"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 9 de octubre de 2009

El bombero pirómano...

Ari Paluch Periodista
Fuente: El Cronista.com


Carl Jung denominó como sincronía a lo que consideraba una coincidencia significativa.
No se trataba de hechos meramente casuales o de simples coincidencias, se refería a situaciones que se daban simultáneamente y que venían a significar un nuevo hecho relevante.

Esta semana, prácticamente a la misma hora en la que un ex presidente declaraba ante la justicia haber sido víctima de un "complot" que permitió derrocarlo, otro ex presidente, precisamente el denunciado, coqueteaba con la posibilidad de volver a la primera magistratura.

Mientras que Fernando De la Rúa insiste en que Eduardo Duhalde prendió el fuego que devoró al gobierno de la Alianza, este asegura que fue él quien en realidad apagó el incendio.
...
Raro destino el de Duhalde, es extraña la misión que le ha tocado y diversa la interpretación que los argentinos hacemos de su tarea.

A lo largo de los últimos quince años, el hombre de Lomas de Zamora, fue una figura decisiva en la historia del país...
Cuenta la leyenda que la noticia de que el pacto Menem -Alfonsín que básicamente sirvió para privarlo de ser candidato a presidente en 1995, lo sorprendió en shorts y zapatillas a la vuelta de un partido de paddle.
Después de tomar una ducha, seguramente pensó que se vengaría, pero cuatro años después Menem ya no era alguien que ni siquiera valiera la pena tener en cuenta para vengarse y el rival de turno pasó a ser De la Rúa quién lo venció en la contienda electoral.

Apenas dos años después de aquellos comicios, Duhalde llegó a la presidencia por un atajo y terminó con la maldición aquella de que los gobernadores bonaerenses no podían sentarse en el sillón de Rivadavia.
Sillón que encontró bastante calentito y un poco arrugado, luego de convertirse en el quinto argentino en posar en él sus sentaderas en menos de siete días.

Su llegada a la máxima magistratura se vió precedida de muertes y saqueos.

Sobre estos últimos para infortunio de Duhalde se sospecha que podían tener algún vínculo con su persona y algunos barones del conurbano que en su momento supo prohijar.
Para De la Rúa, a la lista de ‘golpistas’ debe sumarse a un tal Carlos Ruckauf, por aquellos días gobernador bonaerense, posteriormente funcionario internacional y modelo capilar.

Así como sobre ‘el negro’ recaen sospechas acerca de su condición de pirómano, otros prefieren destacarlo como bombero, a propósito de su gestión presidencial que más allá de acciones como la pesificación asimétrica y promesas como la de “el que depositó dólares recibirá dólares”, sirvió para reactivar el país, fundar las bases del modelo exportador, sustituidor de importaciones y estimulador de la producción nacional, que sirvió junto al ‘viento de cola’ en gran medida para sostener casi seis años de crecimiento económico vigoroso hasta que los caprichos de Don Néstor lo abortaron el año pasado.

De igual modo que las muertes de diciembre de 2001 lo acercaron a la presidencia, las muertes de Kosteki y Santillán lo alejaron. Imposibilitado de contar con sus ahijados De la Sota (se mancó antes de tiempo) y Reutemann (que vió algo que no le gustó), Duhalde terminó más por descarte que por convicción, erigiendo a Néstor Kirchner como el hombre para vencer a su nuevamente enemigo Carlos Menem.

Como malos pronosticadores que solemos ser, muchos supusieron que el santacruceño sería el ‘delfín’ de Duhalde.
Pero dos años después Cristina descubrió que Duhalde ‘era un mafioso’ y su marido no fue el ‘delfín’ de Duhalde sino el fin de este.
Ante esa circunstancia, el esposo de Chiche prometió abrir una inmobiliaria para la que aún no consiguió un local apropiado.

Hoy Duhalde coquetea con Luis Barrionuevo y compañía y asegura que no descarta ninguna candidatura. mientras tanto como en el barrio, algunos se ilusionan con que Duhalde cumpla con la ley del ‘el que rompe paga‘ y que se lleve el ‘regalito‘ que nos dejó.

Si la venganza es un plato que se come frío, el hombre de esta crónica parece preparado para deleitarse con el tercer platillo de su menú presidencial, el primero fue de origen riojano, el segundo de estirpe radical.
El que intenta servirse ahora, aparece como el más duro de roer pero también como el bocado más apetecible y delicioso.

Ahí va Eduardo Duhalde, ex bañero, fanático de Banfield y del ajedrez.

En su prominente cabeza revolotean ideas acerca de cómo poner en jaque al Rey y a la Reina y como volver a contar con el afecto de los peones.

Pobre Eduardo, la clase media no le tiene mucho afecto y una encuesta dada a conocer esta semana lo ubica junto a Kirchner como el político de peor imagen.

De todos modos estos números no parecen afectarlo demasiado...
Él comienza a sentir que por necesidad lo empezarán a querer.
Después de todo él trajo a Kirchner y que mejor que él para llevárselo.

Ahí va Eduardo Duhalde: ¿Bombero o pirómano?
...
Táchese lo que no corresponda

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