El Conde Lucanor
Cuento XI
Don Juan Manuel
Había un deán en Santiago el cual quería saber nigromancia, y se entero de que en Toledo estaba Don Illan, entonces se marcho para allá.
Al llegar allí se lo encontró leyendo.
Cuando le vio lo recibió muy bien y no le quiso decir el motivo de ir a su casa hasta que no comiera, entonces lo alojo en su casa, y le dijo que estaba muy contento de que estuviera con él.
Después de comer le dijo el motivo de estar en su casa, y le dijo que le enseñara el arte de la magia, Don Illan le dijo que era un deán y que trabajaba en la iglesia y que podía subir mucho aun; y que los hombres que pueden subir mucho se olvida lo que sean hecho por ellos. Por lo que no quería ayudarle por si se olvidaba luego lo que prometio.
Entonces el deán le juro que llegara a lo que llegara siempre haría lo que él le mandase.
Los dos de acuerdo le dijo el maestro al alumno que aquella ciencia solo se podía aprender en un sitio muy recogido y esa le enseñaría donde tenia que estar hasta que la aprendiera.
Entonces llamo al deán y subió por una escalera.
Llegando al fondo de la escalera, llegaron a una sala amplia con muchos libros y antes de sentarse le enseño los primeros libros por los que empezarían.
Antes de sentarse le dieron una carta al deán del arzobispo su tío diciéndole que estaba muy malo y que si quería aun verlo con vida se fuera para Santiago.
Pero al deán que acababa de empezar el curso le envío otra carta a su tío respondiéndole.
A los tres o cuatros dais le notificaron que su tío había muerto.
Entonces se pusieron a elegir un sucesor, y a los dos o tres días fueron dos escuderos le besaron la mano y le dijeron que era el nuevo arzobispo.
Entonces don Illan le dijo que le diera a su hijo el deanazgo vacante.
Entonces le dijo que no se lo daría, y que se lo daría a un hermano suyo y que ya le daría otra cosa a su hijo.
Entonces se fueron para Santiago, a los pocos días de estar allí llegaron unos mensajeros del papa diciéndole que le habían hecho obispo de Tolosa, dejándole elegir el nuevo arzobispo entonces don Illan, le dijo que se lo diese a su hijo y él le dijo que no.
A los dos años de estar en Tolosa llegaron dos emisarios diciéndole que le habían hecho cardenal. Don Illan ya le dijo que le diera e puesto de Obispo a su hijo pero el cardenal le dijo que el obispado era para su tío.
Entonces Don Illan se fue a Roma con el cardenal entonces murió el Papa y le eligieron todos a él como su sucesor.
Entonces Don Illan le dijo que no tenía pretexto ninguno si no le daba el puesto de cardenal. Pero ya no se lo podía dar ya que era un puesto muy alto.
Don Illan al ver el pago que le dio el Papa se volvió a donde vivió y le dijo a su sirvienta que preparase las dos perdices que tenia preparadas viendo el Papa que se había portado mal con el.
Entonces Patronio le dijo que dejara de ayudar a ese hombre por que le iba a pasar lo mismo a él.
Moraleja: Cuanto más alto suba aquel a quien ayudéis,menos apoyo os dará cuando lo necesitéis.
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