"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 17 de junio de 2011

La negación y la transferencia

La negación y la transferencia son dos actitudes psicológicas muy comunes en los humanos, por las cuales se descargan responsabilidades, se intenta obtener aceptación y se permite exculpar las omisiones, errores o inconductas cometidas.

La negación es el no reconocimiento de alguna cosa, persona o acción; también el ocultamiento o el disimulo y la excusación para alguna acción.
Es la no admisión  de lo sucedido, lo evidente o lo real.

Transferir es traspasar, pasar a otro, o pasar alguna cosa de lugar, tambien ceder o renunciar o remitir.

Desde el punto de vista psicológico la negación es la censura de una afirmación o el rechazo de una sugestión, la negativa a la aceptación de las cosas o de las realidades.

La transferencia es el desarrollo de una actitud afectiva, con forma de reacción en relación a hechos del pasado, trasladandolo a otra persona o en el caso del psicoanálisis al profesional.

El hombre ha usado estos motivos desde sus comienzos y en la Biblia se cuentan dos hechos paradigmáticos, en el primer capítulo Génesis.

Cuando Dios pregunta a Adán si había comido del árbol prohibido, éste le contesta que la mujer que Dios le había dado, lo tentó y ese fue el motivo de su caída, es decir transfirió la responsabilidad a Dios:
"Si no me hubieras dado a la mujer no hubiera pecado"

Cuando Dios pregunta a Caín por Abel, éste le contesta:
"¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?", con lo cual niega el hecho de haberlo matado, y se exculpa de su conducta.

Todos estas situaciones constituyen engaños de la mente, muchas veces premeditados y otras inconscientes.
Se trata de situaciones que se vuelven intolerables, y de alguna manera el ser humano debe conjugarlas con algo que le permita asumirlas y poder seguir viviendo.

La negación en sí conlleva un cuestionamiento interior y un cuestionamiento exterior.

El interior corresponde a la propia personalidad:
¿Quien soy?
¿Que hago?
¿Cómo me conduzco?

Es el propio conflicto, en el cual el individuo no está conforme consigo mismo y a veces no puede dejar de asumir conductas de las cuales después se arrepiente, o llega a un grado de bipolaridad tal, que sostiene una idea y ejecuta lo opuesto, piensa de una manera y su comportamiento es totalmente opuesto.

Por supuesto que no es grato ni fácil mantener esa posición y de alguna manera debe resolverse o disolverse el conflicto.

Los conflictos interiores dejan demasiadas huellas y condicionan la vida del hombre.
Por lo tanto de alguna manera la mente, se miente, luego cree su propia mentira y entiende que lo ha resuelto.

El cuestionamiento exterior tiene que ver con la huella de su accionar, o el efecto que produce el mismo en los otros.
También es muy difícil vivir cuestionado, o aceptar que  los cuestionamientos externos son por la propia acción.

De esta manera la negación calma el efecto interior, y el individuo entiende que se siente bien consigo mismo.

Todo esto en un marco psíquico en el cual nadie puede vivir sin un poco de autoestima.

Si uno no se quiere, no se estima, es imposible la vida.

La trasferencia es un paso mas adelante.

No sólo es yo no fui, sino es determinar quien fue.
Fue otro.
Aquel a quien transfiero.
Ese es el culpable del comportamiento.

Es aquello de Adán, si tu no me hubieras dado la mujer que me diste y me tentó, yo no hubiera caído.

La negación y la transferencia, son opuestas a la verdad.

Sólo la verdad os hará libres.

Solo el conocimiento verdadero y real de uno mismo, de sus conductas y de sus acciones y la  responsabilidad que ellas acarrean hacen al hombre absolutamente libre y dueño de si mismo



Elias D. Galati

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