Domingo
Faustino Sarmiento
Fue
presidente de Argentina (1868-1874), además de filósofo, pedagogo, escritor,
docente, periodista, estadista y militar argentino
Hombre,
pueblo, Nación, Estado, todo:
Todo
está en los humildes bancos de la escuela
Para
él la educación debía ser pública, gratuita y laica
En
1839 funda el Colegio de Pensionistas de Santa Rosa, un instituto secundario
para señoritas, y crea el periódico El Zonda, desde el cual dirige duras
críticas al gobierno.
Se
dedica de lleno a la actividad cultural. Escribe para los periódicos El
Mercurio, El Heraldo Nacional y El Nacional; y funda El Progreso.
Crea
y dirige en 1842 la Escuela Normal de Preceptores, la primera institución
latinoamericana especializada en preparar maestros.
También
impulsa el romanticismo, llegando a polemizar con Andrés Bello.
Su
labor como pedagogo es reconocida por la Universidad de Chile nombrándolo
miembro fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
En
1845 el presidente Manuel Montt Torres le encomienda la tarea de estudiar los
sistemas educativos de Europa y Estados Unidos.
Frases
célebres
"Cuando
los hombres honrados se van a su casa, los pillos entran en la de
gobierno"
"El
buen salario, la comida abundante, el buen vestir y la libertad educan a un
adulto como la escuela a un niño"
"Es
la práctica de todos los tiranos apoyarse en un sentimiento natural, pero
irreflexivo, de los pueblos, para dominarlos"
"Fui
nombrado presidente de la República, y no de mis amigos".
"Las
cumbres se alcanzan doblando el empeño"
"Las
ideas no se matan"
"Los
pueblos no tienen un carácter activo en los sucesos. Sufren, pagan y
esperan"
"No
está prohibido que un hermano del presidente fuese ministro, pero la decencia
lo impide"
"Puede
juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de las
mujeres"
"Yo
sigo sin rumbo, sin blanco fijo, cediendo a impulsos que me llevan
adelante"
"No
he de morirme sin ver empleados en ferrocarriles, en este país,
No digo 800.000
duros, sino ochocientos millones de duros!"
La
cámara de senadores estalló en carcajadas.
"Necesito
que las generaciones venideras sepan que para ayudar al progreso de mi país, he
debido adquirir inquebrantable confianza en su porvenir.
Necesito
que consten esas risas, para que se sepa también con qué clase de necios he
tenido que lidiar".
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