"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 6 de febrero de 2012

La solidaridad


Si bien es un modo de derecho u obligación mancomunada, y jurídicamente es la obligación cuando existen varios deudores ligados por comunidad de intereses, que tiene cada uno de pagar la totalidad de lo obligado, se entiende como la adhesión a una persona, a una causa o a una empresa de otro.


Solidario es aquél que se preocupa de las dificultades y problemas de sus semejantes y aporta su conocimiento y sus fuerzas para resolverlo.

En ese sentido podemos decir que es una virtud social, ejercida libre y soberanamente, sin ningún requisito y sin ninguna obligación que lo ligue a lo que se solidariza.
Se puede ser solidario por intereses, por confianza, por dignidad, por cariño y por amistad y también porque se quiere, única y exclusivamente porque es la voluntad del que ofrece su solidaridad.
Hay hombres que en su componente de personalidad contienen este elemento solidario.

Son quienes están atento a lo que sucede a su alrededor y dispuestos a ayudar y hacer lo necesario para solucionar los problemas que aparecen y que no le atañen, pero sienten que los tocan porque están a su lado.
Es una actitud del hombre con el hombre y un intento de satisfacer carencias y necesidades de nuestros semejantes.

La solidaridad nace del afecto, y comprende fidelidad, compasión y apoyo..
Fidelidad con quien sentimos nuestro semejante y le brindamos amistad; compasión por sus problemas y apoyo en la resolución del mismo contando con nosotros.
Es en cuanto a su esencia, tratar de ponerse en el lugar del otro, y ver como sacarlo con nuestros conocimientos y nuestra fuerza.

Es posible que las carencias que tenga, no sean las nuestras y podamos sustituirlas.
Pero hay además un componente de justicia, porque todos vivimos en una sociedad, somos miembros de la raza humana, iguales entre sí, con las mismas condiciones, y sujetos a los mismos problemas.ç
Además con la misma dignidad y los mismos derechos.


La solidaridad nos hace fuertes y permite resistir la adversidad.

Las tareas en conjunto y el trabajo en equipo son ejemplos de solidaridad, ya que dependen unos de otros tanto en sus actividades como en la realización del objetivo que es común.
La solidaridad social hace a la organización política y social del Estado.
No es posible que funcione adecuadamente sin hechos solidarios.

El cumplimiento de las normas y leyes que rigen la convivencia ya es un signo de solidaridad, el respeto de las mismas se encarna en el espíritu solidario.
Es cierto que la obediencia a la norma puede ser por otros motivos, para no ser víctima del castigo o por la visión social, pero en definitiva se convierte en un acto solidario.
En algunos períodos de la historia de los pueblos la solidaridad debe manifestarse para afrontar dificultades o situaciones adversas.

La gente se une digamos que espontáneamente y responde así a las circunstancias generadas ya sea por la naturaleza, en caso de catástrofes, o por las guerras, o por grupos violentos.
El sentido último de la solidaridad social es la colaboración espontánea en procura del bien común.

Hacer lo que esté a nuestro alcance para que la sociedad progrese, los hombres vivan bien y superen sus dificultares.
Sin esa solidaridad las sociedades no funcionan y tampoco tendría sentido la vida social.

Desde Aristóteles que ha señalado que el hombre es un ser sociable, que no puede vivir sólo, la conjunción de la idea de vivir en comunidad impuso el criterio de la solidaridad.

Seamos solidarios, en todo sentido, con los que están cerca de nosotros, y con los que no también y hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para procurar aliviar o satisfacer las necesidades de los que necesitan y solucionar los problemas de nuestros semejantes.


Elias D. Galati

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