La toma de ayahuasca o yajé implicaría una experiencia terapéutica en la que simultáneamente se purifica el cuerpo y se realiza el auto conocimiento...
Cuando el brebaje comienza su acción, el individuo se entregaría voluntariamente al código moral universal, ése que permite ponerse directamente en contacto con lo divino, contacto al que no se accede sin sanar el cuerpo y humillar al ego.
Es un fuerte purgante, que produce vómito y diarrea acompañado de náuseas, escalofríos y perturbaciones mentales intensas y miedosas, visiones conocidas como “la pinta”, que permitirían localizar y exorcizar las causas ocultas de las enfermedades que se atribuyen a las intervenciones del mundo de los espíritus. También se utiliza para predecir el futuro, vengarse de los enemigos, encontrar objetos perdidos, atraer la lluvia, favorecer el progreso de la propia “comunidad” y sobre todo, para encontrar rápida y fácilmente la vida espiritual.
Otro ítem para clasificar en la categoría del alcance de las supuestas terapias cortas y efectivas, del mundo interior purificado, del encuentro de la felicidad tan anhelada, de la solución a todos los males –físicos y psíquicos–, una visión simplista de la realidad, que los “maestros guía” ofrecen a quienes recurren al brebaje para sintetizar en él la propia práctica o experiencia religiosa, sin saber que el ayahusca o yajé puede llevar a la repetición periódica de dicha experiencia.
Como en otros consumos, abusos o adicciones, se esconde la nostalgia del bienestar y se observa a la sustancia, al objeto, al chamán, al curandero, al maestro, al líder del centro terapéutico, al grupo mismo que en ese momento se integra, como “la fórmula” que permitirá la experiencia transformadora dentro del paraíso de la química universal y de un callejón sin salida.
¿Se puede evitar el displacer a través de un exceso que lo provoca?
¿Puede la ficción y los fantasmas (espíritus alucinados bajo los efectos del brebaje) cubrir la propia angustia con masoquismo, en conocimiento de las consecuencias que implica?
Esta práctica continúa fascinando a quienes buscan “nuevas experiencias” y despertando el interés de quien pueda pagarla.
En este caso, como en otros que se relacionan a gurúes y/o grupos sectarios, el poder lo tiene el mercado, que ofrece y regula la satisfacción o avidez espiritual de los sujetos como otra forma más de desplazar la palabra, las relaciones, los valores y los ideales.
Cuanto se ofrece encaja perfectamente con una sociedad materialista que intenta perdonarse con una dosis de espiritualidad.
“De acuerdo con los relatos, el tomador sigue la recta descrita por Dante en La Divina Comedia:
"Desciende al infierno, purga sus pecados en el Purgatorio y, con suerte, tiene vistazos del Paraíso...
Todo depende del tomador y el curandero mediador”…
– Astrid Álvarez de la Roche, Ecuaciones para un sujeto contemporáneo, Psicoanálisis y el hospital, Ser Impres S.A.-2005- .
Mara Martinoli
Aclaración necesaria:
Un "centro" descubierto casualmente en una localidad de Córdoba, provincia argentina.
La sustancia más inofensiva puede provocar daños irreparables.
En este caso la discusión debería centrarse en la sustancia alucinógena (droga), sus consecuencias y la permisión de su utilización y comercialización
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