"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 21 de julio de 2010

La nueva concepción familiar

Toda previsión en el campo de la conducta humana, aunque se considere precisa, siempre incluye cierta limitación, por el poder de transformación de la realidad que exige adaptar continuamente las intervenciones.

Superados los tiempos en que podía diagramarse una etapa de estudio e investigación previa, la actual invasión de las más variadas propuestas, presentadas como “urgencias”, nos empuja a improvisar, aún más de lo ya improvisado, porque desde algunos contextos se considera tan solo alguna parte de la multiplicidad de los factores.
Por esto cuando se implementa sin recurrir al conocimiento previo, que por ser anterior y fundamentado, no es desactualizado, se omiten pasos, y ninguna instrumentación así implementada resultará eficiente.

Sabemos que para hacer prevención de riesgos, las problemáticas, que se abordan ampliando conceptos, requieren de una ardua tarea de apertura, independiente, que permita evitar que nuestro futuro social, es decir el hombre como unidad integrada e integradora, se pierda en la precariedad de visiones sectoriales que fragmentan. La función del Estado no es reforzar el actual deterioro, sino brindar todas las herramientas disponibles y necesarias para revertirlo, sin exclusiones solicitadas por quienes intentan huir de la realidad, buscando aquello que, parcialmente, se considera un avance.

La “nueva concepción familiar” que ya es una realidad, poco conocida pero forzosamente instaurada, requiere de una prudente y sabia percepción social, que respete la diferencia, pero también el valor de nuestro futuro, que pareciera empujado hacia el vacío.

No podemos atender los derechos de los niños desintegradamente a través de una simple redefinición de actuaciones, no los respetaríamos legítimamente.

Si nos conformáramos con observar la sucesión de los hechos, esperando posibles consecuencias, cuando sabíamos de antemano cuan perjudiciales pudieron ser, acompañaríamos el error...
Y las alteraciones conductuales futuras deberán encontrar explicaciones para responder a las fuerzas que moldean, aquellas que pierden de vista el sublime sentido del hombre.

Mara Martinoli

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