Por Malú Kikuchi
Fuente: la caja de pandora
(Dedicada a los que sin creer en la ley, la votaron)
¡Un asco y una vergüenza!
“Contrato de compra/venta: el que tiene por objeto la entrega de una cosa determinada a cambio de un precio cierto.” (RAE)
Por ejemplo, un senador/a entrega un voto a cambio de dinero para la provincia a la que representa.
Entrega un voto a favor del gobierno que estrangula económicamente a la provincia en cuestión.
Este senador/a, obedece a su gobernador.
Un gobernador que gobierna mal su provincia y la administra peor. Siempre necesita plata.
Y el ejecutivo nacional aprovecha la situación para manejar a las provincias, ejerciendo un férreo, ilegal y unitario control de la caja, con respecto a la coparticipación federal.
Puede que el senador/a, acepte favores personales a cambio de su voto.
Favores que pueden consistir en nombramientos para familiares o amigos, o la promesa de no echar a los familiares y amigos de los puestos conseguidos.
Este senador/a puede entregar su voto a cambio de la promesa del ejecutivo de ordenar el cajoneo de algunas carpetas judiciales que le son desfavorables (al senador/a), o simplemente, puede votar a favor de un proyecto en el que no cree, a cambio de dinero.
Puede que el senador/a deteste tanto al grupo Clarín que destapó los escándalos en su provincia, que al hacerlo responsable de todos los males de su ocaso político, vote a favor de la ley como moneda de cambio de una revancha personal.
Puede que haya un senador/a que entregue su voto a cambio de favores en nombre de un preso anciano y enfermo, para que este no vaya a una cárcel común.
Y por si fuera poco, un senador muy, pero muy crítico de la ley, faltó y no votó.
Para completar el cuadro, mientras en el recinto se debatía y votaba, en la calle, Bonafini, D´Elía, Carlotto, Ishi, varias murgas de un triste carnaval pago, demasiados micros y los clientes de siempre, arengaban la ley K.
Los ciudadanos en defensa de las libertades constitucionales, como suele suceder, brillaban por su ausencia.
Todos los senadores/as, a favor o en contra de la ley de medios, representan a sus provincias.
Casi todos los gobernadores callan y humildemente negocian la plata que les adeuda la nación. A cambio de lo que sea.
Los comprovincianos, aguantan.
La gente aguanta demasiado.
De tanto aguantar han olvidado que Argentina se hizo con coraje y dignidad.
Hoy, eso es historia.
En el mercado nacional ya no hay ni coraje ni dignidad.
“Todo hombre tiene un precio, lo que hace falta es saber cual es”.
Y si la frase es de Napoleón, Fouché o Tayllerand, es lo de menos, es cierta.
El congreso nacional lo avala.
Ya no importa que la ley de medios K, o ley mordaza, sea el claro proyecto de Kirchner para controlar la libertad de expresión; ni siquiera importa que sea una descarada venganza contra el grupo Clarín – grupo que apoyó a Kirchner desde el 25/5/03, hasta el conflicto con el campo -, lo que cuenta son los que votaron la ley.
El ejecutivo nacional, "anticonstitucionalmente" integrado por dos personas (los Kirchner), puede enviar un descabellado proyecto de ley al congreso: "Está en los diputados y en los senadores" ponerle límites al disparate y sentido común a la ley, pensando en lo mejor para la patria.
De los Kirchner se conoce su capacidad de daño, y lo que se puede esperar de ellos. ¡Pero son sólo dos!
Y dos personas sin el apoyo del congreso no pueden hacer mucho.
Los diputados y los senadores les permiten a los Kirchner, todo, salvo la 125.
Y los argentinos permiten que los diputados y los senadores les permitan a los Kirchner hacer lo que se les da la gana.
Y dale que va. Todo se compra, todo se vende.
Argentina se ha convertido en “La Saladita”, donde se encuentra de todo y a todos los precios.
La compraventa de voluntades es más representativa que el tango.
Primero fueron los diputados.
Dejando de lado los del FPV que pueden haber creído en las bondades de la ley, los aliados, ¿creyeron que era una buena ley cuando ni siquiera tuvieron tiempo de leer las modificaciones que introdujeron y votaron?
¿A cambio de qué?
Luego fueron los senadores.
La cámara revisora, después de 19 horas de exposiciones, la mayoría de ellas lamentables y algunas pocas gloriosas, votó una mala ley de medios, sin cambiar una coma del proyecto que venía desde diputados,
Una ley que deja la libertad condicionada al poder de turno, una ley que ataca deliberadamente la libertad de expresión, una ley que le quita posibilidades a las pequeñas productoras que no son afines al gobierno.
Una ley que desconoce los derechos adquiridos.
La ley tiene aberraciones de fondo y de forma.
Mal redactada, con artículos que se contraponen o que remiten a otros artículos que no tienen nada que ver entre si.
¡Si hasta dice “bianual” por “bienal”!
...
¡La votaron 44 senadores!
Descontando los del FPV, los otros, ¿a cambio de qué?
Son menos importantes los que compran que los que se venden.
Los que compran son menos, pocos tienen el poder de la caja.
Los que se venden son más.
Y todos, compradores y vendidos, son argentinos.
La compra/venta, se hace pública, a la vista y sin pudor.
Desvergonzadamente, frente a un pueblo manso, incapaz de defender sus libertades, que acepta resignadamente la corrupción de gran parte de la clase política.
- Vengan, pasen. La nueva ley nos retrotrae a tiempos que se debieran olvidar.
Para derogar la ley de la dictadura, se dicta otra ley mediante la cual el ejecutivo decide sobre los contenidos de los medios. Igual a la ley que dicen derogar.
¿Y la libertad consagrada por la Constitución Nacional?
En cualquier momento la libertad es declarada destituyente.
Los votos se compran.
Los que votan se dejan comprar.
El pueblo consiente.
Allá lejos en el tiempo, Argentina fue una nación digna, respetuosa y respetada.
...
Fue...
Tristemente es pasado.
“Y los libres del mundo responden, al gran pueblo argentino, ¡salud!”
¿Cómo saludarán hoy al pueblo argentino los libres del mundo?
lacajadepandora
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
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