UNA SUBA QUE PARECÍA IMPARABLE
En la jornada de ayer se conoció la noticia de que el oro acumuló una caída de del 7,1% en las dos últimas sesiones.
Horas antes, el contrato de futuro más negociado había perdido 30,6 dólares, terminando la secuencia de seis cierres consecutivos, con récord en cinco.
Hace varios meses que el mundo es testigo de la suba del oro, suba que parecía imparable.
Los motivos que impulsaron este fenómeno no fueron solo la depreciación del dólar y la inflación, sino varias razones de tipo económico, político y financiero, generadores de desconfianza entre los invasores a nivel global.
El oro representa la cobertura mas elegida por los inversores frente al rumor, cada vez más fuerte, de una recesión económica por la crisis de deuda en Europa.
Sin embargo, la caída última del precio, es la consecuencia del rumor acerca de que Italia, cuya tenencia lo ubica en el tercer puesto como tenedor de ese commoditie, vendería parte de sus reservas.
Hasta hace unos dos años, los bancos centrales de diferentes países, frenaron la venta del metal, y algunos hasta habían empezado a comprar.
Tal es el caso de China y Rusia.
Esto, disparó el precio del oro, ya que las refinerías que lo acuñan no daban abasto.
China seguirá adquiriendo oro para sus reservas, aunque esta operación la esté llevando a cabo de modo tal que no incida significativamente sobre el mercado mundial de metales.
La motivación de China se mueve en sintonía con las políticas llevadas a cabo en los EE. UU. y conforme éstas sean leídas por el gigante asiático.
De todos modos, los analistas aún entienden que el oro seguirá subiendo.
Ciertas entidades financieras como el Barclays Bank, estiman que su precio rondaría los 2.000 dólares por onza hacia 2012. Aunque el caso del oro es bastante particular.
Durante el año 2010 los commodities en general subieron de precio como consecuencia de malas cosechas y la debilidad del dólar.
Es frecuente que frente a crisis importantes, los inversores se refugien en él, en tanto éste metal, suele mantener constante su valor.
Nidia G. Osimani
Fuente: Tribuna de Periodistas
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