar dudando hasta que finalmente rompió el mutismo diciendo:
-Creo que partes de dos errores, porque un investigador sin importar de dónde provenga puede tener éxito en su tarea, quizá le lleve más tiempo adecuarse al nuevo ámbito pero finalmente obtendrá su objetivo, y por otra parte mencionaste cuatro casos y por ahora que sepa son tres.
-Es posible que tengas razón en lo que refiere a la tarea de Javier, pero no en el número de sumarios, ya que te olvidas del atentado a la embajada.
-¡Pero eso fue mucho tiempo antes! Y no veo la relación. –Reclamó ella ante la atenta mirada del inspector.
-Voy a ser franco… jamás lo vinculé hasta que recordé que en una de mis prácticas visité la ex cárcel de Caseros, y allí conocí a un interno que estaba detenido sin proceso por el estallido de la embajada (hecho real) y coincidentemente también era ciudadano Sirio, de modo que con tantos sirios involucrados, no puedo desestimar un vínculo en todos estos temas.
-Cuando viajaba hacia acá, pensaba informarme acabadamente y luego regresar tras la pista del persa Ahmed, pero… lo que escuché determina que debo quedarme, de modo que buscaré un alojamiento y veré… –reflexionó Javier en voz alta.
-Hablando del tal persa, ¿qué informes le solicitó a Campos sobre Ahmed? –Preguntó ella que no dejaba nada al azar.
Él sorprendido por la referencia a su pedido demoró la respuesta, pero suponiendo que en una fiscalía todo se sabe respondió:
-Necesitaba conocer sus antecedentes, pero jamás recibí respuesta.
-Porque lo hizo a través de un canal inadecuado, –intervine agregando; -puede alojarse aquí si no lo incomoda, ya que tengo una habitación que no uso.
Durante una hora más estuvimos intercambiando impresiones sobre el modo de iniciar una investigación coherente. Las maneras eran variadas pero en todas hacían falta contactos de un nivel al que no teníamos acceso, finalmente y dada la hora Alba se retiró a su domicilio, mientras que Javier comenzó a desempacar en la habitación asignada. En tanto con parsimonia volví a servirme otro café pensando en la actitud de Campos, y como si me leyese el pensamiento se acercó el inspector comentando:
-Creo Enrique que la intervención de su jefe es demasiado obvia, visible y expuesta, por eso supongo que le está haciendo un favor a alguien con mucho poder económico o político, y hasta me atrevería a asegurar que no tiene idea alguna del porqué.
-Es posible que tenga razón, ya que eso justificaría lo mal preparado que estaba para el debate que tuve que conducir en su ausencia, pero también nos deja en la encrucijada de no saber a quién apuntar. –Reflexioné cansado de tantas incógnitas.
-Sugiero que ambos traten de revisar todos los memorándum que pueda haber y o expedientes que tengan que ver con su gestión, mientras intento reflotar algunos contactos antiguos, porque en este oficio así como se hacen enemigos también se cosechan amigos.
Luego de mutuos bostezos por la hora tardía nos retiramos a nuestros respectivos dormitorios.
Pese a que desperté más temprano que de costumbre, Klein ya no estaba y en la mesa dejó una nota diciendo que se comunicaría más tarde, entonces creí oportuno también llegar antes que los demás a mi despacho y quizá aprovechando la ausencia del personal podría revisar algunas comunicaciones internas que sirviesen para la investigación.
El ex oficio del inspector lo hacía muy reservado, de modo que desestimando el teléfono de la casa de Enrique y luego de revisar su agenda salió en busca de un locutorio, pero como a esa hora no encontró uno abierto paró a desayunar en un café al paso y ese tiempo lo dedicó para analizar la situación. Sabía que necesitaba un acceso superior y de los dos contactos que eligió, uno podía quizá recomendarlo a otro nivel y el otro era incierto porque…
Corría el año 1984 cuando accidentalmente lo conoció, era una persona muy enigmática y parecía ostentar un enorme poder, ya que su jefe acataba sus órdenes sin replicar además, tampoco lo identificaba ante sus subalternos.
Entonces recordó cierta vez cuando el Comisario intentó contradecirlo y a cambio recibió una réplica durísima:
-¡Si quiere mantener su puesto obedezca! –E inmediatamente ambos salieron del despacho ignorando la presencia de Javier. Pero sobre el escritorio quedó una tarjeta personal a nombre de Ricardo Paredes con el número de un teléfono móvil.
Vaya a saber porqué razón el inspector volcó esos datos a su agenda personal y quizá solo fuese su natural curiosidad, pero ahora pensaba lograr un entrevista con él. Aunque también era posible que fuese un político con muchas influencias, sin embargo como ya no pertenecía a las fuerzas del orden no temía a las consecuencias.
Y con ese esbozo de imaginación inició su primera llamada:
-¿El señor Ricardo Paredes? –Preguntó dudando.
-¿Quién es usted y cómo obtuvo este número? –Contestó una voz desagradable, y autoritaria a tal punto que hizo tartamudear a Javier.
-Soy… el inspector Klein de la octava… de la provincia de Santa Fe. Tengo mucha urgencia en hablar con usted, y aunque no me recuerde nos conocimos en la comisaría hace varios años. –Aclaró sin mencionar su retiro.
-¿Dónde se encuentra?
-¡Aquí en la Capital!
-Espéreme mañana a las 10 a.m. en la esquina norte de Florida y Corrientes. –Indicó cortando.
Javier por unos instantes quedó tan perplejo que con el auricular en la mano comenzó a mascullar frases irreproducibles, hasta que el tono intermitente del aparato lo hizo volver a la realidad colgando el receptor.
Ese personaje era irritante hasta la idiotez, porque en toda transversal había dos veredas con cada punto cardinal y además de no indicarle en cual de ellas tenía que aguardar tampoco le pidió referencias suyas, a no ser que haya pensado ignorarlo. Entonces algo desanimado hizo su segunda llamada pero esta vez con éxito, porque Eduardo López quien era ayudante inspector de la jefatura de la policía federal, muy eufórico prometió verlo por la tarde en una confitería de la zona.
Las horas transcurrieron veloces para un hombre como él acostumbrado a zonas campestres, hasta que finalmente llegó el encuentro.
Frente a sendas tazas con café compartían distintas anécdotas hasta que Eduardo preguntó:
-¿Qué te está sucediendo?
-Observo que no perdiste tu habitual sagacidad y eso me alegra, aunque desde tu posición no veo cómo podrás ayudarme porque…
Ingresaba al edificio de los Tribunales, cuando el guardia de seguridad bromeando comentó que creía que los fiscales no podíamos conciliar el sueño.
Le respondí con un gesto de afirmación acompañado con una sonrisa y continué mi camino, pero al pasar por la oficina del secretario creí escuchar unos ruidos e instintivamente abrí la puerta… y me encontré con Alba ordenando unos sobres.
-¿Qué estás haciendo en la secretaría? –Pregunté sorprendido.
Ella reclamando silencio con un gesto se dirigió a la salida y me acompañó hasta mi despacho, entonces volví a recriminarle:
-¡Estás loca! Si otro te hubiese encontrado te estarían sumariando.
-¡Ja! El muerto se ríe del degollado, porque por la hora que llegaste seguro que tenías alguna incursión en mente.
-¡Lo hecho, hecho está! Y ahora veamos de que te sirvió el riesgo, –comenté sin responder su presunción.
-Vine antes que los demás porque el correo se reparte temprano, sé que era un tiro al azar pero quise ver que correspondencia recibe nuestro jefe.
-¿Y?
-Solo dos sobres llamaron mi atención, uno de ellos es de Holanda y el remitente es un tal Peter Wells, mientras que el otro supongo que es de alguna provincia, pero no pude dilucidar de cuál porque el matasello estaba borroso y el remitente solo decía C. K.
-Lo comentaremos con el inspector y espero que tenga novedades ya que salió muy temprano.
En tanto Javier terminaba de relatarle a su amigo todos los acontecimientos, incluyendo su temprana comunicación con el desagradable personaje.
Él se mantuvo muy serio y hasta tuvo varios gestos de contrariedad durante el monólogo de su ex compañero de oficio, pero luego de unos instantes comentó:
-Creo que estás perdiendo el tiempo y hasta quizá arriesgando tu vida.
-¿No lo hacemos diariamente enfrentando a delincuentes? La única diferencia es que antes me pagaban un salario y ahora lo hago gratis.
-Ok, no filosofemos, pero hay dos temas que me preocupan y el primero es el tipo al que llamaste, tengo la impresión que es un pesado y creo que sería conveniente que te siga para cubrirte las espaldas. Para ello pido parte de enfermo a la jefatura, y el segundo es que todo el caso tiene características de encubrimiento político, te lo digo porque uno de los primeros en llegar al lugar del atentado, es un patrullero que se llama Edmundo Riglos y tuvo algunos enfrentamientos con ciertas personas.
-¿Qué enfrentamientos? –Resopló Javier.
-Será mejor que te lo explique él, el sábado hago un asado en casa y como es mi amigo lo invité.
-Por lo que escucho presumo que a mi también.
-¡Afirmativo! –Respondió en la típica jerga policial y agregó; -pero ahora pasemos a los detalles del encuentro de mañana…
Cuando nos encontramos desconformes, decepcionados, y ansiosos por modificar esta sensación, las horas parecen que se detienen haciendo interminable el día, y eso nos sucedía a Alba y a mí.
Pero finalmente llegó la hora de irnos y raudos nos dirigimos a mi casa esperando que el inspector Klein tuviese algún plan de acción dispuesto.
Con agradable sorpresa el hombre nos esperaba con café recién hecho, y luego de relatarnos su actividad del día preguntó:
-¿Tienen alguna novedad?
-No sé si sirve, pero Alba encontró dos sobres dirigidos Campos de remitentes desconocidos.
-Sí, uno de ellos es de Holanda y el otro de alguna provincia, pero no pude identificar cuál.
-¿Y quiénes son esos remitentes?
-Uno es un tal Peter Wells y el otro solo figuran las iniciales C. K.
Durante varios minutos Javier se mostró pensativo, luego tomó una hoja y comenzó a escribir distintas vinculaciones hasta que exclamó:
-¡Es un disparate pero posible! Porque de ser él sería una especie de monje negro, o mejor dicho un hombre en las sombras.
-¿A quién se refiere? –Solicitamos ambos sorprendidos.
-Trataré de explicarles la conexión, todos los hechos que intentamos investigar tienen un común denominador ¡sirios! Y sucedieron durante la presidencia de un sirio.
Y al único portador de esas iniciales con poder político en ese gobierno que conozco es… Carlos Korel, quién curiosamente jamás fue sospechado ni investigado, y se me ocurre una idea algo más loca, su apellido tiene origen anglosajón lo que podría vincularlo con el desconocido Peter Wells.
-Realmente parece un disparate, pero son tantos los que estamos presenciando que me atrevo a pensar que éste no lo es, pero lo que aún no discierno es el objetivo. Porque no veo el rédito en programar y llevar a cabo todas estas atrocidades. –Reflexioné de ese modo, porque mi formación jurídica claramente especifica que a las posibles pruebas las debe acompañar una razón para que sean creíbles.
-Creo Enrique, que por ser el primer día hemos creado una línea investigativa interesante, y que de comprobarse pondría en el más absoluto de los ridículos a quienes sostienen que el ataque tuvo origen en Irán.
Además ese sería un argumento lógico para desviar y despegar toda sospecha de personalidades de ese gobierno, pero lo que también es un misterio es el motivo, porque si suponemos que se trata de una venganza por algún pacto secreto incumplido de nuestro gobierno con el sirio, ¿por qué acusar a los iraníes?
-Creo que se están dando las condiciones para que descubramos a los autores y cómplices de este descalabro, pero la pregunta que me hago es… quién le pondrá el cascabel al gato. –Comentó Alba quien seguía atentamente las secuencias de la conversación.
-¿No te entiendo? –Pregunté confundido.
-Es muy claro, porque abrirle una causa de oficio a personas de tanto poder y sin un respaldo importante es casi una quimera.
-No se apresuren, profundicemos y después veremos, –dictaminó Javier.
Luego de tomar nota de todo lo conversado a modo de recordatorio terminamos la reunión. Alba antes de irse me prometió que no volvería a asumir riesgos, mientras que con Javier nos preparamos una cena ligera y nos retiramos a descansar.
El inspector tardó en conciliar el sueño pensando en su encuentro del día siguiente con el enigmático Ricardo Paredes…
(Continuará) André Materón
………….
FRÍO MORTAL
CAPÍTULO NUEVE (SE ACERCA EL FINAL)
Boletín Info-RIES nº 1102
-
*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
No hay comentarios:
Publicar un comentario