"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 10 de marzo de 2012

"No lo puedo creer..."



Por el Dr. Jorge B. Lobo Aragón (*)

 Se ha generalizado la expresión “no lo puedo creer”. Que significa: claro que lo creo, pero me asombra, me admira, me desconcierta, me asusta, me pasma. Nos enteramos de miles de perjudicados por la escases de productos y “no lo podemos creer”, es decir que lo creemos y que nos produce espanto, nos conmueve, nos aturde enterarnos de que miles de personas deban sufrir tamaña torpeza.

Algo completamente distinto es lo que han producido las noticias sobre “los carteles de la Droga”, los dichos de Bonafini; las piruetas de Schoklender; los entretejidos de Jaime y lo que se dice de las valijas que ingresaron supuestamente al país para solventar una campaña política”.
El pueblo argentino - o la mayoría de él, la gente que se hace oír en el café, en el ómnibus, en las oficinas - “no cree” que existan mafias de las más pesadas o que ex-presidentes o funcionarios a nivel nacional tuvieran algo que ver., pero lo malo es que este “no creer” no es una simple expresión de turbación sino de una duda real y concreta; la gente - no sé usted, pero sí muchísimos que usted y yo conocemos - no cree porque supone que las noticias son fraguadas, son mentirosas, que adrede se falsea la verdad-.

Sobre esto no voy a opinar nada.
Simplemente porque no sé. Pero lo que me parece espantoso es la falta de confianza del pueblo argentino en sus autoridades. Se ha publicado “oficialmente que es una campaña de desprestigio”, y esa expresión -“oficialmente se dijo”- se traduce como “créale usted a las versiones oficiales si es tan desprevenido como para darlas por ciertas”, o “créale al gobierno si tiene tales tragaderas como para zamparse sus reiterados embustes”.

La comunidad argentina tiene autoridades que no han venido de Marte sino que los mismos argentinos han elegido. De acuerdo al sistema aceptado con la complacencia general el pueblo - que somos todos - elige directamente a ejecutivos y legisladores e indirectamente a jueces y demás magistrados judiciales.
Y la corrupción en los jueces también espanta.
¿Que no son todos?, pues claro, ya se sabe que no son todos, pero trascienden ejemplares que dejan perpleja a la ciudadanía.
De manera que ahora Jueces que investigan una “mafia” o “entradas de valijas indebidas a través de una Aduana, “compran anillos de diamantes” o” hacen lugar a querellantes que no son damnificados ni victimas “ y con Fiscales de otro país que acusan y testigos que deponen  y el pueblo argentino no sabe directamente por medio de quienes nos representan que ha sucedido o si se esta investigando; nadie piensa que deba creerle a los jueces o fiscales, ni a sus peritos, ni a las huellas dactilares, ni a las autopsias, ni a los médicos legistas. Hay un escepticismo brutal, y lo malo es que ese escepticismo se apoya en datos concretos brindados por la experiencia, funcionarios corruptos, justicia ineficaz, mentiras y engaños como sistema de ocultar crímenes o de ganar voluntades.

Este escepticismo es una clara muestra del fracaso de los políticos argentinos en la tarea de construir una sociedad justa, moral, como la que soñamos para nuestros hijos.
Digo fracaso de “los políticos” incluyéndome a mí, que soy un político pues me he desempeñado en cargos electivo y de gobierno, como es una banca legislativa.
Mea culpa.
Pero el fracaso político nos abarca a todos, a usted también, que con su voto contribuye a elegir los equipos de gobierno que se encargan de administrar el Estado, de procurar el bien común, de impartir justicia. Esos mismos equipos de gobierno a lo que nadie les cree.

De modo que el asunto tiene tanta gravedad que debiera preocuparnos.
¿No creemos lo que se nos dice oficialmente?
Eso significa que hemos contribuido a elegir autoridades en las que no podemos depositar nuestra confianza. Entonces, ¿pensando en qué las elegimos?

Volviendo a lo que decíamos al principio:
"No se puede creer, que el pueblo argentino se maneje con un sistema político, legal y jurídico en el que ni él mismo pueda creer..."

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo del Dr. Jorge B. Lobo Aragón (Abogado, ex Juez y Fiscal en lo Penal y ex Legislador) por gentileza de su autor.

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