Desde pequeño aprendí, que hay derecho y que hay revés, que te amaban tiernamente o había castigo cruel, que podías ir de frente o te enroscaban la fe, respetabas lo ordenado y pensabas ¿para qué?
Fui joven y la lección, dada una y otra vez, señalaba que la vida se vivía con doblez. Que los buenos persistían por su eterna tozudez y el terreno lo ganaban, los que torcían su tez.
Al calor de poderosos, los cuales en carrusel giraban en el gobierno para volver cada vez. Ora arriba, ora abajo, les tocaba padecer la durísima tarea de mandar y obedecer.
Era tarea del pueblo, al que le tocaba ver despilfarrar sus haciendas, lo que podían tener en aras de la justicia, la libertad y el bien, de los gobiernos de turno que nos tocó merecer.
Cuando adulto me di cuenta que el deseo y el deber tironeaban mis entrañas para colocar “aquél” que venciera en la contienda y pudiera conocer: el bien y el mal, el amor y el desdén.
En ese “uno y el otro”, existo sin comprender, porque mi deseo quiere lo que opone el deber.
Porque me quedo estancado o a mí me toca crecer… Sí a mi lado, los hermanos tienen que padecer…
Elías D. Galati
wolfie@speedy.com.ar
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 2 meses
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