La magia...

La creencia popular sostiene que hay ritos capaces de dominar las fuerzas de la naturaleza.

Estas creencias se fundamentan en la simpatía, que sostiene que causas parecidas producen efectos parecidos, y el mago mediante rituales y fórmulas exactas, trata de dominar la naturaleza.

El mago puede establecer contacto con espíritus benéficos y lograr actos positivos, o con espíritus maléficos y obtener actos negativos.

El acto mágico tiene cuatro aspectos:
a)El momento en que debe realizarse, su éxito esta limitado a días concretos en función de los planetas y las circunstancias astronómicas y a las horas nocturnas cuando ya no hay actividad.
b)El lugar donde debe realizarse, también es determinado y determinante del acto, que es considerado siniestro por los que no conocen la magia.
c)Los materiales, porque la ceremonia requiere materiales estrictos e invariables, respetados para tener éxito.
d)La forma por último establece ritos y fórmulas inmutables que el mago debe seguir estrictamente.

Los ritos pueden ser de transmisión, de imitación o de generación.

Estos últimos producen un efecto nuevo sobre el objeto debida únicamente a los poderes del mago.

La magia blanca es popular y benéfica y sigue normalmente las observaciones de la naturaleza, y la magia negra es una especia de arte supersticioso por medio del cual se pretende lograr hechos admirables y extraordinarios con ayuda del demonio y de otros poderes ocultos, solo revelados al mago.

La tentación del hombre es muy grande, el ansia de poder inconmensurable y la perversión infinita.

Y la magia sobre todo desde el poder, se pretende aplicar sobre las personas, porque es parte del estigma del poder.

Si puedo lograr actitudes extraordinarias y descifrar poderes ocultos, estoy en un plano superior al del común de la gente, y es lógico que se sometan a mi voluntad.

Y se pone en funcionamiento el acto mágico cumpliendo sacramentalmente los pasos inexorables del mismo.

Se elige el momento, muy cuidadosamente.
Un conflicto, o crisis, algún cambio social o un desánimo general, y ese es el momento ideal para introducir los parámetros que convienen contando con la captación de las voluntades y el prestigio que significa develar lo oculto.

El lugar, es generalmente el de mayor concentración popular y el de mejor aceptación del candidato a realizar la magia.

Los materiales son las prebendas, planes, otorgamientos de trabajos, dádivas, promesas, beneficios, prioridades y preferencias.

La forma es simple: dinero, bienes, fama, y a veces permitirles acceder a un poco de poder.

¿Qué tipo de magia emplear?

Una benéfica que sirva para que los más desposeídos accedan a una situación medianamente tolerable o una maléfica destinada a satisfacer apetencias personales, dominar a los subordinados y manejar a su antojo el destino de ellos.

Decía Foucault que las situaciones no homogéneas, donde hay alguien por encima de otra, que obviamente está por debajo, o la cultura y la educación, son mecanismos de poder.

La magia cimentada en el malévolo oscurantismo del “mago” y la ignorancia y sumisión del devoto mágico, crea y consolida el poder.

Se convierte en una necesidad para unos y otros, el mago no puede dejar de hacer magia, y el devoto no puede dejar de contemplar y aceptar lo mágico.

Cuando el destino de las sociedades, de los pueblos y de las culturas está en manos mágicas, el final es anunciado.

Mientras se puedan cumplir las condiciones del acto mágico, mientras exista sumisión y expectativa por el don, la magia continúa.

Pero en un momento así como la magia pretende develar lo oscuro, la venda se cae de los ojos de los devotos, ya sea porque no hay más reparto, o porque no hay tanto poder, o porque no se pueden cumplir las promesas ofrecidas, y se devela la verdad, se le revela cruelmente la realidad, y toma conciencia del engaño, del ardid, de la estafa de lo mágico.

La magia es breve, perecedera, dura en tiempos históricos lo que un suspiro.

Las sociedades cimentadas en lo mágico se construyen sobre arena, no tienen firmeza y al primer contratiempo se caen.

Pongamos los pies sobre la tierra, observemos cuidadosamente la realidad que nos circunda y aprendamos que esas son nuestras herramientas y nuestras formas de progresas y crecer.

Elias D. Galati

wolfie@speedy.com.ar