"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 19 de marzo de 2010

La confianza como valor personal...

El término Confianza tiene dos acepciones principales, la primera es la esperanza firme que se tiene en una persona o cosa...
Y la segunda, ánimo, aliento y vigor para obrar.

Podemos decir también que esta emparentado con fidelidad. La que es un requisito básico de la confianza.
No hay confianza sin fidelidad.
Podemos confiar en alguien que nos es fiel, del cual sabemos que podemos estar seguros que no nos defraudará.

La confianza como valor personal es una virtud de ida y vuelta, significa tanto la actitud de fe que uno tiene en los semejantes, como la actitud personal que inspira a nuestros próximos a tenernos confianza.

Existen varios grados, la confianza existencial, a la totalidad del individuo, la confianza profesional, relacionada a la actividad específica de una persona, la confianza técnica en cuanto al funcionamiento de ciertos elementos preparados o modificados por el hombre y la confianza social como último elemento de la fidelidad general.

No podríamos vivir en sociedad sin un mínimo de confianza.
Sin hacer todos los días y a cada instante un acto de fe, de creer en nuestros semejantes y en nuestras circunstancias.

Y que decir de la confianza pública.

Los actos públicos de toda índole deben señalar un respeto reverencial a la confianza de los gobernados.

Hay un error conceptual muy serio en nuestras democracias.

Creer que la capacidad de gobernar de los elegidos determina las normas y las formas de gobierno.

Los elegidos para gobernar en un sistema democrático, "son representantes del pueblo", "son mandatarios".

El término mandatario significa que es quién recibe un mandato y lo cumple.

Y ¿cual es ese mandato?

Es aquel que el candidato ha ofrecido al control de los ciudadanos en su plataforma electoral, y por ese motivo ha sido elegido.

El pueblo ha optado por un proyecto que esta inserto en dicha plataforma, y que coincide con sus apetencias, sus tradiciones, sus deseos y sus ideas.

Pero muchas veces, el candidato triunfante, llega al poder y olvida su rol de mandatario, trastoca las ideas y proyectos enunciadas en la plataforma política y gobierna como quiere, prostituye los ideales que lo llevaron al poder y se convierte en dictador.

¿Que ha pasado con la confianza pública?

Porque la inocencia de la gente brinda un acto de fe.
Supone que el elegido cumplirá fielmente su cometido, tal como lo ha prometido.

Inocencia o ingenuidad

La confianza pública ha sido defraudada, y el valor del gobernante como confiable ha desaparecido.
Lamentablemente la situación se extiende, y cuando los hechos son reiterativos la confianza pública se pierde.
Y el pueblo ya desconfía de los candidatos, no cree en ninguno, y tanto consciente como inconscientemente cree que pese a las promesas enunciadas en las plataformas electorales, no sabrá en definitiva cual será la forma de gobernar de los elegidos, porque va a depender de su voluntad, de su honestidad, de su integridad y de su grandeza para anteponer intereses personales a los intereses de la Patria.

La confianza es un valor moral, que todos poseemos, y que de inicio se nos atribuye.

No se puede vivir sin esa confianza, y sin actos de fe permanentes.
En cualquier situación, si pregunto como ir a un lugar, supongo que quien me lo dice sabe, y que no me mentirá, que su respuesta será verdadera.
Si abordo un vehículo público, supongo con un acto de fe, que me llevará al lugar indicado, y no a otro.
Si elijo un gobernante, creo en él, hago un acto de fe, tengo confianza en que realmente realizará en su gestión pública lo que ha prometido, y no otra cosa.

Porque si no podemos tener confianza entre los miembros de una misma sociedad, como si no podemos tener confianza en los miembros de la comunidad internacional, las sociedades son de a poco desvastadas, nadie cree en nada y la amalgama social se quiebra.

Junto con la confianza se pierde los valores enumerados, la fidelidad, la solidaridad, la bondad y el honor.


Elías D. Galati / wolfie@speedy.com.ar

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