Por Humberto Bonanata
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Desde hace varias semanas no podía dejar de comparar la Argentina de 1974 que viví con mis 15 años en las celebraciones del centenario de la ciudad de Mar del Plata cuando gobernaba el Grl. Juan Perón y la “economía de bienestar” que aún predominaba en los bolsillos de la clase media y la clase baja.
Aunque Alfredo Gómez Morales era Ministro de Economía en lugar de la mentira estrafalaria “inflación cero” de José Ber Gelbard, aún en las Universidades nacionales los exámenes se rendían por coloquio (en conjunto) y la nota del mejor era la nota de todos.
En Derecho (U.B.A.), querida Facultad en la que obtuve el título de abogado en 1984, el promedio de adquisición durante la cofradía de Mario Kestelboim, del título de abogado era de dos años y medio.
Victorio Calabró gobernaba la Provincia de Buenos Aires y la problemática veraniega era la suspensión de la altura del edificio “Bristol Center” porque tal lo proyectado, taparía el sol de la tarde en las playas populares.
Así nos fue; en 2012 “la pajarera” llamada “Bristol Center” quedó inconclusa como tantas aspiraciones de nuestra generación.
Un inmundo hormigonado sobre la peatonal marplatense queda como perplejo episodio de la demagógica de planificación.
En 1974 los argentinos veraneábamos a pesar de la inflación de entonces, cercana al 30%. Teníamos “papel pintado” en lugar de billetes en nuestros bolsillos y consumíamos.
Cantaba Elio Roca en la “Confitería La París” en la Rambla marplatense y todo era alegría.
Nadie imaginaba el temporal que vendría….
No imaginaba que en octubre de 1974, ya muerto Perón, la Universidad y sus colegios secundarios serían intervenidos por la ultraderecha peronista, para enterrar a la ultraizquierda peronista, y que mi colegio, la “Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini” que yo integraba, sería también cerrada.
Aprovechando el influjo adolescente, un grupo de seis amigos decidimos vacacionar en octubre de 1974 en Mar del Plata.
Nos creíamos dueños del mundo, mientras los jóvenes de nuestra edad estudiaban, nosotros, secundarios de la U.B.A. vacacionábamos.
Nada nos hacía pensar que en 1975 viajaría en subterráneo un ilustre desconocido viajaría a aceptar el Ministerio de Economía para efectuar el necesario ajuste de la mentirosa “economía del bienestar”.
Era
Celestino Rodrigo el futuro Ministro que injustificadamente fue caracterizado por nuestra débil historia como autor del “rodrigazo”, necesario ajuste frente a la mentirosa represión inflacionaria que tanto se nos parece 38 años vista.
Ahora tratamos de volver a la realidad.
No imaginaba que en la U.B.A. de la “dictadura” (Facultad de Derecho) pagaría mensualmente lo mismo que hoy pago a la Cooperadora “Fitz Simón” del “Carlos Pellegrini”.
No entiendo la hipocresía de la U.B.A. al hablar de “enseñanza gratuita” frente a la lógica imposición de los padres de un secundario universitario (Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini”) de 84 pesos mensuales que nos descuentan "por tarjeta de crédito".
Y vemos que la “Argentina del bienestar” que nos vendieron por más de ocho años se acaba.
Que el oscuro Ministro de Economía
entre las sombras,
Guillermo Moreno, no puede evitar la inflación del 25% anual en 2011 frente a “su inflación” del 9,2%.
Que , a pesar de sus tribulaciones, la realidad siempre se impone y no podrá justificarle a la post-operatoria Presidente cómo los precios “suben por el ascensor mientras los salarios los hacen por la escalera” (Perón dixit).
Tampoco podrá explicarle por qué condiciona las necesarias importaciones de un país normal para aliviantar el creciente y desbordado déficit fiscal.
Ya no tengo 15 años.
Tengo 53 y dos hijas adolescentes que necesitan de la Argentina para no proyectarse con el pasaporte italiano que poséen “ius sanguinis”.
Mi humilde deseo es que puedan devolverle a nuestra Argentina la educación que reciben, a pesar del régimen.
Y que cuando viejo las tenga cerca, nó a través de Skype.
Humberto Bonanata
Buenos Aires, Enero 15 de 2012
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